Sufren trabajadores por altas temperaturas
Registran termómetros 106 grados Fahrenheit –41.1 Celsius–, en el día más caluroso de este año
Aunas horas de que llegue el solsticio de verano –mañana, lunes 20 de junio, a las 4:34 de la tarde, tiempo local– el calor ya hace estragos entre fronterizos que laboran en exteriores. El sábado el mercurio de los termómetros llegó a los 106° Fahrenheit (41.1º centígrados) convirtiéndose en el día más caluroso en lo que va del 2016, por lo que las autoridades exhortan a la comunidad a tomar precauciones para evitar los efectos del calor, que pueden ser letales.
De acuerdo con registros históricos del Servicio Meteorológico Nacional, el 18 de junio, pero de 1980, se registró una temperatura récord, de 108 grados Fahrenheit (42.2º centígrados).
Las altas temperaturas han afectado actividades cotidianas de los paseños, como salir a trabajar. Ante esta situación optan por utilizar estrategias para poder laborar al aire libre, ante los rayos solares inclementes.
Un ejemplo de ello lo pone Jaime Miller, un obrero de la construcción que pasa aproximadamente ocho horas continuas trabajando bajo el sol.
“Hay días que no se aguanta el calor, me pongo un trapo debajo de mi casco para que no me pegue tan duro el sol”, comentó Miller.
El trabajador dijo que durante sus jornadas laborales utiliza bloqueador solar y toma mucha agua para evitar una deshidratación y así mitigar las altas temperaturas.
Los empleados de la construcción no son los únicos. Personas como Carmen Gallardo, que se dedica a la venta de burritos en la zona Centro, también tienen que soportar las altas temperaturas en busca de un “dinerito” para sobrevivir.
Gallardo pasa toda la mañana y parte de la tarde, jalando un pequeño carrito ofertando sus productos a los hambrientos peatones.
Otros como José Guardado, quien se desempeña como guardia de seguridad de la Plaza San Jacinto, aprovechan la sombra de los árboles para sobrellevar el calor.
“Trabajo nueve horas aquí afuera y de repente sí me siento unos 15 minutos para descansar porque el calorón hace que uno se agote más rápido”, expresó Guardado.
El guardia comentó que en algunas ocasiones ha presentado síntomas del golpe de calor, como dolor de cabeza y náuseas por lo que procura tomar mucha agua.
“A veces los dolores de cabeza pegan con todo, por eso siempre traigo mi agua y procuro no durar mucho tiempo en el sol porque me pongo de genio”, concluyó.
Por último, personas como Francisco Fernández, que se dedica a bolear zapatos afuera de una plaza comercial, dicen tener suerte de que los negocios tengan aire acondicionado para así poder refrescarse un poco.
“Aquí los airecitos de la tienda ayudan mucho, ya te pegas a la puerta o de plano entras para refrescarte un rato”, dijo Fernández.
Aunque admitió que prefiere trabajar durante el invierno, ya que es más fácil sobrellevar el frío.
“En el frío con una buena chamarrita tienes y ya trabajas bien a gusto, pero en el calor sientes que te estás quemando”, concluyó.