Tras asesinato, trabaja en su propia alerta Ámbar
Flagstaff, Arizona— Luego que una niña fuera secuestrada en la Nación Navajo y encontrada muerta al día siguiente, funcionarios tribales enfrentan duras preguntas de por qué un sistema de alerta Ámbar, que fue propuesto hace años, nunca fue implementado.
Ahora, la propuesta de los funcionarios Navajo de construir su propio sistema para cubrir la reservación de 27 mil millas cuadradas, el cual será el primer sistema específicamente para un territorio tribal, está dirigiendo su atención hacia los demás sistemas que han estado utilizando en Arizona, Nuevo México y Utah.
Los sistemas de los estados que abarcan a la Nación Navajo son similares, pero tienen pequeñas diferencias que evitan que las alertas de menores secuestrados no sean enviadas de manera simultánea y por toda la reservación entera.
De tal manera no toman de manera automática la alerta de otro estado, por lo que la tribu tiene que contactarse con cada uno para asegurarse que la alerta cumple con sus criterios.
La propuesta de la tribu no tendrá que consultar las alertas de los estados y enviará sus alertas directamente a toda la reservación.
Los funcionarios Navajo dijeron que siguieron el protocolo para lanzar el comunicado sobre la desaparición de Ashlynne Mike, de 11 años, el pasado 2 de mayo, pero también dijeron haberle fallado a la menor al no haber emitido una alerta hasta las primeras horas del día siguiente en Nuevo México. La alerta fue transmitida brevemente en Arizona.
“Esas son las dificultades sobre cómo vamos a solucionar esos problemas y emitir las alertas”, dijo Harlan Cleveland, quien recientemente se convirtió en un coordinador certificado de la Alerta Ámbar para la Nación Navajo.
“Aún tenemos que hablar a cada estado y decir ‘esto es lo que está pasando’”.
Las contrapartes de Cleveland en Nuevo México, Arizona y Utah dicen que ellos apoyarán los esfuerzos de la tribu para crear un sistema de alerta independiente y que una mejor comunicación es necesaria entre los estados y los funcionarios tribales. Pero no todos creen que sea necesario, dado el extenso alcance de las alertas por televisión y transmisiones de radio, teléfonos celulares, y anuncios electrónicos en los caminos. La Nación Navajo se ha impuesto una fecha límite de 60 días para tener listo el sistema, una medida que se tomó poco después de que las autoridades dijeran que un extraño subió a Ashlynne a una van, luego la agredió sexualmente y luego la mató a golpes.
El presidente tribal, Russell Begaye, estableció una fuerza táctica para crear un sistema de alerta.
Cleveland dijo que la meta es alertar a todos en la reservación sobre desastres naturales, emergencias climatológicas, y personas desaparecidas y en peligro, pero eso tomará tiempo.
Por ahora, la tribu se está asociando con los estados, consiguiendo cientos de respondientes tribales entrenados en las alertas Ámbar y asegurando que todos sepan a quien llamar cuando una menor desaparece.
Pocos menores nativo-americanos se convierten en objetivos de las alertas Ámbar, de acuerdo con el Centro Nacional
Lo que quieren es cubrir al mismo tiempo todo su territorio que abarca Arizona, Nuevo México y Utah; las actuales trabajan por separado
para Menores Desaparecidos y Explotados. En el 2014, el centro contó a ocho, o un tres por ciento. Las alertas no distinguen entre menores secuestrados dentro o fuera del territorio tribal.
La Nación Navajo fue puesta a prueba un mes después de la muerte de Ashlynne, cuando dos niños de Wheatfields, Arizona, desaparecieron.
La Alerta Ámbar emitida por los niños fue la primera que la tribu solicitó a una agencia estatal. Los niños fueron encontrados a salvo.
Ese éxito se alcanzó después de que la tribu no lanzara una iniciativa anterior para implementar un sistema de alerta en la reservación.
Se nombró a un coordinador de Alerta Ámbar, se escribió una norma y se otorgaron 330 mil dólares en fondos federales como parte de un proyecto piloto del Departamento de Justicia de Estados Unidos que fue anunciado en el 2007 para expandir las alertas Ámbar hacia los territorios de las tribus nativo-americanas.