HONRAN FAMILIARES A CAíDOS EN COMBATE
Como es tradición, el panteón de la base militar fue decorado con banderas de EU durante el fin de semana del Memorial Day, que se conmemora hoy. Descendientes de soldados enterrados ahí los visitaron para recordar su valor
Durante este fin de semana de remembranza a los soldados que sirvieron en las fuerzas armadas y quienes dieron sus vidas en servicio a la nación, familias fronterizas acudieron al cementerio de la base militar Fort Bliss para recordar y homenajear a sus seres queridos.
La conmemoración del Memorial Day se realiza cada año durante el último lunes del mes de mayo. Como ya es tradición, dentro de los cementerios nacionales se decoran las lápidas de los valientes soldados que realizaron el máximo sacrificio durante su servicio o que vivieron sus vidas dentro del servicio.
Familias visitan a sus seres queridos y añaden decoraciones adicionales, conviven y comparten historias de aquellos que ya no están aquí. Con más de 50 mil lápidas, cada una cuenta con un historia y cada una cuenta con una familia.
“Mi abuelito esta enterrado aquí, éel era ciudadano mexicano y fue voluntario en el Ejército para que le dieran la ciudadanía a mi mamá y a mi abuelita. Él fue de la División Aérea número 82”, dijo Humberto Leyva, nieto del soldado Clemente Espinoza, quien luchó durante la Segunda Guerra Mundial.
“Yo vengo cada año y esta es una familia, todos somos iguales aquí. Yo tengo un hijo, un yerno y amistades aquí. Es una familia entre todos y muchos no lo comprenden. Estas no son tumbas, son familia”, comentó.
El señor Leyva consideró como un bello detalle el decorado de las lápidas pero de manera emotiva dijo que sería mejor poder tenerlos presentes.
“Sería mejor tenerlos aquí, pero algún día nos los topamos”, declaró.
Su esposa Christina Walker tiene tíos y primos enterrados en el cementerio de Ft. Bliss y reconoce la conexión que existe entre su familia y el servicio hacia las fuerzas armadas. “Hay tíos que nunca llegué a conocer pero me cuentan muchas historias de cómo peleó durante la guerra de Vietnam y cómo le mandaba cartas a mi mamá para que le diera ánimos para seguir”, afirmó.
Para Walker, este periodo de remembranza significa libertad y un sentido de agradecimiento. “Mucha gente hoy en día no reconoce el esfuerzo que estos hombres y mujeres realizaron. Me preocupa cómo la nueva generación da por desapercibido el esfuerzo y sacrificios de sus predecesores. La mitad de estas familias nunca llegaron a conocer a sus familiares”.
Acompañando a la pareja estaba su tía Ofelia González, quien estaba visitando a su hermano Armando Limón y su primo Ramón Hernández, los cuales fallecieron durante la guerra de Vietnam el mismo año, en el mismo mes, a escasos días de diferencia.
“Antes de que ellos se fueran a la guerra, uno sirviendo en el Navy y el otro en el Army, fuimos con nuestros amigos para tener un día de convivencia. Bebimos, reímos y nos divertimos. Al final de la noche, al momento de despedirnos, mi hermano y primo comenzaron a bromear y dijeron que si algo le llegara a pasar a cualquiera de los dos, el otro lo seguiría”, explicó.
Durante su servicio, Armando perdió su vida junto con los demás marinos dentro de la base naval USS Enterprise. “Él era uno de los marinos que murieron durante el incendio en el mes de enero, después de unos días le informaron a mi madre que el escuadrón de mi primo había sido emboscado. Todo esto paso hace 40 años y hasta este día, después de tanto tiempo, aún duele”, asegura.
González conoce sobre los sacrificios que han vivido los hombres y mujeres dentro de las fuerzas armadas y además de las dificultades que enfrentan al regresar lastimados. Los estragos y problemas al momento de recibir asistencia y la continua pelea por seguir adelante.
En su caso, la señora González sigue su lucha porque el nombre de su hermano Armando Limón sea reconocido dentro del monumento nacional de aquellos que dieron su vida en la guerra de Vietnam.
“El Congresista Beto O’Rourke nos esta ayudando a lograr nuestra meta que inició mi mamá y la que yo voy a terminar”, afirma.
El proceso burocrático le pidió a la señora González que se espere alrededor de 6 a 8 meses para tramitar una nueva respuesta en su caso, pero ella respondió de manera segura y desafiante, “si ya nos hemos esperado 40 años, qué son 6 meses".