Para Mujica, hay gente en el gobierno que “necesita una grieta”
“En Uruguay hay libertad de prensa pero es medio relativa. Está mediatizada con orientaciones desde la altura y se nota. Y eso es parte de la construcción de una política de grieta”, opinó.
El expresidente dijo a República Radio que “la baraja” entre el gobierno y la oposición “está entreverada”, porque “hay gente que necesita una grieta, y no quiere la colaboración de la oposición”.
“Los grandes héroes son los que levantan ollas populares por aquí y por allá. Ellos están dando un mensaje de solidaridad y compromiso y mucha gente está comiendo porque están esas ollas”, señaló.
To La voz de José Mujica aparece siempre en los momentos claves de la política uruguaya. Y por lo general, desata alguna polémica. Esta vez, no será la excepción. El expresidente dialogó ayer con República Radio sobre las rispideces que se desataron en los últimos días entre gobierno y oposición, y se mostró pesimista sobre la posibilidad de un diálogo abierto entre las dos partes. “Veremos cómo evoluciona la cosa, pero no soy optimista, puede que me equivoque, pero el perfil psicológico de quienes están en el gobierno me hace creer que son reacios a una política de colaboración desde la oposición, creo que es más bien todo lo contrario”, señaló. A su criterio, estas actitudes “no denotan las mejores cosas de nuestra historia, y nos debilitan hacia el mundo y hacia nosotros mismos”. Para el senador frenteamplista,“hay gente que necesita psicológicamente una grieta, una división tajante y una separación cruel en la sociedad, porque no puede vivir sin ella”.“No será el perfil de todos de ninguna manera, aclaro, pero está bien entreverada esta baraja”. “Tal vez lo digo por viejo, pero no hay cosa peor que el fanatismo. Cualquiera sea la bandera que levante, el fanatismo nos termina estupidizando”, agregó.
¿Cómo se hace para evitar esta grieta en este momento crucial para el país?
“La realidad es la realidad.Tenemos que intentar no agravar las cosas, pero es el desafío de mediano plazo más serio que tiene el Uruguay”. El exmandatario profundizó su análisis y consideró que “hemos vuelto a la influencia directriz, eso que fue una cosa de los tiempos del coloradismo antes de Batlle, de Julio Herrera y Obes”. “En Uruguay hay libertad de prensa pero es medio relativa. Está mediatizada con orientaciones desde la altura y se nota.Y eso es parte de la construcción de una política de grieta”, opinó el legislador.
¿Cree que hay una manipulación de la información?
Total, total. ¿Cómo hacemos para debatirlo sin ponernos unos contra otros? Para bailar se necesitan dos que estén de acuerdo, y si quienes dirigen el país no quieren será así, y punto. Hay que aceptarlo y después veremos las consecuencias.
¿Le tocó pasar otros momentos así?
En Uruguay siempre hubo diferencias pero por lo menos se hablaban. Veremos si en adelante se pueden hablar.
Usted respaldó las medidas adoptadas por el gobierno
Las respuestas que se han dado del gobierno son bienvenidas, y las apoyo, pero a todas luces son insuficientes para dar respuestas a 300 y 400.000 personas. Hay que poner más plata para auxiliar a los sectores que viven al día, cuentapropistas de todo tipo, que hay miles, y ni siquiera podemos enumerarlos, es la única forma que les permitirá vivir en medio de esta pandemia. Conocí gente que crió sus hijos vendiendo ajo y perejil, todo eso hoy está herido, y no se arregla con una canasta como dicen los empresarios que puede dar para comer 3 días.
¿Le parece que este virus profundizó las desigualdades?
El virus no ha avanzado todavía en los sectores más postergados de nuestra sociedad, lo que puede llegar a tener un costo social terrible. Se puede decir quédese en su casa, pero no es lo mismo en una casa de una sola habitación donde viven 4 o 5 personas, a una finca con todas las comodidades. Todo cambia según la situación social. Uruguay debe ser el país más equitativo de América Latina, lo que no quiere decir que no tenga problemas de desajustes y enormes desigualdades todavía.
Esta crisis, ¿puede ser más grave que la de 2002?
Sí. Esta crisis puede peligrosamente ser más grave que la del 2002, porque aquella fue regional, y esta es de carácter mundial. Somos un pequeño país y vendemos y compramos al exterior y seguramente esto va a golpear a los mercados que nos compren, habrá una tendencia a que bajen los precios con dificultades para vender y la financiación para los países emergentes no será fácil. Si a eso le sumamos que la parálisis de la economía llevará a que el Estado recaude menos, esto puede ser francamente muy peligroso.
¿Piensa que hay sectores que pueden poner más para ayudar en esta crisis?
Hay una franja de gente
Hay gente que necesita psicológicamente una grieta, una división tajante y una separación cruel en la sociedad, porque no puede vivir sin ella”. “No será el perfil de todos de ninguna manera, aclaro, pero está bien entreverada esta baraja”.
Tal vez lo digo por viejo, pero no hay cosa peor que el fanatismo. Cualquiera sea la bandera que levante, el fanatismo nos termina estupidizando”
Los grandes héroes son los que levantan ollas populares por aquí y por allá. Ellos están dando un mensaje de solidaridad y compromiso y mucha gente está comiendo porque están esas ollas”.
que tiene muy buenos ingresos en el mundo privado y habría que convocarlos para que pongan algo. Eso sin tocar a las empresas que después tienen que ayudar en la recuperación.
Para el gobierno, no se debe gravar al capital para que nos ayude a salir de la crisis.
No hablo de descapitalizar a las empresas, me refiero a los ingresos. Se confunde capital con ingreso, el capital puede ser una riqueza que se hereda, por ejemplo. En cambio en el fluir de la economía están los ingresos, y considero que habría que convocar a los dueños de esa riqueza para que pongan algo, y eso no es tocar a las empresas.
