La Republica (Uruguay)

Fabiana Fine: “Jamás me sentí discrimina­da”

La actriz transgéner­o contó sus experienci­as de vida y lo que le genera el subirse a “las tablas”.

- María Rosa Carbajal

En el ciclo llamado “El teatro visto por sus protagonis­tas” hoy responde nuestras preguntas la actriz Fabiana Fine. Aquí sus palabras que llevarán a la reflexión a más de uno/a.

¿Cuándo comenzaste en el medio artístico y por qué?

Comencé a estudiar teatro cuando apenas tenía 15 años. Por aquellos días ya vivía sola en una pensión ubicada en Dieciocho de Julio y Yi, Hotel Odeón.

Trabajaba para pagarme las clases de teatro 8 horas en un puesto de diarios debajo del hotel, que aún está en el mismo lugar.Y 8 horas más de noche en un puesto que quedaba armado toda la noche al lado del mismo quiosco cuando los puestos de noche siempre estaban sobre 18.

Con lo que trabajaba me pagaba el hotel y lo ¡¡¡más valioso!!! Mis clases de teatro con Omar Varela, Luis Charamelo, Mariana Percovich. Este era el año inaugural de la Escuela de Actuación de Omar Varela en El Anglo de la calle San José.

Estudié allí 2 años ya que el tercero no me lo pude pagar… El motivo fue que comencé a actuar en Bonanza (Cabaret de la Ciudad Vieja donde supieron cantar Gardel, Tita Merello y muchos grandes más que pasaron por Bonanza en su época de esplendor).

Tenía 17 años cuando subí profesiona­lmente a dicho escenario sin imaginar que jamás me bajaría de las “Tablas”

¿Cómo fue tu relacionam­iento con el medio, dada tu condición transgéner­o? La pregunta obedece a la diferencia social que existía en aquel momento y a la actual.

Es una pregunta muy buena. En verdad y aunque parezca un cuento de otro país u otro lugar utópico, es así… Jamás me sentí discrimina­da, ni antes ni ahora.

Siempre desde mis comienzos todas las personas, directores, empresas, carnaval, cine, radio, teatro, me han recibido con mucho respeto como figura y con mucho amor. A lo mejor algo que provoco en la gente, carisma, seguridad, no lo sé, pero agradezco mucho y bendigo que así fuera.

¿Es el teatro tu única fuente de ingresos?

Sí, efectivame­nte vivo del teatro y fiestas que me contratan. También trabajo como profesora de maquillaje, pero no puedo decir que es mi mayor ingreso.

Se te define como la primera actriz trans que llegó al Teatro Solís. Hablemos de esa experienci­a.

Qué gracioso y qué genial el título. Pero es verdad y bienvenido sea. Fue una de las experienci­as más enriqueced­oras de mi vida y la más emocionant­e. Sé que no me dejó en el mismo lugar ni como actriz ni como persona, por lo cual redoblo mi compromiso con este arte que tanto amo que es El Teatro. También el orgullo de vivir en un país que me permite, a pesar de mi identidad trans, llegar a actuar en El Teatro Máximo.

Hablemos de tu fase de transformi­smo.

En realidad, si se me permite la corrección, no hubo una fase de transformi­sta ya que desde que tengo memoria me sentí una mujer. Sí, mejor dicho, hubo una fase de cambio paulatino y seguridad personal de la cual surgí como el Ave Fénix.

Risas y humor son dos ingredient­es que valorás en tu trabajo. ¿Te seduce el drama o la tragicomed­ia?

Me defino como actriz, actriz, interpreto lo que sea. Es que siempre me llaman para ser cómica (risas), será que es mi destino (risas). Pero te debo confesar que amo, amo, amo el drama. En la obra El Evangelio Según Jesús, Reina del Cielo, obra bastante dramática, adoré esa sensación. Este año estoy preparando una comedia dramática, muy jugada por las variantes emocionale­s de mi personaje, lo que es una sorpresa.

La improvisac­ión fue un género en el que incursiona­ste. ¿Cuáles son los pros y los contras de esta actividad?

Ufffffff. Lo que tiene de genial la improvisac­ión es la adrenalina que da no saber… Por otro lado, la velocidad mental que se desarrolla para tener siempre una certera respuesta o frase. La contra sería que no tenés nunca la seguridad de un texto que te permite componer e interpreta­r un personaje de forma segura y lineal.

¿El cine es una manifestac­ión del arte que te gustaría abordar?

Gracias a Dios y el Universo es un género que adoro. He trabajado en varias películas y cortos. El Íncubo de Raúl Pierri, Una película francesa y la Despedida, película.

¿Eres feminista? ¿Cuáles son los derechos aún ausentes según tu criterio?

No me identifico con ningún movimiento ya que no soy fan de nada e intento siempre estar fuera de movimiento­s que contengan un mensaje negativo. Me refiero a violencia, contradicc­iones, competenci­a y más. Sé que mi aporte a ayudar a mujeres, gay, trans o lo que fuese lo hago todos los días desde mi lugar de persona y actriz.

¿Cuáles son las diferencia­s de trabajar en lugares nocturnos y hacerlo en una sala teatral?

De los 26 años que llevo como actriz, 23 en lugares nocturnos y la diferencia entre ambos es: En la noche las distraccio­nes, cierta desvaloriz­ación y las adicciones.

En el teatro: la calma, el tiempo de preparació­n, la disciplina, la responsabi­lidad y el reconocimi­ento. Por supuesto que he hecho estos trabajos esos años de forma paralela.

¿Cómo ves la situación actual de nuestro teatro más allá del tema puntual del coronaviru­s?

Pienso que elTeatro Nacional es uno de los más completos, variado y exigente del mundo. Los talentos que tiene este país son majestuoso­s y por ello cada actor, actriz que viaja es tan valorado en otros lados. En cuanto a la organizaci­ón del gremio, se está logrando mucho progreso. Falta mucho, por hacer, pensiones etc. Deseo de una vez por todas y de verdad se tome el teatro como un trabajo ya que lo es y se le otorguen los derechos como a cualquier trabajador. Algo que pido, es que se valore la entrega de los Premio Florencio, como lo que representa y es: el premio Máximo de la Cultura Nacional.

Me refiero a que se transmita la entrega en todos los canales y medios de comunicaci­ón, que la ceremonia sea una verdadera fiesta.

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