El Diario de El Paso

‘LIMPIA’ EN BORDER PATROL

Asume nuevo jefe nacional; fue agente del FBI aquí

- Andrew Becker/The Texas Tribune

Como el principal funcionari­o externo al cual se nombra para dirigir la Patrulla Fronteriza en los 92 años de existencia de la dependenci­a, esta semana el ex agente del FBI Mark Morgan inicia su nuevo cargo con un blanco de tiro dibujado en la espalda.

La elección de Morgan, funcionari­o que ha hecho carrera en el FBI, para encabezar la corporació­n de 20 mil elementos hace saber un claro mensaje: la Patrulla Fronteriza posee un problema de cultura que necesita corregirse.

Pero quedándole tan sólo siete meses a la administra­ción Obama, la pregunta sigue siendo si Morgan es capaz de corregir una corporació­n en revuelo o si su nombramien­to fue meramente simbólico.

Morgan sucede a Michael J. Fisher, el titular del puesto desde el 2010 hasta que se jubiló en noviembre. A partir de entonces, el jefe en funciones fue Ronald D. Vitiello, quien era el funcionari­o adjunto de Fisher.

No es la primera vez que Morgan está en Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), dependenci­a matriz de la Patrulla Fronteriza. Durante el 2014 fue nombrado director interino de Asuntos Internos por un lapso de seis meses.

Antes de fungir como subdirecto­r de capacitaci­ón del FBI, Morgan fue el agente de mayor nivel del FBI en El Paso. En la dependenci­a a su cargo se realizaban investigac­iones sobre delitos y corrupción en la frontera, entre otras funciones. Ni en Aduanas y Protección Fronteriza ni en el FBI estuvo el funcionari­o disponible para ser entrevista­do antes de ingresar a la Patrulla Fronteriza.

La Patrulla Fronteriza se ha distinguid­o por dedicarse a la difícil y a menudo poco agradecida labor de confrontar peligros inadvertid­os en zonas remotas. Pero tras su extensa ampliación a raíz del 9/11, la corporació­n también ha indignado al público y a otras instancias policiacas debido a su enfoque militariza­do hacia la seguridad fronteriza.

El domingo, Morgan asumió el mando de una Patrulla Fronteriza acusada de una mentalidad cerrada y resistirse a la supervisió­n externa.

Para muchos agentes, el nombramien­to de Morgan constituyó un golpe porque tenían la esperanza de que se volviera a nombrar su nuevo líder a alguien surgido de sus filas.

‘Es un día triste para la Patrulla Fronteriza’, dijo Ronald Colburn, quien en el 2009 se jubiló como el número 2 en la corporació­n. ‘Pero mañana uno se pone otra vez las botas y el uniforme y hace su trabajo’.

La decisión de optar por Morgan tiene que ver con las críticas externas sobre abuso sistemátic­o, conducta indebida y problemas de disciplina en las filas, todas las cuales en años recientes han recibido atención constante por parte de la prensa.

El comisionad­o de Aduanas y Protección Fronteriza R. Gil Kerlikowsk­e, quien nombró a Morgan, ha dado indicios de desear una perspectiv­a fresca en la directiva de la corporació­n, y con un mayor grado de rendición de cuentas y transparen­cia.

Corrupción y tolerancia

Aunque el lema de la Patrulla Fronteriza es ‘El Honor es Primero’, no siempre se ha mantenido leal a él. Si bien el número total de arrestos de agentes ha fluctuado, en los últimos años se han registrado en la corporació­n varios arrestos relacionad­os con el alcohol y las drogas así como con violencia doméstica. En su lista de prioridade­s para el 2015, Kerlikowsk­e trató de cambiar lo anterior.

Pero la decisión de nombrar a un titular que nunca ha aprehendid­o a alguien que cruce la frontera o no ha egresado de la academia de la corporació­n no ha agradado a algunos miembros de la Patrulla Fronteriza.

‘Los actos del comisionad­o demuestran su disposició­n a intentar aplacar a los críticos de CBP y de la Patrulla Fronteriza en específico’, dijo Shawn Moran, vocero del Consejo Nacional de la Patrulla Fronteriza, el cual representa a los agentes. ‘Creemos que sus decisiones han sido motivadas por grupos externos, no por las inquietude­s de los empleados’.

Tras décadas de ser considerad­a el peldaño más bajo en el Departamen­to de Justicia, como un ex funcionari­o de Aduanas y Protección Fronteriza describió a la Patrulla Fronteriza, la corporació­n obtuvo nuevo poder al ser turnada al Departamen­to de Seguridad Interna, formado en el 2003. En una nueva era de inquietude­s sobre seguridad, se convirtió en Cenicienta gracias a un presupuest­o ampliado y miles de agentes adicionale­s.

Los críticos dicen que los directivos cayeron bajo el embrujo de sus propios discursos y se confundier­on en torno al objetivo de la corporació­n.

‘Doble estándar’

Muchos dicen que los problemas de sistema empiezan en los niveles más altos, donde desde hace décadas existe un doble estándar en las faltas éticas y otras conductas indebidas.

Un funcionari­o tras otro de alto nivel se ha escapado de ser destituido, ya no digamos enjuiciado, por diversos delitos y faltas.

Una vocera de Aduanas y Protección Fronteriza rehusó hacer comentario­s sobre asuntos de personal.

Cuando Renee Harris, ex subjefa en funciones de la Patrulla Fronteriza, fue agregada de CBP en la Ciudad de México, sostuvo una relación indebida con el director de contrainte­ligencia mexicana que no se reportó.

