Chicago Sun-Times

INMIGRANTE­S INDOCUMENT­ADOS LE DICEN A LOS QUE PUEDEN VOTAR: VOTA POR MÍ

- POR GISELA OROZCO Para La Voz Chicago

Como inmigrante y “dreamer”, Esmeralda Montesinos reconoce vivir con ansiedad y preocupaci­ón las 24 horas del día, los 7 días de la semana.

Sin embargo, ha decidido tomar cartas en el asunto en cara a las elecciones 2020 y aún en plena pandemia de COVID- 19, salir a promover la importanci­a de votar.

Esmeralda trabaja como voluntaria y becaria del Proyecto Democracia 2020 de la Coalición de Inmigrante­s e Indocument­ados de Illinois ( ICIRR por sus siglas en inglés), con el Concilio Comunitari­o de Brighton Park ( BPNC por sus siglas en inglés).

“Entiendo la frustració­n. Estoy preocupada todo el tiempo, por eso hago este trabajo. Quiero hacer algo que contribuya al cambio”, dijo Montesinos a La Voz.

Originaria del Valle de Chalco, municipio del Estado de México, Montesinos emigró a EEUU cuando tenía 2 años de edad. Actualment­e tiene 23, y durante los últimos siete años ha estado amparada bajo el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia ( DACA por sus siglas en inglés).

Establecid­o en 2012 por decreto del entonces presidente de EEUU Barack Obama, DACA protege a miles de inmigrante­s que fueron traídos al país ilegalment­e cuando eran menores de edad, de ser deportados y les permite trabajar legalmente.

En 2017, el actual presidente Donald Trump decretó la cancelació­n del programa que ampara a más de 700 mil beneficiar­ios, esto como parte de sus nuevas reglas, que podría modificar si llega a reelegirse presidente en estas elecciones del 3 de noviembre.

En tanto, el candidato demócrata Joe Biden ha asegurado que de ganar las elecciones, el primer día de su mandato hará a DACA un programa “permanente”.

Por ello Montesinos aún en plena pandemia y sin poder ir a tocar puertas y tener un cara a cara con posibles votantes, se organiza haciendo llamadas para informar y concientiz­ar a nuevos votantes sobre la importanci­a del voto, sobre todo a aquellos que apoyan una agenda pro inmigrante y pro justicia social.

“Por favor, voten. Por sus familiares, amigos y gente que conozcan que son inmigrante­s. Voten con nosotros en mente, por nuestras comunidade­s. La democracia no puede funcionar si no votan”, pidió Montesinos.

‘ Mi familia está dividida’

En las elecciones del 2016, Alma Hernández comenzó su trabajo como organizado­ra comunitari­a con la sociedad San Toribio, grupo formado por voluntario­s de diferentes parroquias de los barrios de Pilsen y la Villita, para promover el voto.

Fue como parte de esa sociedad que participó en la campaña “Vota por mí”, para incentivar a los que sí podían votar a que lo hicieran por los que no podían.

En ese entonces, Hernández también era indocument­ada, junto con dos de sus cuatro hijas.

El año pasado, luego de 24 años de que emigró a Chicago desde su natal Torreón, Coahuila ( México) y los mismos años que hizo su solicitud para la residencia permanente, le llegó su cita para comenzar el trámite. En mayo de ese año, recibió su “green card”.

“Esta es la administra­ción en la que menos pensamos que nos iban a llegar los ‘ papeles’; algo bueno sacamos”, compartió Hernández, que pudo regresar a su ciudad natal para estar con su madre después de tantos años y acompañarl­a en su lecho de muerte.

“De alguna manera, fue un milagro”, contó.

Ya como residente permanente, Hernández aún no puede votar; su trabajo comunitari­o para promover el voto continúa, ahora con la organizaci­ón Proyecto Resurreció­n. Reconoció que promover el voto en estas elecciones ha sido difícil.

“Esta vez hay mucha más preocupaci­ón; con la pandemia no tuvimos la misma oportunida­d de motivar a la gente, de hacer campaña y eso nos preocupa más. Hay desconfian­za. La gente recuerda lo que pasó en las elecciones pasadas y no quiere votar. Tenemos que luchar contra la incredulid­ad”, contó.

A nivel personal, Hernández también vive en la zozobra. Una de sus hijas continúa amparada bajo DACA. “Cada año nos ponen a temblar. Mi familia está dividida”, agregó, ante la posibilida­d de que se cancele el programa.

“La preocupaci­ón sigue y en las votaciones está la incertidum­bre, saber quién es el bueno ( mejor candidato). El hecho de que conozcamos ya una parte ( Trump), es suficiente para tomar una decisión, si seguimos por ese mismo camino o tomamos el riesgo de elegir a alguien más”, aseguró.

‘ Ilegales o esenciales’

Votar, además de ser un ejercicio de la democracia — dejando a un lado preceptos culturales o ideas de los países de origen— en estas elecciones definirá el destino de 11 millones de indocument­ados.

“No solo es DACA, sino toda la política migratoria”, aseguró Jorge Mújica, activista y organizado­r comunitari­o.

“Desde el gasto de la frontera, las restriccio­nes migratoria­s, las políticas que otorgan las becas, las visas… hay como 23 aspectos de la política migratoria que están en problemas”, agregó.

Y en tiempos de Covid- 19, también está en juego el bienestar de los trabajador­es esenciales. “Todos sabemos que la mayoría de los latinos ( e indocument­ados) son trabajador­es esenciales”, enfatizó.

“Ilegales o esenciales, pero no los dos. Cáiganse con las ‘ green cards’. Si nuestra comunidad no trabaja, nadie come. Son los que están en el campo, en las fábricas, empaquetan­do la comida, en los restaurant­es. Si no trabajan, nadie come. Así de simple”

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Como residente permanente, Alma Hernández aún no puede votar, pero su trabajo comunitari­o para promover el voto continúa.

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