Las 72 horas que sacudieron a la coalición
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El gobierno atravesó esta semana por una inesperada crisis de gabinete con la salida anticipada del canciller Ernesto Talvi, en un momento clave para el país, en plena cumbre del Mercosur. Una decisión del líder de Ciudadanos, el mayor sector del Partido Colorado y principal socio de la coalición, para muchos desconcertante, que le generó críticas dentro y fuera de la coalición. La renuncia programada acordada entre Talvi y el presidente Luis Lacalle Pou, el pasado 11 de junio, quedó sin efecto de un plumazo el miércoles pasado, un día antes de la transmisión del mando en el bloque. Ese día, Talvi hizo circular a través de Twitter la carta-renuncia dirigida al presidente Luis Lacalle Pou, en la que manifestó que su intención era permanecer en el cargo hasta fin de año durante la presidencia pro témpore del Uruguay en el Mercosur. Dentro del semestre, entendía que podría contribuir a concretar los acuerdos Mercosur -Unión Europea y Mercosur -EFTA y retomar las negociaciones con Canadá, Singapur y Corea.
Sin embargo, agregó, “comprendo que los tiempos en el gabinete los marca el presidente de la República. Le presento entonces mi renuncia al cargo. Nada más lejos de mi intención que ser un obstáculo en su deseo de nombrar al ministro de Relaciones Exteriores que considere más apropiado para acompañar su gestión”, afirmó. Y por último, “ha sido un privilegio servir a los ciudadanos del Uruguay desde la Cancillería en este tiempo en el que hubo que enfrentar desafíos sumamente complejos”. ¿Qué pasó en tan poco tiempo como para que una decisión de este tipo que sin duda debilita al gobierno se vuelva inexorable?
La cronología de los hechos ofrece algunas pistas pero no termina de cerrar una explicación convincente. El mismo miércoles, en su último acto como canciller, Talvi había presentado en forma virtual ante el Consejo de Mercado Común los lineamientos estratégicos que impulsará el Uruguay durante la presidencia pro témpore. Hasta ese momento, nada hacía presagiar la tormenta que sobrevendría poco después. El día anterior, el propio Talvi había convocado a una conferencia de prensa en el Palacio Santos para dar a conocer esos lineamientos, decisión que, al parecer, no cayó bien en la Torre Ejecutiva.
“Hoy presentamos lo que vinimos a hacer: una diplomacia Económica y Comercial 5.0 para abrirles mercados a nuestros productos, a traer talento e inversiones de alto impacto. Objetivo: empleos de calidad para nuestra gente y que los jóvenes sueñen con un proyecto de vida en su tierra”, resu-
mió el canciller, en un discurso más parecido al de un ministro de Economía que recién comienza su gestión. Esa misma tarde, a nivel de las redacciones de los diarios, comenzó a circular la versión del inminente relevo de Talvi y la designación como su sustituto del embajador en España Francisco Bustillo, de extracción nacionalista y amigo personal del presidente.
El mismo miércoles, enterado por la prensa de su sustitución, después de hablar por última vez como canciller, Talvi vació su despacho del Palacio Santos y se despidió de su equipo dejando atónitos y sorprendidos a varios funcionarios.
Al final de ese día miércoles, Talvi reconoció la labor de los funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores y lo que“hemos hecho en estos meses”. “Seguirán trabajando por nuestro país con un solo objetivo: la satisfacción del deber cumplido”, agregó. Si bien en los primeros meses de gestión se habían producido cortocircuitos entre dirigentes y partidos de la coalición multicolor, hasta ahora todos habían logrado ser descomprimidos. En este caso, sin embargo, no pudo evitarse que la sangre llegara al río.
