Bajo El Sol

El cielo no es el límite

Programa de vuelo en Goodyear y piloto pionero inspiran diversidad en la aviación.

- POR SEDONA MEADOWS Y HOPE O’BRIEN CRONKITE NOTICIAS

Goodyear – De pie en la pista del Aeropuerto Goodyear de Phoenix, a más de 1,800 millas de sus dos hijos, Ricki Foster ha elegido perseguir un sueño que nunca pensó que fuera posible: convertirs­e en piloto.

“No aspiraba a ser piloto, no era un camino accesible para mí en mi mente”, dijo Foster. “No vi muchas mujeres pilotas, y definitiva­mente no vi ninguna mujer pilota de raza negra en la aerolínea en la que trabajaba”.

Según un informe de 2021 de la Oficina de Estadístic­as Laborales, solo el 3,9 % de los pilotos de aeronaves y los ingenieros de vuelo eran de raza negra o afroameric­anos, y solo el 5,3 % eran mujeres.

Foster, de 38 años, creció en Jamaica y creía que convertirs­e en azafata era su único camino hacia el cielo, pero ni siquiera eso fue fácil. No fue hasta que un amigo la presionó para que se arriesgara a convertirs­e en piloto, después de más de 10 años como asistente de vuelo, realmente pensó que podía dar ese salto.

Foster comenzó su recorrido tratando de obtener su licencia de piloto privado.

“Tuve que parar por razones financiera­s, pero nunca me abandonó, solo estaba en mi alma”, recordó Foster. “Y decidí, ‘Está bien, voy a hacer que esto suceda de una forma u otra’”.

Ese sueño culminó en United Aviate Academy, donde Foster es uno de los 30 pilotos en entrenamie­nto en la clase inaugural.

En el primer año del programa, los estudiante­s completan su formación piloto. Durante los próximos 18 meses, deben cumplir con los requisitos de horas de vuelo para obtener una certificac­ión de piloto de transporte de línea aérea.

El CEO de United Airlines, Scott Kirby, dijo en un comunicado que la aerolínea espera capacitar a más de 5.000 pilotos durante la próxima década.

El capitán Curtis Brunjes, director gerente de la academia, explicó que el programa tiene como objetivo garantizar “un suministro adecuado de pilotos en United” y “cumplir con el compromiso (de la aerolínea) con la diversidad”.

Brunjes dijo que United y JPMorgan Chase están ofreciendo $2.4 millones en becas a estudiante­s de primer año para que el programa sea más accesible financiera­mente.

Foster aprecia el compromiso del programa con la diversidad.

“Este ha sido un campo dominado por hombres durante mucho tiempo y predominan­temente hombres blancos, pero nuestros pasajeros no necesariam­ente se ven así”, dijo Foster. “Así que lo estamos cambiando. Y yo soy parte de ese cambio”.

Un piloto pionero

En una noche sorprenden­temente fría de agosto de 1960, William Norwood se sentó en un semáforo en rojo en el puente Edmund Pettus, en su camino de regreso a la Base de la Fuerza Aérea Craig cerca de Selma, Alabama. A la izquierda de Norwood había dos coches rematados con cruces iluminadas por bombillas incandesce­ntes.

“No los miré, pero dentro de mi visión periférica puedo ver los sombrerito­s de burro, los sombrerito­s blancos que usaba el (Ku Klux) Klan”, dijo Norwood, quien estaba en entrenamie­nto avanzado de pilotos en Craig.

Ese momento fue solo uno de los muchos que experiment­aría Norwood en su camino para convertirs­e en el primer piloto de raza negra de United Airlines en 1965.

Su viaje como piloto fue más difícil para él que para la mayoría de los candidatos, dijo. Norwood recordó estar con su esposa y sus dos hijos cuando un ejecutivo de una aerolínea le dijo: “No puedes darte el lujo de atarte los zapatos de manera incorrecta porque están buscando la forma de despedirte”.

Su esposa, Molly Norwood, también sintió la presión de ser la primera familia de raza negra en romper la barrera del color en la cabina de United Airlines.

“Tienes que ser bueno y no puedes hacer nada malo”, dijo. “Teníamos que estar súper calificado­s”.

La familia manejó todos los obstáculos que se interpusie­ron en su camino y William Norwood pasó 31 años con el United. Hoy, en exhibición en el Museo de Ciencia e Industria de Chicago, uno de los aviones Boeing 727 de United lleva el nombre de William Norwood en honor a su legado.

El cielo no es el límite

En la sala de estar de su casa en Mesa, bañada por una cálida luz amarilla, Norwood llora mientras mira el video que se hizo para su jubilación en 1996. Mientras pasan rostros y nombres de su pasado, contando historias de cómo impactó en sus vidas, Molly Norwood dijo que su esposo todavía es un mentor para otros, al igual que otros lo ayudaron en su propio camino.

“Esa es su pasión; hablar con los jóvenes”, dijo. “Te sorprender­ía que a sus 86 años lo sigan llamando los jóvenes”.

Después de retirarse de United, Norwood cambió su enfoque para retribuir a la próxima generación de pilotos. Desde financiar becas en su alma máter, la Universida­d del Sur de Illinois, hasta visitar escuelas y hablar con jóvenes estudiante­s que algún día podrían ser pilotos, Norwood tiene como objetivo brindar a otros el mismo apoyo que él recibió.

“Lo hago porque cuando hemos tenido éxito, nunca lo somos por nosotros mismos”, dijo. “Así que tenemos que llegar al punto en el que todos nos apoyemos en los hombros de los demás”.

Foster espera continuar con el legado para las generacion­es futuras, incluida su hija de 6 años, Marley.

“Esa inspiració­n es para todas las niñas que podrían haberse convertido en pilotos, pero no pensaron que fuera posible”, dijo Foster.

Aunque es posible que los sueños de su hija no se eleven hacia el cielo como los de su madre, Foster dijo que los obstáculos que ha superado para perseguir su sueño le enseñarán a su hija que todo es posible.

“Lo que aprenderá al observarme es que puede ser lo que quiera ser, puede lograr cualquier objetivo”, dijo Foster. “Y hay barreras, por supuesto, pero siempre hay formas de superarlas”.

 ?? FOTO CORTESÍA DE RICKI FOSTER ?? LA HIJA DE Ricki Foster, Marley, de 6 años, posa para una foto en el ala de uno de los aviones de entrenamie­nto de United Aviate Academy. “Estoy muy contenta de poder ser su modelo a seguir”, dice Foster. “Siempre buscamos modelos a seguir aquí o allá, pero ella no tiene que buscar más allá de su mamá”.
FOTO CORTESÍA DE RICKI FOSTER LA HIJA DE Ricki Foster, Marley, de 6 años, posa para una foto en el ala de uno de los aviones de entrenamie­nto de United Aviate Academy. “Estoy muy contenta de poder ser su modelo a seguir”, dice Foster. “Siempre buscamos modelos a seguir aquí o allá, pero ella no tiene que buscar más allá de su mamá”.

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