Nuevos ciudadanos votan en esta elección‘ crucial’
Un año después de que Miguel Pérez Jr. luchó contra su deportación y pudo convertirse en ciudadano estadounidense, estará entre los ciudadanos recién naturalizados que emitirán su voto para presidente por primera vez este año.
“Sé que muchas generaciones dicen lo mismo sobre la elección de su época, ‘ oh, aquella fue la elección del siglo’”, dijo Pérez. “Pues esta es muy crucial para los tiempos en los que vivimos no solo la pandemia sino todo. Realmente necesitamos un cambio”.
Pérez, de 42 años, votó en las elecciones primarias de marzo, pero esta será la primera vez que votará en una elección presidencial general. Estaba tratando de averiguar cuándo votar temprano porque no quería arriesgarse a que sucediera algo el día de las elecciones que le impidiera emitir su voto. Prefería votar en persona para tener “todo el sentido” que surge al emitir un voto en persona.
Es uno de los más de 23 millones de inmigrantes estadounidenses en todo el país que son elegibles para votar en las elecciones presidenciales de 2020, según el Centro de Investigación Pew. La participación entre los votantes inmigrantes es menor que la de los votantes nacidos en Estados Unidos, pero los ciudadanos naturalizados en la comunidad latina tienen una tasa más alta de participación de votantes que los latinos nacidos en Estados Unidos, según Pew.
Los defensores de inmigrantes habían expresado su preocupación a principios de este año por el retraso en los casos de ciudadanía que probablemente significa que algunos casos no se procesarán a tiempo para el día de las elecciones. En todo el país, más de 700,000 personas tenían casos de naturalización pendientes el 31 de marzo, según los datos más recientes disponibles de los Servicios de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos. En Chicago, esos retrasos significaron que 21,977 personas tenían solicitudes de naturalización pendientes en ese mismo período de tiempo.
Pérez, quien como parte del Ejército de los Estados Unidos sirvió en Afganistán, fue deportado a México en 2018 luego de ser condenado por un delito de drogas. El gobernador J. B. Pritkzer le otorgó un perdón y le abrió la puerta para que regresara a los Estados Unidos para reabrir su caso de ciudadanía.
La atención a su caso le ha otorgado más conocimiento de la política que la mayoría de los votantes. Fue invitado por el representante de Estados Unidos, Jesús “Chuy”
García, demócrata por Illinois, a asistir al discurso sobre el Estado de la Unión del presidente Donald Trump a principios de este año, y visitó Washington para hablar con legisladores sobre los veteranos estadounidenses deportados.
“También siento la frustración”, dijo Pérez sobre su tiempo en Washington. “Veo cómo ( los demócratas) luchan con la administración”.
Dijo que le apasionaba sacar a la administración Trump de su mandato. Desde que regresó a los Estados Unidos, Pérez dijo que continúa abogando por los veteranos deportados escribiendo cartas y llamando a los legisladores.
Rissi Pacheco depositó recientemente su boleta en un lugar seguro de entrega, meses después de haberse naturalizado. A Pacheco, que nació en Belice, le preocupaba tener que esperar en una fila si votaba en persona, y tampoco quería tener que tomarse un día libre del trabajo para votar.
Llenó su boleta en casa, investigando nombres con los que no estaba familiarizada antes de ir a dejarla.
“Me sentí increíble al poder impactar cómo será nuestro gobierno y cómo eso afectará a mi comunidad ya las comunidades que me rodean”, dijo Pacheco. “Estoy muy orgullosa.”
Desde que fue elegible para votar, Pacheco, de 30 años, dijo que compartió información en las redes sociales y alentó a sus amigos y familiares a votar. Está nerviosa sobre cuál será el resultado el día de las elecciones. Ella cree que el país debería centrarse en la igualdad y la justicia para todos los residentes.
Y ahora que es ciudadana, Pacheco dijo que siente que su alma está en reposo y ha sentido una mejora en su autoestima.
“Definitivamente me siento más segura al hablar con la gente”, dijo Pacheco. “Me siento en paz, por fin”.