Acusan a Texas de ‘almacenar’ a discapacitados mentales en asilos
Lubbock, Texas— Tomó más de 40 años para que Leonard Barefield finalmente pudiera escoger dónde quería vivir. Leonard, intelectualmente discapacitado y originario de Texas, se mudó a un hogar grupal en Lubbock en septiembre tras haber primeramente vivido en condiciones casi parecidas a las de un esclavo por más de tres décadas en una escuálida casa en Iowa, mientras trabajaba en una planta procesadora de pavos ganando 41 centavos la hora. Tras haber sido liberado por trabajadores sociales de semejante situación, fue enviado en el 2008 a un asilo en Midland, Texas.
Su historia no es nada inusual en Texas, donde las personas con semejantes discapacidades son rutinariamente almacenadas en asilos, de acuerdo con una demanda presentada por Barefield y otras personas discapacitadas.
Los defensores de los intelectualmente discapacitados –una condición que afecta el razonamiento y el aprendizaje–, dicen que Texas viola la Ley para Estadounidenses con Discapacidades y otras leyes federales al negar servicios que les permitirían a más de 4 mil personas vivir en la comunidad.
El estado niega que esté explotando a los discapacitados, diciendo que está comprometido a ofrecerles servicios de la más alta calidad.
Barefield, de 71 años, padece de una discapacidad de desarrollo, sufre de depresión y otras condiciones médicas y de salud mental, aparte padece de presión alta, según muestran los archivos de la Corte. Porta un aparato auditivo y batalla mucho para hablar. Pero puede leer, escribir y conducir un camión.
Barefield vive con otros tres hombres intelectualmente discapacitados en una espaciosa y bien cuidada casa.
“Estoy mejor aquí”, dijo, asintiendo de manera enfática. Barefield sale de la casa por varios días a la semana para acudir a un centro de cuidado donde puede jugar y trabajar en pequeños proyectos.
A pesar de que fue explotado por décadas, el caso de Barefield resultó ser uno de los mejor librados.
Andrea Padron, quien sufrió una severa lesión en la cabeza en un accidente automovilístico cuando tenía 10 años, murió en el 2013 después de recibir una imprecisa evaluación para determinar el cuidado que
Activistas aseguran que el Estado viola leyes de limitaciones y otras federales al negarles oportunidad de vivir en la comunidad
ella necesitaba en un asilo, según muestran los documentos de la Corte.
La madre de Padron la puso en un asilo cuando ya no pudo solventar el cuidado. Su madre luego fue enviada a la Guerra de Irak con el Ejército. Los servicios que le fueron prometidos a Padron no fueron ofrecidos durante la ausencia de su madre.
Cuando su madre regresó a Texas, Padron no podía siquiera sentarse en una silla de ruedas. Padron era dejada acostada en una cama por 165 horas a la semana, sin servicios especializados, incluyendo fisioterapias. Eventualmente ya no pudo estirar sus muñecas, tobillos, hombros, piernas y caderas, y desarrolló una deformidad espinal, según los documentos de la Corte. Murió a los 29 años.
La demanda de Barefield y otros pacientes con discapacidad en contra el estado fue presentada en el 2010 y se ha desplazado lentamente a través del sistema legal. El Departamento federal de Justicia se puso del lado de los discapacitados en el 2012.
En el 2013, el estado y los abogados de los discapacitados llegaron a un “acuerdo legal temporal” que en parte le exigía a Texas expandir los servicios comunitarios y crear un equipo de servicio para cada persona discapacitada. En respuesta a ello, la demanda fue retirada por un periodo de dos años.