¿A quiénes por ejemplo?
Quienes dirigen las AFAP y tienen un plus por ejemplo, u otros en situaciones similares deberían colaborar en este momento. Lo contrario será multiplicar el endeudamiento que vamos a tener que utilizar para salvar las empresas.
¿Quiénes serán los grandes héroes de esta pandemia?
Los grandes héroes son los que levantan ollas populares por aquí y por allá. Ellos están dando un mensaje de solidaridad y compromiso y mucha gente está comiendo porque están esas ollas. Las respuestas que se han dado del gobierno son bienvenidas, y las apoyo. Pero apoyo también las ollas populares, que reivindican la empatía que tiene nuestro pueblo.
¿El Covid-19 cambió gran parte del debate porque ya no se habla del déficit fiscal ni de achicar el Estado?
Todo indica que el déficit fiscal se va a acentuar y será así en todo el mundo por obvias razones, hay una tendencia a expansión de carácter monetario porque lo que va a estar en juego son condiciones que multiplican las posibilidades inflacionarias.
¿Y la discusión sobre el rol del Estado?
El coronavirus ha desnudado al capitalismo. En los últimos tiempos hay mucho más riqueza en el mundo, pero se ha acentuado aún más la desigualdad, y se ha golpeado la imagen de Estado. Han acuñado la idea del Estado mínimo para dejar todo librado al mercado, pero cuando las papas queman el único que decide sigue siendo el Estado.
¿Y cuál es el problema del Estado?
Las sociedades modernas van a seguir teniendo inevitablemente Estados espesos crecientemente, y por lo tanto, el problema es cómo se mejora ese Estado. Hay que poner mucha cabeza y esfuerzo en la formación de los recursos humanos. Las empresas privadas buscan los más brillantes profesionales, consiguen lo mejor que pueden encontrar a nivel del mundo. No puede ser que a esta altura, no pensemos que el Estado, siendo una necesidad permanente para existencia de las sociedades, no dedique un capítulo a la formación de su personal y a la concientización de su burocracia para multiplicar su compromiso y eficiencia. Yo no puedo hacer fuerza con una llave que se parte cuando hago fuerza porque no sirve. Necesito una herramienta acorde al trabajo que voy a hacer, de calidad. El Estado vino para quedarse porque es una necesidad colectiva de las sociedades modernas.
¿Este virus cambiará el mundo?
Hace tiempo que ya hubo un cambio fenomenal en la economía del mundo. Hace 20 años el 25% del PBI mundial lo representaba Europa, ahora no llega al 15%. La economía del mundo se está inclinando hacia Asia, y dependemos en gran medida de esta situación. No sabemos cómo va a reaccionar Asia después de esto, en 2006 China era la cuarta economía del mundo, y en 6 años duplicó a la economía alemana y no estamos lejos de que alcance al PBI de EEUU. No sabemos cómo reaccionará Asia. En esta parte del mundo somos un poco pro-europeos por descendencia y cultura, pero la economía cada vez se inclina más para Asia.
Las grandes potencias, ¿subestimaron la pandemia?
Las grandes potencias subestimaron la capacidad de difusión y no se actuó a tiempo y eso dio ventaja a la contaminación, es un mundo muy interconectado. Fíjense lo que pasó en Italia porque hay mucho turismo. Italia vive de vender el prestigio de sus piedras, de vender Roma.
¿Se demoraron las medidas en los grandes países?
No se actuó a tiempo y eso dio ventaja a la contaminación. Dicen que Obama había formado un equipo para trabajar en prevención de epidemias y Trump lo disolvió. Creo que se han cometido errores y no se tuvo en cuenta la recomendación de los organismos mundiales especializados, la política que toma las decisiones no necesariamente respetó los consejos que le daba la ciencia. Hubo que hacer una experiencia en la práctica y con el diario del lunes se ven los enormes defectos.
¿Es culpa de la política?
Los hombres de ciencia hace 30 años que dijeron lo que debemos hacer y la política no lo pudo encauzar porque los grandes Estados están más preocupados por quienes ganan las elecciones y no se preocupan de la suerte de la humanidad. Esto nos
El coronavirus ha desnudado al capitalismo. En los últimos tiempos hay mucha más riqueza en el mundo, pero se ha acentuado aún más la desigualdad, y se ha golpeado la imagen de Estado”.
está privando de medidas globales. Las diferencias han creado como un rebrote localista en los países centrales que nos alejan aun más.
¿Qué rol cumplen los organismos internacionales en todo esto?
Los organismos internacionales están cada vez más debilitados. A uno le da la impresión que son una burocracia internacional sin poder, que el único beneficio tangible de su accionar lo sienten las empresas aeronáuticas y las cadenas de hoteles. Porque más allá de declaraciones pomposas, no tienen ningún poder.
¿Cómo convive la cuarentena con la necesidad de los motores encendidos?
La sociedad entera está en una encrucijada porque no se puede discutir la contradicción vida-economía. Cualquiera puede afirmar que lo primero es la vida, pero en la medida que pasa el tiempo, descubrimos que estamos en una nueva realidad y vamos a tener que aprender a convivir con esta plaga.
¿Y cómo se hace?
Por un largo tiempo tendremos que aprender a convivir con esta plaga hasta que la ciencia encuentre alguna respuesta. A la larga, las sociedades modernas son terriblemente complejas y no soportan una parálisis permanente porque la vida está condicionada por una serie de requerimientos y es imposible un país paralizado. Tenemos que formarnos en la cabeza la idea de que vamos a convivir con esta plaga pero con un lento funcionamiento, siempre con la guardia alta para no descuidarnos en el contagio.