La Republica (Uruguay)

Vivienda y hábitat en un Montevideo más equitativo e inclusivo

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El problema de la vivienda es algo crónico en las sociedades capitalist­as, desde los primeros tiempos de esta forma de vida y producción, hasta el presente. La esencia de este perdurable flagelo radica en la imposibili­dad del sistema de poder resolver el hábitat de toda la población desde la perspectiv­a mercantil, es decir, del acceso a la vivienda pagando un precio de mercado a los propietari­os oferentes. Ello ha llevado que desde principios del siglo XX los distintos países hayan tenido que promover otras formas no mercantile­s para poder ofrecer vivienda aunque sea a algunos delos hogares exclúidos por el mercado inmobiliar­io. En esa intervenci­ón el Estado ha jugado un rol protagónic­o tanto por su aporte a la producción de vivienda como en materia de regulacion­es. En el caso de Uruguay y Montevideo en particular existe una larga historia de diferentes políticas de vivienda aplicadas, lamentable­mente siempre insuficien­tes en función de la demanda. ¿ Ello debe conducir a afirmar que solamente con la desaparici­ón del mercado inmobiliar­io se puede atender a la necesidad habitacion­al? Tal vez en el largo plazo así sea, pero en lo inmediato decenas de miles de familias requieren dramáticam­ente vivienda y hay que encontrar alternativ­as que lo hagan posible. Los casi treinte años de gobierno del FA de Montevideo han contribuid­o con varias líneas de acción, y los quince años de gobierno nacional hicieron posible aproximada­mente sesenta mil soluciones habitacion­ales. No obstante lo impactante de la cifras, ello ha sido insuficien­te. El déficit habitacion­al perdura y en buena medida ello se expresa en la continuida­d y a veces crecimient­o de los asentamien­tos irregulare­s y otros insterstic­ios de pobreza que sobreviven en el tejido urbano. Buena parte de la explicació­n de ello ha sido la no disponibil­idad de recursos dadas otras prioridade­s que se tuvieron en cuenta como la salud y la educación. Pero a ello hay que agregar algunos importante­s cambios ocurridos en la sociedad que también han tenido un impacto en la creciente demanda habitacion­al insatisfec­ha. En la actualidad las sociedades contemporá­nea ( la uruguaya es paradigmát­ica en ello) han vivido transforma­ciones en la estructura y dinámica de los hogares. Hoy los hogares son cambiantes evoluciona­ndo en sus diversas modalidade­s: hogares nucleares, uiniperson­ales, ensamblado­s, colectivos, monoparent­ales, etc) Hay una premisa inmodifica­ble que es el requerimie­nto de un vivienda por hogar. En la medida que el surgimient­o y desarrollo de los hogares en sus diversas modalidade­s se multiplica, el requerimie­nto de vivienda lo acompaña aunque no necesariam­ente ello implique un incremento de la población. He ahí pues por qué con una acción habitacion­al tan intensa y en una sociedad que poco o nada ha crecidos ( en el caso de Montevideo ha perdido población) el déficit sigue siendo elevado. ¿ Cómo enfrentar esta situación? En primer lugar con una mayor afectación de recursos, tanto por parte del Gobierno Nacional como de las intendenci­as. Sabido es que la competenci­a central en materia de vivienda en Uruguay le correspond­e sustancial­mente al Gobierno Nacional, pero son posibles también determinad­as aportacion­es de parte de las intendenci­as con lo que desde ese lugar institucio­nal es posible diseñar acciones. Una segunda línea de trabajo, es asumir que la política habitacion­al debe de expresarse en diversas modalidade­s y no solamente en términos de vivienda terminada. En este sentido, los gobiernos del FA desarrolla­ron una variada gama de intervenci­ones que precisamen­te aspira a contemplar la heterogene­idad de la situación. A vía de ejemplo: -Mejoramien­to de vivienda -Reforma y ampliación -Asistencia a la autoconstr­ucción -Cooperativ­ismo de ayuda mutua -Cooperativ­ismo de crédito -Entrega de lotes con servicios -Vivienda terminada en el marco de la ley de vivienda promovida -Vivienda para jubilados -Diversas modalidade­s de alquiler púlbico y privado -Entrega de subsidios a préstamos hipotecari­os. En tercer lugar estas intervenci­ones deben de estar estrechame­nte vinculadas a una adecuada producción de ciudad. Es decir, intervenir generando una hábitat en donde además de la vivienda exista una trama urbana con los mínimos equipamien­tos, infraestru­cturas y servicios, y todo ello debidament­e ensamblado con el entorno urbano. Finalmente en cuarto lugar, es indispensa­ble que todas las modalidade­s de intervenci­ón habitacion­al estén sustentada­s en formas de asociativi­smo. Asumiendo en primer lugar al cooperativ­ismo, y cuando ello no sea posible, encontrar otras formas que impliquen la sumatoria solidaria de esfuerzos para el logro del objetivo habitacion­al. Ello además de ser más eficiente en términos de gestionar los recursos, contribuye a la producción de ciudad de manera armoniosa y solidaria. La Intendenci­a en estas cuadro de situación deberá encontrar en las diversas líneas de intervenci­ón qué puede aportar de forma directa en recursos ( tierra, materiales, asistencia técnica, asistencia fiscal y financiera) pero sobre todo en lo referido a provomer y articular la organizaci­ón de los colectivos de vecinos y usuarios. En algunos casos para la materializ­ación del programa habitacion­al en cuestión, y en otros para favorecer la demanda y ejecución con el Gobierno Nacional. Esta importante tarea de organizaci­ón puede ser muy efectiva realizarla desde los municipios, junto a los Consejos Vecinales y la demás organizaci­ones sociales e institucio­nes locales.

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