Retoma Sunland Park su lucha por cruce fronterizo
Sunland Park, NM– Revivir esfuerzos para construir un cruce internacional es una de las prioridades del nuevo Cabildo y el administrador municipal de Sunland Park, Bob Gallagher.
El administrador dijo que el Ayuntamiento ha identificado tres estudios que deben llevarse a cabo antes de buscar la aprobación del cruce ante funcionarios de Washington y la Ciudad de México.
Los estudios incluyen uno de factibilidad, otro de capacidad de transporte y uno más sobre el impacto ambiental a ambos lados de la frontera.
Se informó que existe la voluntad política de reiniciar esfuerzos para volver realidad lo que ha sido el sueño de los residentes durante cuando menos tres décadas: que Sunland Park tenga su propio cruce fronterizo con Ciudad Juárez.
“Aún es muy prematuro discutir la ubicación exacta de este puerto de entrada, aún hay muchos estudios por desarrollar, pero estamos enfocándonos en el área de Anapra”, dijo Gallagher.
Anapra –del lado americano– es el vecindario que colinda con el Río Grande a la altura del puente hacia la avenida Paisano, y con el cerro de Cristo Rey.
Esperan obtener el permiso presidencial en máximo 3 años
En intentos de licitación de cabildos previos, la idea era crear un puerto terrestre donde el tráfico procedente del norponiente de Juárez cruzara hacia Sunland Park y prosiguiera rumbo a la Interestatal 10 en el Oeste de El Paso o por la avenida Paisano rumbo al Centro de El Paso.
El cruce de miles de vehículos diarios sería un detonante económico para Sunland Park, si es que cuando menos algunos de estos automovilistas pararan a comprar gasolina, agua embotellada, sodas o acaso hicieran escala para visitar el Sunland Park Racetrack & Casino, Western Playland u otros negocios locales.
El cruce no contempla la admisión de vehículos comerciales, ya que funcionarios de Sunland Park no quieren afectar la calidad de vida de los moradores del poblado con la llegada de camiones pesados.
Una lucha de tres décadas
Gallagher reiteró que la parte más difícil camino a la construcción del cruce será la obtención de los permisos presidenciales. Si los gobiernos federales de Estados Unidos y de México concluyen que el cruce es inconveniente, impráctico o simplemente no muestran interés, el proyecto sigue en el limbo.
La estrategia del Ayuntamiento para superar este considerable obstáculo es poner el asunto en manos de una tercera entidad –es decir, un consultor– para que consiga el apoyo y arme coaliciones con empresas, asociaciones y empresarios capaces de concretar el proyecto. La construcción del cruce, por ley, sería licitada.
“Nosotros creemos que es factible que obtengamos un permiso presidencial en un período de dos a tres años”, afirmó Gallagher.
Agregó que el Ayuntamiento en breve comenzará a identificar empresas de ingeniería que hayan realizado este tipo de proyectos, incluyendo la obtención de permisos presidenciales.
Hasta el momento, Gallagher se ha reunido con dos empresas de ingeniería que en conjunto han logrado obtener 12 permisos presidenciales, en contraste con dos empresas que previamente habían solicitado el contrato para el proyecto a finales del 2015, y fueron descalificadas por no reunir los requisitos.
“Considero que (en el pasado) hicimos un trabajo pobre en buscar empresas y propuestas, pero éste es el momento perfecto para contratar una firma que efectúe los estudios preliminares”, dijo el administrador municipal.
Susana Martínez no quiere el cruce
Gallagher enfatizó que es un proyecto a largo plazo (en un mundo perfecto, la fecha de apertura no sería sino hasta el 2020).
El nuevo Cabildo electo en marzo apoya por unanimidad perseguir la construcción del cruce. El alcalde Javier Perea esta semana se reunió con el alcalde electo de Juárez, Armando Cabada, y trascendió que trataron temas de desarrollo económico, incluyendo la posibilidad del cruce fronterizo.
“No hubo duda en su voz cuando me instruyeron a organizar esta iniciativa. Ellos (los regidores y el alcalde Perea) están detrás de este plan un 100 por ciento”, dijo Gallagher.
No se puede decir lo mismo del Gobierno estatal, y eso ha sido otro impedimento para la construcción del cruce, según algunos funcionarios, ex funcionarios y residentes de Sunland Park.
El propio Gallagher admitió que no ha habido apoyo político por parte de la gobernadora de Nuevo México, Susana Martínez. Eso complica las cosas, porque si el próximo presidente de Estados Unidos recibe la petición de un nuevo cruce, lo primero que hará será consultar a la mandataria estatal.
“Francamente no vamos a solicitar el permiso presidencial mientras la gobernadora Martínez esté en el poder. La gobernadora ha dicho en el pasado que no apoyaría el proyecto, así que por el momento vamos a realizar estudios preliminares”, recalcó.
Después de eso lo que procede es hacer labor de convencimiento en Santa Fe –capital del estado–, o de plano buscar el apoyo de los próximos candidatos a la gubernatura estatal. “Es parte del proceso. También requerimos de la participación de la delegación (neomexiquense) del Congreso para que apoye esta iniciativa. Se involucra la política para asegurar el permiso presidencial; debemos entender eso y saber cómo maniobrar”.