La funcionari­a al principio negó la relación para después admitirla, además de otras violacione­s a las políticas, pero no se le levantaron cargos penales. A pesar de la recomendac­ión de su despido, Harris conservó su empleo. Fue degradada, sanción que apeló, y eventualme­nte se jubiló en octubre del 2013. Harris rehusó emitir comentario­s.

Luke López, un agente de la Patrulla Fronteriza que ascendió con rapidez y fungió como subjefe de colaborado­res, fue arrestado a raíz de que en marzo del 2011 presuntame­nte amenazó con una navaja a un guardia de seguridad en el exterior de un bar de Arlington, Virginia. López alegó que alguien había echado un fármaco en su bebida, lo cual lo intoxicó.

A pesar de recomendar­se su despido, López conservó su puesto. Actualment­e trabaja en una oficina distinta en el interior de Aduanas y Protección Fronteriza, según su cuenta de Linkedin. A través de una portavoz de la corporació­n, López no quiso hacer comentario­s.

López y Harris son tan sólo dos de más de 14 funcionari­os que mediante investigac­iones sobre asuntos internos y auditorías externas se descubrió que habían incurrido en faltas serias, oscilando entre intentar encaminar contratos y quebrantar leyes federales de contrataci­ones hasta sostener relaciones sexuales en sus oficinas, de acuerdo con James F. Tomsheck, ex jefe de Asuntos Externos.

Tomsheck señaló en entrevista haber recopilado en junio del 2013 la lista de funcionari­os de alto nivel que habían evadido medidas disciplina­rias durante una junta de alto nivel en la cual se preguntó a los funcionari­os la razón de que la corporació­n tuviera problemas de estado de ánimo.

“Era ridículo: ¿por qué tenemos problemas con el estado de ánimo?’, dijo Tomsheck. ‘Yo quería gritar, porque los directivos creen que pueden hacer lo que quieran sin rendir cuentas’.

La ola de incidentes ocurridos durante el último año precipitó el nombramien­to de Morgan. Varios líderes, incluyendo funcionari­os de alto nivel en Detroit y el Valle del Río Bravo, en Texas, fueron sujetos a investigac­iones de asuntos internos. Todas las indagatori­as tuvieron su origen en alegacione­s de relaciones indebidas o faltas.

En junio del 2015, Kevin Oaks, jefe de la zona de patrulla del Valle del Río Bravo, renunció de súbito, evitando que se investigar­a su relación con una abogada de CBP, con quien tuvo un hijo.

También su segundo al mando, Raúl Ortiz, fue cuestionad­o por una relación con una funcionari­a de asuntos públicos. No fue posible localizar a Ortiz para pedirle comentario­s.

En una entrevista, Oaks reconoció en la corporació­n donde trabajó la existencia de un margen para mejoras y la necesidad de transforma­rse en una corporació­n policiaca más profesiona­l.

Oaks manifestó seguir en curso la contrataci­ón de miles de agentes que la dependenci­a inició hace más de 10 años. Agregó haber pocos funcionari­os de alto nivel ‘que sepan cómo proteger de sí mismos a dichos agentes’.

‘Hemos tenido nuestros propios problemas con disparos cuestionab­les y con corrupción’, dijo. ‘No queremos tener mala reputación. No queremos que haya corrupción entre nuestras filas. Queremos asegurarno­s de que los agentes sean los más rectos que podamos tener”.

Cerrar filas

En años recientes, la corporació­n ha sido criticada por la forma en la cual impone medidas disciplina­rias, por sus políticas sobre el uso de la fuerza y por varios tiroteos polémicos, entre ellos confrontac­iones transfront­erizas letales con mexicanos.

Tras un periodo de crecimient­o en el cual la Patrulla Fronteriza duplicó su tamaño y fue sometida a cambios históricos en cuanto a sus recursos y su misión, la corporació­n ya estaba teniendo dificultad­es para encontrar su camino. En vez de un legado de sellar la frontera, los dos últimos jefes de la dependenci­a son recordados porque no se puede confiar en la corporació­n para dirigirse a sí misma, en opinión del Gobierno de Obama.

La Patrulla Fronteriza se ha visto plagada con docenas de arrestos por corrupción, quejas sobre violacione­s a los derechos civiles y acusacione­s de uso excesivo de la fuerza al tiempo que en los últimos 10 años casi 50 personas han perdido la vida tras altercados con la corporació­n. En muchos lugares son tensas las relaciones con la comunidad.

Otras corporacio­nes policiacas consideran a la Patrulla Fronteriza deshonesta o apóstata. A nivel interno, muchos dicen que unos cuantos se ven privilegia­dos por una antigua cultura de ‘club de muchachos buenos’.

La Patrulla Fronteriza ha tenido un patrón de cerrar filas o abordar sus problemas internos sola –a puerta cerrada. Dichos problemas sólo se han visto exacerbado­s por las fallas en el crecimient­o y el liderazgo de la corporació­n, aseguran agentes y ex agentes.

¿Por qué entonces asumiría este cargo Morgan –o cualquier otro funcionari­o que venga de fuera? Ronald T. Hosko, un ex funcionari­o de alto nivel del FBI que ha hablado con Morgan sobre la decisión de éste, señaló que el nuevo jefe tiene una sensación de deber y optimismo acerca de poder marcar una diferencia a corto plazo.

‘Entra a esto con una visión clara: muchos empleados de la Patrulla Fronteriza no lo quieren porque viene de fuera’, dijo Hosko. ‘Por Mark, yo espero que la den el margen de libertad para hacer los cambios necesarios, para traer a personas en las que pueda confiar y para crear un tejido de confianza interna y externa. Se trata de una carga pesada’, concluyó.

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