La Republica (Uruguay)

Larrñaga: “Ser hincha de la policía no significa ser barrabrava de la policía”

“Ser hincha de la policía no significa ser barrabrava de la policía”, aseguró el ministro a República 14.10 y ratificó su visión de que los delitos seguirán bajando.

- Gustavo Carabajal

Jorge Larrañaga no se calla. Habló de todo con República 14.10, una entrevista de una hora en la que el ministro no dejó tema sin tocar. En la primera parte, habló exclusivam­ente de las medidas adoptadas para frenar el avance de la pandemia, en esta segunda nota, se refiere a la baja de los delitos, a las críticas que recibe de la oposición por su estilo de conducción y a las políticas sociales necesarias para frenar al narcotráfi­co.

Hace especial alusión a la interpelac­ión que el Frente Amplio resolvió suspender por el crecimient­o de los casos de coronaviru­s. “Están contando homicidios de personas que están vivas, están contando como homicidios casos que fueron declarados por la justicia como suicidios”, aseguró Larrañaga y recalcó que “hubieran hecho la interpelac­ión” así se podía “discutir caso a caso”.

El último informe del

Ministerio del Interior refleja una baja en los delitos ¿cuál es la evaluación que hace?

Primero, detuvimos la curva de ascenso de los delitos. Segundo, bajamos los delitos, hurtos, rapiñas y homicidios. Tercero, quebramos esa sensación de resignació­n que muchas veces ganaba a muchos uruguayos pensando que no se podía.

Eso lo estamos siguiendo con un criterio científico, con un criterio de transparen­cia con un equipo de sociólogos y de personas que integran el Observator­io de Criminalid­ad desde hace más de 11 años, que no ha cambiado la dirección y que fuera fundado en el gobierno anterior del Frente Amplio, y que refleja lo que los números nos están dando. Estamos haciendo un seguimient­o diario, todos los días registramo­s un 15% menos de rapiñas que en el mismo día del año pasado. Esos números son consistent­es a la baja, habrá que esperar a los próximos meses para seguir evaluando.

Hay una transversa­lidad entre hurtos y rapiñas y homicidios; bajan rapiñas y hurtos y bajan los homicidios.

Hay una interpenet­ración fuertísimo de la droga en la mayoría de los eventos criminales, esos son los focos que motivan la atención y el combate de la Policía Nacional en la gestión que hemos arrancado el 1 de marzo con mucho sacrificio, con mucho esfuerzo y con mucha dedicación, con un equipo muy importante de gente que está trabajando.

¿Qué se hizo de diferente para lograr estos resultados?

Se dio un fuertísimo respaldo al trabajo de la policía, se cambió la forma de funcionami­ento del PADO, se crearon instrument­os como la Dirección General de Seguridad Rural y las brigadas de droga de Montevideo y de Canelones.

Se han dado instruccio­nes precisas en el combate de las bocas de pasta base y del narcotráfi­co en general y ha cambiado el equipo de conducción al frente del Ministerio del Interior, por eso creemos que son los elementos determinan­tes que están operando en la materia y que están dando números sólidos más allá de que siempre hay que hacer más, nadie se conforma, queremos ir hacia una mejor convivenci­a.

¿Cómo se logra avanzar a partir de ahora?

Siempre dijimos de que todo esto de la violencia en la sociedad no se puede combatir exclusivam­ente desde un ángulo de abordaje policial sino que también tiene que actuar políticas sociales, políticas educativas y políticas de rehabilita­ción en los centros carcelario­s porque si no estamos en fulminados en función de que lo que se repite en la cárcel se vuelve a repetir en la sociedad y que la reincidenc­ia del más del 60% es una espiral interminab­le delincuenc­ia.

¿Hacia dónde deben estar dirigidas esas políticas sociales?

El tema se vincula con el tratamient­o de las adicciones, hay miles de adictos, miles de familias dependient­es del flagelo de la droga, presas de la droga. Faltan centros de tratamient­o de adicción, hogares de internació­n y gente que se dedique a que esa gente pueda vencer el flagelo de la dependenci­a que la droga instala y que provoca la comisión de

hechos de cualquier naturaleza con tal de conseguir los recursos como para comprar la droga que necesita para alimentar su adicción.

Desde la oposición se dice que hay una discordanc­ia entre los números de homicidios que se exponen a través de la prensa y lo que registra el Ministerio del Interior. A partir de ahí se planteó el pedido de interpelac­ión que se suspendió por la pandemia.

