Dudas sobre discurso de Melania provocan señalamientos
Cleveland, Ohio — Ayer el Partido Republicano despertó entre una cascada de señalamientos y confusión cuando el equipo de campaña de Trump se vio cimbrado por las acusaciones de que segmentos del discurso que Melania Trump dio en la convención se copiaron del que Michelle Obama pronunció en el 2008 ante los demócratas.
La posibilidad de que los comentarios de la señora Trump fueran plagiados arrojaron una sombra en la segunda jornada de la Convención Nacional Republicana y destaparon las prolongadas tensiones registradas en el interior del partido en torno a la nominación de Donald Trump, cuya campaña continúa plagada de tropiezos y disputas internas a pesar de reorganizarse en varias ocasiones.
El desorden resultaba evidente mientras el equipo de campaña de Trump y los republicanos de mayor rango daban explicaciones contradictorias sobre las similitudes entre las ponencias, mientras que algunos funcionarios admitían que se plagiaron algunas partes y exigían rendición de cuentas y otros argumentaban que no había ocurrido nada inapropiado.
Entre los colaboradores de Trump, había una palpable sensación de frustración por el hecho de que el discurso de la señora Trump, el cual consideraban el momento sobresaliente de la noche, se hubiera vuelto motivo de vergüenza.
Paul Manafort, el director de campaña de Trump, respondió enérgicamente a las acusaciones de plagio e incluso intentó ponerse a la ofensiva.
Describiéndolo como “un gran discurso”, Manafort indicó durante rueda de prensa matutina que “obviamente Michelle Obama tiene sentimientos muy similares hacia su familia”.
Contestando con evasivas las preguntas en torno a los fragmentos mismos, Manafort optó por atacar a Hillary Clinton, la presunta candidata demócrata, por lo que dijo constituyó un intento de llamar atención hacia el tema.
“Esto nuevamente es un ejemplo de que cuando alguna mujer amenaza a Hillary Clinton, ella trata de demeritarla y derribarla”, dijo Manafort en CNN. “Contra Melania Trump esto no va a funcionar”.
Ayer los representantes de Trump cavilaron en voz alta respecto a lo que pudo haber sucedido, despertando dudas acerca de fisuras en el interior de su equipo y permitiendo que continuara la polémica.
Un asesor de Trump, quien ha colaborado en la redacción de varios de sus discursos, reconoció que la señora Trump utilizó palabras que no eran suyas. “Estoy seguro de que lo que pasó es que la persona que estaba ayudando a escribir esto tomó algo de allá y probablemente hubo un desafortunado descuido —y definitivamente Melania no tuvo nada que ver con ello”, dijo en entrevista con MSNBC el asesor Sam Clovis, uno de los directores de la campaña de Trump.
Katrina Pierson, otra vocera del equipo de campaña de Trump, reconoció que la señora Trump usó frases similares a las que empleó la señora Obama pero insistió en que las palabras no fueron copiadas textualmente.
Pierson señaló en entrevista con Sky News que la señora Trump estaba intentando retomar temas expresados públicamente por mujeres prominentes, entre ellas Laura Bush y Elizabeth Dole.
“Ella tenía muchas ganas de comunicarse con los estadounidenses con frases que ya hubieran escuchado”, dijo Pierson.
Los comentarios sobre el culpable del discurso también se oyeron entre los exasesores de Trump. Corey Lewandowski, el director de campaña destituido cuando entró Manafort, dijo que éste debe asumir la responsabilidad.
“Quien quiera que haya aprobado, la última aprobación que permitió que esto siguiera adelante debe rendir cuentas”, dijo Lewandowski en CNN. “Creo que si fue Paul Manafort, hará lo correcto y renunciará”.
Dos personas con conocimiento sobre el proceso, quienes insistieron en no ser identificadas para hablar en torno a un tema tan delicado, dijeron que Jared Kushner, el yerno de Trump, había encargado a dos exredactores de George W. Bush el borrador del discurso.
En junio Matthew Scully y John McConnell, quienes habían trabajado juntos escribiendo discursos durante el primer mandato de George W. Bush, hicieron un borrador de la ponencia de la señora Trump, enviándolo hace aproximadamente un mes al equipo de campaña para su revisión.
De acuerdo con alguien familiarizado con la conversación, volvieron a tener noticias del equipo de campaña hasta hace apenas cerca de 10 días, cuando se les dijo que se había modificado la lista de discursos y el momento cuando hablaría la señora Trump, lo cual hizo que el discursos se abreviara. Posteriormente la señora Trump trabajó con una persona de la organización Trump para realizar revisiones substanciales.
Los dos redactores tuvieron conocimiento de que el discurso se había cambiado considerablemente hasta que la señora Trump lo dio la noche del lunes. Según una fuente, las únicas partes del borrador original que se conservaron fueron la introducción y un fragmento donde se incluía la frase “una campaña nacional como ninguna otra”.
Scully es un veterano redactor de discursos republicanos que en el 2008 escribió uno de los primeros borradores para la candidata vicepresidencial del senador John McCain, Sarah Palin. Y también colaboró en el discurso de aceptación que Paul Ryan dio al ser seleccionado como compañero de fórmula de Mitt Romney en la campaña presidencial del 2012.