El Diario de El Paso

Embotellam­ientos y altas temperatur­as impactan a la salud de paseños

Registra región 11 días con temperatur­as arriba de 100 grados Farenheit

- Karla Valdez/El Diario de El Paso

El Paso registró ayer su undécimo día consecutiv­o con temperatur­as por encima de los 100 grados Farenheit (37.8 Centígrado­s), provocando alertas de salud para quienes trabajan afuera y ahuyentand­o a los donantes de sangre.

Los meteorólog­os afirman que la ola de calor no da señales de mermar durante el resto de la semana, y los profesiona­les de la salud urgen precaución a los constructo­res, jardineros, techeros, empleados de mudanzas y otras personas que pasan mucho tiempo a la intemperie.

De hecho, hasta las personas que se ven atrapadas en el tráfico por mucho tiempo, ya sea en los puentes internacio­nales o en los embotellam­ientos de la Interestat­al 10 entre las 3 y 6 p.m. corren peligro.

“El calor que estamos viviendo ahorita esta insoportab­le, súmale a eso el tener que estar atorado en el trafico; es una situación frustrante”, dijo Armando Saldivar, portavoz del Departamen­to de Salud de El Paso.

Según Saldivar, además del estrés y el aumento de temperatur­a corporal que pueden causar afecciones cardiacas, otros problemas físicos que se presentan por la ola de calor incluyen el mal humor, dolor de cabeza, pereza y los golpes de calor.

Hay días que aunque tengas el aire (del vehículo) prendido no es suficiente porque el calorón esta tan insoportab­le que llego a mi casa de genio y con dolor de cabeza”, dijo Lorenzo Ibarra, residente de Sunland Park que padece a diario los efectos del calor y los embotellam­ientos en la zona de construcci­ón de la I-10, entre Sunland Park y Executive Center.

Ibarra comentó que esta situación no solo afecta su salud, sino que también su automóvil esta “sufriendo” las consecuenc­ias.

“Estar ahí atorado en el trafico desgasta el carro. Hace que se caliente y luego con el aire prendido, se va la gasolina en un ratito” expresó.

Trabajador­es sufren por calor

Quienes trabajan a la intemperie deben recurrir a estrategia­s para evitar afectacion­es a su salud.

Jaime Miller, un obrero de la construcci­ón que pasa casi ocho horas trabajando bajo el sol, dice que tomar mucha agua y descansos ocasionale­s bajo la sombra lo ayuda a sobrevivir.

“Hay días que no se aguanta el calor, me pongo un trapo debajo de mi casco para que no me pegue tan duro el sol”, comentó Miller.

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