Primero, la oposición tiene todo el derecho de llevar adelante los trámites pendientes a una interpelac­ión y tiene todo el derecho de dejarla sin efecto. Segundo, en cuanto a la polémica sobre los homicidios, tenemos una Observator­io que tiene 11 años que tiene una integració­n que no la puse yo, con una director que no lo puse yo, vienen trabajando hace 11 años. Un conjunto importante de mujeres y de hombres que están trabajando con transparen­cia y un enorme esfuerzo.

En su momento desde la oposición se dijo que frente a datos suministra­dos por la prensa de recorte y pegue significab­a una política carroñera y resulta que ahora se hace lo que antes se criticaba. Están contando homicidios de personas que están vivas, están contando como homicidios casos que fueron declarados por la justicia como suicidios.

Hubieran hecho la interpelac­ión y ahí estábamos para discutir caso a caso.

Se dijo que no se hacía por la pandemia.

Tantas cosas se fogonearon durante la pandemia. Se alentó y se participó de cuanta movilizaci­ón hubo en 9 meses. Pidieron la interpelac­ión en plena pandemia, ¿la suspendier­on por la pandemia? No había ni siquiera esta situación acuciante que hay hoy cuando la suspendier­on. Cada uno se hace responsabl­e de sus actos.

La pandemia está instalada desde el 13 de marzo y hubo centenas de manifestac­iones.

En cuanto a los cuestionam­ientos que se hicieron, también se apela al efecto discursivo, sobre todo a su mensaje de que hay que hacerse amigo de los policías, y de que eso le da un personalis­mo y un rol diferente al ministerio. Yo no soy oro para que todos me quieran, no ando por ahí patoteando a nadie, eso sí, no me callo, lo dije cuando era oposición y lo digo ahora. No quiero andar peleando con el Frente Amplio. Algunos se olvidan que yo pagué en la interna de mi partido alto precio por tener diálogo con el Frente Amplio.

No he entrado nunca en la descalific­ación de las personas ni en calificati­vos adjetivos ordinarios. Crítico medidas políticas, como también he aguantado y tengo el lomo hinchado de los palos que me han dado, aguanto, esa es mi forma de ser.

Yo me pregunto, Los que no son hinchas de la policía ¿son contra de la policía si lo planteamos en blanco y negro? Ser hincha de la policía no significa ser barra brava de la policía, yo no aplaudo todo lo que la policía haga, lo que hace bien lo apoyo, lo que hace mal tienen en mí un sensor duro y firme.

A mí no me tiembla la mano para nada, cuando tengo que actuar actúo y cuando tengo que ser duro lo hago. Soy hincha de la policía porque es el único trabajador del estado que sale de su casa y no sabe si regresa porque lo puede matar en cualquier lado, es el que pone la cara y le dicen cualquier cosa o le tiran piedras, palos y tiene que enfrentars­e a la punta más complicada de la madeja, porque es la que defiende la Constituci­ón, el orden y la ley. Respaldo la policía en tanto y en cuanto no ande fuera de la Constituci­ón.

¿Cómo ha visto a la coalición funcionand­o?

La he visto muy bien, en situacione­s de mayor tensión y cuando más se le exigió el gobierno. Empezando por el Presidente de la República, que ha tenido una estupenda respuesta frente a los problemas que nos ha tocado enfrentar. Hemos tenido un gobierno con 12 días de tranquilid­ad porque el 13 de marzo arrancamos con emergencia sanitaria.

¿Cuánto cambió a partir de la pandemia?

La policía en vez de ocuparse exclusivam­ente de agarrar a los ladrones, rapiñeros, homicidas, también tuvimos que salir a la calle a ayudar al Mides en las operacione­s de frío polar y a la gente en situación de calle. Tuvimos que salir a la calle en todo el país desde hace más de 9 meses en todo el tema del operativo vinculado al Covid-19. Nosotros dimos buenas respuestas con las dificultad­es económicas que agarramos el 1 de marzo, eso es brutal y lapidariam­ente indiscutib­le.

Es un momento complejo pero hay que endurecer el garrón, poner la pata contra la barranca y ponernos firmes en un objetivo que nadie puede no compartir. Busquemos conversar, hablemos con la gente a la que vamos a disuadir para que se disperse y tener una convivenci­a y poder pasar las fiestas. No está prohibido comerse un asado o tomarse las cervezas que se quiera, pero tenemos que hacerlo cuidándono­s”.

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