EMBAJADOR...
La semana anterior, el Embajador de los Estados Unidos en México, Ken Salazar, realizó una visita a la ciudad de Mexicali, donde sostuvo un encuentro con la Gobernadora de Baja California, Marina Avila. En la visita, el funcionario estadounidense visitó las instalaciones del puerto fronterizo Calexico Oeste, donde recibió información sobre las operaciones de una de las garitas más activas de la frontera suroeste.
En su mensaje, el Embajador destacó la multimillonaria inversión que la administración del Presidente Joe Biden ha realizado en los puertos fronterizos.
Además, dijo que las obras en los puertos fronterizos reflejan la buena entre los gobiernos de México y Estados Unidos.
Después del evento, al cual la prensa fue invitada apenas una noche antes, el Embajador visitó la zona de los humedales alimentados con agua del Río Colorado, en la frontera entre Sonora y Baja California.
En el evento en el puerto fronterizo de la zona centro de Calexico, hubo una serie de omisiones por parte del representante del gobierno estadounidense ante México. En primer lugar, Salazar optó por no hablar de los largos tiempos de espera, causados por la falta de personal y que en ocasiones aumentan hasta varias horas. Este problema ha llevado al Valle Imperial a perder importantes sumas de dinero y empleos, ya que muchos cachanillas prefieren mantenerse del lado mexicano de la frontera en lugar de pasar decenas de sus valiosos minutos de vida para realizar compras, visitar a familiares o ingerir alimentos en sus lugares favoritos.
Durante la breve gira, el Embajador tampoco habló sobre los malos tratos que sufren los viajeros por parte de esas “manzanas podridas” que laboran en CBP a nivel local. Debo aclarar que no todos los agentes federales que laboran en los puertos fronterizos son groseros o rudos con quienes cruzan la frontera. El problema es que esos pocos hacen mucho ruido y manchan la importante labor de la agencia. En algunos casos, esos malos tratos han afectado a algunos ciudadanos estadounidenses y a muchos mexicanos. Quizá la raíz del problema se deba en parte a las largas jornadas de trabajo de los oficiales, aunque no descartaría casos de racismo y discriminación por un puñado de algunos de ellos, quienes en raros casos deben enfrentar a la justicia por sus malas acciones.
Por otra parte, tampoco se abordó el asunto del desperdicio de infraestructura, especialmente en el lado mexicano. El gobierno de nuestro vecino país invirtió importantes sumas de dinero para que los vehículos pudieran pasar de forma rápida a través de tres carriles en la zona centro y otros dos del lado de la Colonia Pueblo Nuevo a fin de agilizar el paso y reducir los tiempos de espera. Sin embargo, gracias a la decisión de CBP de crear un filtro para identificar a quienes cuentan con la debida documentación para cruzar a los Estados Unidos antes de pisar suelo americano, luego de los intentos de ciudadanos de otros países para cruzar de forma irregular a los Estados Unidos, lo que afecta al comercio y al medio ambiente.
El Embajador también olvidó las alertas lanzadas por el Departamento de Estado, agencia bajo cuya jurisdicción se encuentra la Embajada, a los ciudadanos estadounidenses a la hora de visitar la zona rural del vecino municipio debido a la ola de violencia que afecta al Valle de Mexicali desde hace algunos años, que concuerdan con la llegada del Movimiento de Regeneración Nacional, que encabeza el Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Por todo esto, lo único positivo de la gira que sirvió para que el Embajador se tomara una fotografía junto a la Gobernadora Avila es simplemente eso: su visita, lo cual me deja pensando si realmente fuese benéfico para el Valle Imperial la visita de otros altos funcionarios del estado o del país.