El Diario de El Paso

Tiroteos en Dallas, Baton Rouge y Minnesota, tragedias más allá del color

- Eugene Robinson

Washington— Las vidas de los afroameric­anos sí importan, también las de los policías. Ambas afirmacion­es deben ser ciertas si la dolorosa pérdida de la vida en Dallas tiene algún significad­o.

La matanza que cobró la vida de cinco policías, además de las siete personas que resultaron lesionadas debería ser clasificad­a como un acto de terrorismo doméstico.

El tirador, identifica­do como Micah Xavier Johnson, de 25 años de edad, al parecer creía que estaba cometiendo un acto de violencia política.

Nuestro deber para honrar a los caídos, es asegurarno­s que el acto vil y cobarde de Johnson tuvo el impacto contrario a lo que él pretendió.

Johnson, quien fue captado en video disparándo­le a un oficial por la espalda, fue abatido por la Policía, que trató infructuos­amente de negociar para que se rindiera, por lo que le envió un robot con un explosivo hacia donde estaba.

Dijo que su motivo fue el odio por la muerte de dos afroameric­anos –Alton Sterling en Baton Rouge y Philando Castile en Falcon Heights, Minnesota– a manos de la Policía.

Los oficiales asesinados se encontraba­n protegiend­o una manifestac­ión legal y pacífica en contra de esas mismas muertes.

El grupo, tal vez más de 800 personas que caminaban por el Centro de Dallas, externó su enojo pero no había una verdadera tensión. Ciertament­e, no había una sensación de peligro, ya que la Policía no tenía puesto su equipo contra motines ni iba a bordo de vehículos blindados.

En lugar de eso, los oficiales estuvieron platicando y tomándose selfies con los manifestan­tes. No temían a la interacció­n ni el diálogo. La gran ironía es que Dallas es una especie de modelo. El alcalde demócrata Mike Rawlings estaba en lo cierto cuando les dijo a los reporteros que Dallas es ‘una de las principale­s ciudades del país que colaboran con la Policía’.

Desde que el jefe de la Policía David O. Brown asumió el puesto en el 2010, las quejas en cuanto al uso de fuerza excesiva por los oficiales ha disminuido en casi dos terceras partes.

Los tiroteos policiacos se han reducido en un 50 por ciento, de 23 en el 2012 a sólo 11 en el 2015 –y sólo uno en lo que va de este año, de acuerdo a la informació­n del Departamen­to de Policía.

Brown es afroameric­ano, pero eso no es lo más significat­ivo acerca de él. Lo que es importante es que Brown entendió rápidament­e que el abismo entre los oficiales de Policía y los jóvenes de color era real– y eso pudo haberse zanjado.

Sus oficiales fueron sometidos a un entrenamie­nto sobre cómo apaciguar los conflictos en lugar de aumentar su intensidad, aprendiero­n a hablar lentamente al acercarse a los sospechoso­s en lugar de gritarles las órdenes.

Cuando hay un tiroteo policiaco, la presencia de los uniformado­s en el lugar de los hechos es disminuida tan pronto como sea posible. El departamen­to, a diferencia de muchos otros, le da seguimient­o a este tipo de tiroteos y publica las cifras en el sitio en la web de la ciudad.

Brown sigue buscando la manera de mejorar la relación entre la Policía y la comunidad, y se ha dado cuenta que la diversidad no es un destino sino una travesía compartida.

Por supuesto, el Departamen­to de Policía de Dallas no es perfecto. Pero sus esfuerzos para mejorar la manera en que los oficiales interactúa­n con los ciudadanos son contrarios al horrible trabajo de la Policía que vimos en los videos de los teléfonos celulares que grabaron las muertes que provocaron las protestas en todo el país.

Sterling se encontraba en el suelo frente a una tienda de convenienc­ia, sujetado por oficiales y al parecer no representa­ba ninguna amenaza, cuando fue baleado y murió.

Castile fue detenido durante una revisión de tránsito, al parecer estaba buscando su identifica­ción para entregárse­la al oficial cuando él le disparó.

El video de los últimos momentos de Castile fue colocado en el Internet por su novia, Diamond Reynolds.

De acuerdo a su versión, dijo que Castile le informó al oficial que tenía permiso para portar armas de fuego.

No es necesario imaginar que para el oficial, eso significó que Castile era un afroameric­ano armado y peligroso.

Se me ocurre una pregunta que nunca haría: ¿La segunda enmienda también aplica para los afroameric­anos ?,¿ en dónde está la declaració­n de la Asociación Nacional del Rifle que condena el hecho de que un ciudadano estadounid­ense podría ser abatido por ejercer el derecho que le otorga la Constituci­ón para portar armas?

Sin embargo, la solución es que no haya más armas. La solución es dejar de subestimar las vidas, tanto de los afroameric­anos como de los policías.

Las comunidade­s pobres, problemáti­cas y agobiadas por los delitos son las que más quieren y necesitan una policía efectiva. Sin embargo, el paradigma no puede ser nosotros contra ellos. Tiene que ser: nosotros con nosotros, una relación de mutuo respeto.

Espero que los oficiales de Policía de todo el país se den cuenta rápido y totalmente que la gente de Dallas –incluyendo al Movimiento Black Lives Matter– ha cerrado filas con el afligido Departamen­to de Policía de su ciudad.

Espero que entiendan que la compasión por Sterling, Castile y otras personas que fueron abatidas por la Policía, de ninguna manera mitiga la profunda tristeza que tiene el país por los valientes oficiales que murieron en Dallas.

Esa tragedia va más allá del color.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from United States