Delegada hispana no ve al partido que apoya
Cleveland, Ohio— Decidiéndose por el último candidato que ha quedado en pie no era la manera en que Jessica Fernández, la presidenta de 31 años de la organización Young Republicans de Miami, originalmente se imaginaba que sería su primera convención nacional política.
Fernández había esperado tener una experiencia jubilosa, multicultural y multigeneracional vitoreando a favor del senador Marco Rubio, republicano de Florida, un compañero cubanoamericano de su viejo vecindario. Pero para cuando la Convención Nacional Republicana arrancó esta semana, Fernández estaba lidiando con una realidad menos alentadora. En torno a ella en el pleno de la convención había una multitud conformada en su mayoría por gente adulta y anglosajona, coreando un cover de “My Sharona”, entusiasmada por un candidato que ha entrelazado su ascendencia con su ansiedad.
“Sólo miren a su alrededor”, Fernández les dijo a sus paisanos del estado de Florida. “Soy un pequeño unicornio”.
Para muchos delegados que se encuentran aquí esta semana, tan sólo el asistir a la convención resultó ser una decisión difícil de tomar. La convención es la culminación de un largo proceso político que los dejó con el candidato que menos les agrada. Ahora tienen que averiguar cómo deben lidiar con esta situación. Para Fernández, eso significa tener que aprender a aceptar una visión para el país que ella no comparte, al mismo tiempo que intenta reafirmar sus ideales de un partido que parece estar alejándose de los mismos. Ella apreciaba que Rubio, hijo de inmigrantes, sabía cómo transmitir el optimismo del sueño americano. Donald Trump era negativo y el hijo de un millonario.
Rubio intentó evitar los ataques personales. Trump se refería a él llamándolo con apodos como “sweaty” (sudoroso) y “little” (pequeño).
Y ahora, con el país enfocado en los tiroteos de la Policía contra afroamericanos, y afroamericanos disparando contra oficiales, a Fernández le preocupa que no haya suficiente espacio en su partido para discutir sobre cómo la Policía puede tener un mayor acercamiento con las comunidades minoritarias.
El lunes vio cómo la multitud concordaba con los expositores que criticaban al movimiento Black Live Matter y que decían, “todas las vidas importan”.
Este no era el partido compasivo que ella estaba buscando. Aun así, Fernández asistió a la convención de Trump haciendo a un lado todas sus dudas y, tal como ella lo dijo, “a tener que apoyar a Trump”.
“Es difícil ser honesta”, dijo Fernández. “Ahí quedaron mis sentimientos, y luego estaban mis amigos que me decían que no viniera y gente a la que yo respeto que decidieron que no podían apoyar a Trump”, declaró.