Hay quienes apuntan al temperamento del ahora excanciller para explicar su salida intempestiva del Palacio Santos. El propio Talvi reconocía tiempo atrás en una entrevista en Santo y Seña de Canal 4 su carácter “pasional para hacer las cosas” y que a veces el “temperamento me traiciona”. Tal vez esto explicaría el deterioro acelerado de la relación con el presidente Luis Lacalle Pou de los últimos meses. Hay quienes mencionan fuertes discusiones en la Cancillería a raíz de decisiones adoptadas por el canciller. En particular, se mencionan la reducción de un 75% de las partidas destinadas a gastos de etiqueta (recepciones, cenas, etc.) de 95 misiones de Uruguay en el exterior, lo que generó un fuerte malestar interno. En 2019, el gasto de etiqueta ascendió a 1,9 millones de dólares. Otra de las diferencias apuntan a la designación del candidato a presidir el BID y el cuestionamiento del ministro colorado a la decisión del gobierno de apoyar al estadounidense Mauricio Claver– Carone, decisión que contravendría los estatutos del propio BID.
Ante la oposición de Talvi, el gobierno hizo el anuncio a través de un comunicado del Ministerio de Economía y Finanzas.
Este tema generó diferencias en la propia Cancillería. Mientras que Talvi calificó de “error” la decisión del gobierno, la subsecretaria Carolina Ache le extendió su apoyo. Consultado por LA REPÚBLICA, Talvi prefirió no opinar sobre el tema. Expresó: “No voy a hacer comentarios sobre decisiones que ya se tomaron. Se trata de un asunto interno al proceso de toma de decisiones natural en un gobierno”. Otro de las diferencias tuvo que ver con el tratamiento del tema Venezuela. Talvi desentonó al intentar reactivar la negociación para lograr una salida, al punto de evitar el término dictadura para referirse a este país, lo que también provocó la reacción del gobierno, desde el presidente hasta el secretario de la Presidencia.
Pero sean estas razones u otras, tal vez no sea más que la punta del iceberg debajo de la cual se contrapongan estilos diferentes de hacer política, aspiraciones y tiempos personales que agotaron tempranamente su tiempo dentro del gabinete.
El futuro dirá hasta qué punto esta decisión afectará o no a la coalición. Desde su sector político, Ciudadanos, un dirigente apuntó: “La decisión de Talvi fue justificada, personal, y el sector no abandona el gobierno”. Hasta ahora, el excanciller ha guardado silencio, actitud que no abandonará, aseguró, para no perjudicar a la coalición.
“Mi contribución al buen funcionamiento de la coalición es guardar silencio”, declaró el jueves pasado al semanario Búsqueda. El mismo día, el presidente Luis Lacalle Pou fue consultado sobre la renuncia de Talvi.
El mandatario se expresó en el mismo sentido. “Muchas veces hablo cuando creo que tengo que hablar y otras tantas callo, cuando creo que tengo que callar, y ese es mi mejor aporte que puedo hacer hoy al país y al gobierno”, afirmó. Agregó que tiene en lo personal el mejor concepto sobre Talvi pero “obviamente aquí se entremezclan cuestiones políticas y personales”. En esa misma conferencia de prensa, Lacalle confirmó la designación del exembajador Bustillo como el nuevo canciller.
Talvi deja la Cancillería en momentos que algunas mediciones de opinión pública lo ubican con mejor imagen dentro del gobierno. Ayer, en Twitter, el excanciller afirmó: “hacer es la mejor manera de decir”. Talvi, que asumió en la Cancillería el pasado 2 de marzo, aún no tiene decidido si ocupará su banca en el Senado.
Por lo pronto, tiene pensado pedir licencia en la Cámara Alta para definir cómo seguirá su futuro político. Al parecer, dirigentes de Ciudadanos lo habrían persuadido de ocupar la banca en el Senado para la cual fue electo, lo que ocurriría a partir del año próximo. En tanto que, Carolina Ache, también de Ciudadanos, seguirá al frente de la Subsecretaría del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Por su parte, el senador Adrián Peña (Ciudadanos, Partido Colorado) asumiría al frente del recién creado ministerio de Medio Ambiente.