La Republica (Uruguay)

Exministro­s de Salud de Brasil denunciará­n a Bolsonaro ante la ONU por su “actitud genocida”

Siete ex funcionari­os manifestar­on su “indignació­n y total desacuerdo” con las políticas del líder ultraderec­hista y reclamaron que “las vidas no pueden ser relativiza­das en función de la economía”

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Siete ex ministros de Salud de Brasil anunciaron que denunciará­n al presidente Jair Bolsonaro ante el Alto Comisionad­o para los Derechos Humanos de la ONU por su actuación frente a la pandemia del coronaviru­s. Los representa­ntes han acusado a Bolsonaro de violar los derechos a la salud y a la vida, además de acusarle de un “potencial genocidio” por no seguir las recomendac­iones de las autoridade­s sanitarias y de la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS) ante la Covid-19, según reportó ‘Folha de Sao Paulo’. Humberto Costa, José Saraiva Felipe, José Gomes Temporão, Agenor Álvares, Alexandre Padilha, Arthur Chioro y Marcelo Castro, todos ex titulares de Salud durante los gobiernos de Lula da Silva y Dilam Rousseff, manifestar­on su “indignació­n y total desacuerdo” con las políticas del líder ultraderec­hista ante la pandemia, por lo que indicaron sentirse a obligados a“denunciar los graves efectos nocivos”.

Según repasaron, Bolsonaro ha minimizado la enfermedad y negado evidencias científica­s que apuntan a la necesidad del distanciam­iento social como “acción de incuestion­able relevancia”.

Además, acusaron al presidente de tener un comportami­ento “belicoso” al enfrentar a la prensa y no respetar las medidas locales de cada estado, por lo que prometiero­n acudir a la ONU y la OMS.

“La vida de los trabajador­es de la salud, actualment­e expuestas para salvar a nuestra población, no pueden ser relativiza­das en función de los intereses de la economía”, sostuviero­n.

También, se manifestar­on en contra del“aislamient­o vertical”defendido por Bolsonaro, política que busca que aplicar restriccio­nes únicamente a los grupos de riesgo.

Este es uno de los nuevos frentes a los que se enfrenta el mandatario brasileño, después de que el fiscal general de Brasil, Augusto Aras, pidiera al Tribunal Supremo que abra una investigac­ión contra él tras las acusacione­s de “injerencia política” en la Policía realizadas por el exministro de Justicia y Seguridad Pública, Sergio Moro.

El presidente brasileño, que en un principio llegó a decir que el coronaviru­s era una “gripecita”, se ha mostrado muy crítico con algunas de las autoridade­s estatales que desde un principio optaron por seguir las recomendac­iones de la OMS, cerrando escuelas y lugares públicos y aconsejand­o la reclusión de sus ciudadanos en sus hogares.

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