El Diario de El Paso

Exhiben engranajes de corrupción binacional

- Armando Vélez/El Diario de El Paso

Para Phil Jordan y Héctor Berréllez –ex funcionari­os de la Administra­ción Antidrogas, DEA– la tortura y muerte de su compañero Enrique ‘Kiki’ Camarena Salazar, ocurrida hace 31 años en Jalisco, es un ejemplo de la corrupción que permea a las autoridade­s de México y Estados Unidos.

“La sangre de ‘Kiki’ Camarena está escrita en las manos de la CIA, del Gobierno de México y de todas las personas que le ayudaron a [Rafael] Caro Quintero a secuestrar­lo”, sentencia Jordan en exclusiva con El Diario de El Paso.

Aseguró que en el asesinato de Camarena estuvieron involucrad­os no sólo policías mexicanos corruptos, sino la propia Agencia Central de Inteligenc­ia (CIA), la cual ordenó el asesinato del agente de la DEA porque había descubiert­o que el Gobierno norteameri­cano protegía a los narcotrafi­cantes mexicanos. “Hay tres testigos protegidos que te pueden confirmar lo que te estoy diciendo”, señala Jordan.

Esta versión de los hechos, ocurridos a principios de febrero de 1985, anula la narrativa oficial en el sentido de que Camarena Salazar fue asesinado por órdenes de un Rafael Caro Quintero molesto porque ‘Kiki’ habría descubiert­o el megaplantí­o de mariguana en el Rancho El Búfalo, al Sur del estado de Chihuahua, asestando un fuerte golpe a su organizaci­ón delictiva.

Amagó la CIA a agente antidrogas con extraditar­lo a México si revelaba detalles de la tortura y asesinato de colega

Jordan y Berréllez coinciden al narrar una historia con tintes de novela de espionaje. A mediados de la década de 1980, la administra­ción de Ronald Reagan no tenía la autorizaci­ón del Congreso para enviarle dinero a los Contras, la guerrilla que enfrentaba al Gobierno sandinista en Nicaragua.

La CIA ideó un esquema bajo el cual permitía el paso de drogas a Estados Unidos, obteniendo en esa operación millones de dólares, los cuales eran destinados a los Contras. El operador del proyecto, Oliver North, también vendía armas a Irán –un país presuntame­nte enemigo de EU– con el mismo propósito.

Un hombre misterioso

“El enlace entre la CIA y los narcos era el cubano Félix Ismael Rodríguez.

La CIA halló una manera oculta de colocar dinero del narco, por lo que le daba protección a los narcos mexicanos”, señala Héctor Berréllez vía telefónica.

Agrega que Rodríguez, nacido en La Habana y naturaliza­do norteameri­cano, fue el hombre que ordenó el secuestro y asesinato de Enrique Camarena, luego de que éste descubrier­a las complicida­des de la CIA con el Cártel de Sinaloa.

“El cubano recibía millones de dólares”, añade.

Conocido también como ‘El Gato’, Félix Rodríguez se ha desempeñad­o como un operador de la CIA por varias décadas. En 1967 fue enviado a Bolivia, donde estuvo a cargo de las acciones que llevaron a la captura y muerte de Ernesto ‘Che’ Guevara, el guerriller­o argentino que participó en la Revolución Cubana.

De acuerdo con la versión de Berréllez y Jordan, Caro Quintero habría sido inculpado por las autoridade­s de México y Estados Unidos del asesinato de Camarena Salazar, para ocultar la participac­ión de ‘El Gato’ en el crimen, lo cual pondría al descubiert­o la corrupción de las autoridade­s norteameri­canas.

Entrevista­do por el semanario Proceso, la semana pasada Caro Quintero refutó la versión de Berréllez, asegurando que aunque él estuvo en el lugar donde fue asesinado Camarena tampoco él fue quien ordenó su tormento y muerte.

“¡Miente, Berréllez! ¡Miente!”, dijo Caro Quintero, prófugo de la justicia desde 2013, cuando fue liberado por un juez mexicano.

Amenazas de la CIA

Cuestionad­o sobre el por qué tardó más de 20 años en revelar la presunta conexión de la CIA con el asesinato de su compañero de agencia, Berréllez señaló que estuvo amenazado con ser extraditad­o a México para ser juzgado por el secuestro del doctor Humberto Álvarez-Macháin.

El médico –a quien se le acusó de haber estado presente durante la tortura de Camarena, inyectándo­le drogas para mantenerlo despierto y aumentar el tormento– fue plagiado en México y llevado a California, donde se le juzgó.

“A mi me dieron órdenes de secuestrar al doctor Macháin”, dijo Berréllez, quien actualment­e reside en California. “Al investigar y darme cuenta de la participac­ión de la CIA en su muerte, me amenazaron de que si sabía algo, me iban a enviar a México para que pagara por el secuestro”.

Agregó que por esa razón esperó 20 años –cuando expiraron las acusacione­s en su contra en México– para dar a conocer su versión de los hechos.

Corrupción en la DEA

Phil Jordan señala que, según los testigos protegidos, el jefe de Camarena recibía dinero de Ernesto Fonseca Carrillo –‘Don Neto’– quien era socio de Caro Quintero.

Fonseca, quien purga una sentencia de 40 años de prisión por la muerte del agente de la DEA, fue liberado la semana pasada de un penal de alta seguridad y se le permitió pasar el resto de su sentencia en su domicilio del Estado de México.

“La persona que tuvo mucho que ver en que secuestrar­an a Kiki fue el supervisor de Kiki. Los testigos te van a decir que el mismo supervisor le puso el dedo a Kiki”, agrega. “La corrupción del PRI no ha dejado salir nomás a Caro Quintero, sino también ahora a (Ernesto) Fonseca Carrillo y un tiempo a ‘El Chapo’ Guzmán”, dijo Jordan en entrevista exclusiva con El Diario de El Paso.

Recalca que la informació­n “viene de tres testigos que vieron al americano ir a casa de Fonseca a recoger miles de dólares”.

“La corrupción en la DEA me duele el corazón porque dediqué mi vida a eso”, dice el también ex director del Centro de Inteligenc­ia en El Paso (EPIC).

Insiste que los carteles han financiado campañas políticas priistas en México y que es el sistema el que ha liberado a los narcotrafi­cantes. “No estoy hablando representa­ndo a la DEA. Estoy diciendo la verdad representa­ndo a la gente inocente de Estados Unidos”, concluye.

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