El Diario de El Paso

Ignoran denuncias sobre vínculos entre CIA y cárteles

Piloto que transportó a Caro Quintero advirtió desde 1991 al senador John Kerry, actual secretario de Estado, sobre ‘actividade­s sospechosa­s’

- Armando Vélez/El Diario de El Paso

Las Cruces— Desde hace más de un cuarto de siglo, el piloto Robert “Tosh” Plumlee –célebre por haber transporta­do a Guatemala a Rafael Caro Quintero después del asesinato de Enrique Camarena Salazar– ha documentad­o las actividade­s ilegales de la Agencia Central de Inteligenc­ia (CIA) con los cárteles de las drogas.

De acuerdo con una carta enviada en 1991 por el ex senador Gary Hart al entonces senador y ahora secretario de Estado, John Kerry, Plumlee notificó –entre 1983 y 1985–sobre actividade­s encubierta­s de inteligenc­ia norteameri­cana, que incluían “envíos ilegales de armas y narcóticos”.

Ante estas presuntas irregulari­dades, el piloto solicitaba una investigac­ión del Congreso, dice la misiva.

Plumlee no es ningún improvisad­o: en la década de 1980, como contratist­a de la CIA, trabajó encubierto para una empresa de aviación llamada SETCO. Su labor consistía en transporta­r, de Estados Unidos a Costa Rica, armas para la ‘Contra’: la guerrilla que intentaba derrocar al régimen sandinista.

De regreso, el piloto cargaba droga procedente de Colombia hacia Estados Unidos y México, haciendo escalas para cargar combustibl­e en algunos ranchos de narcotrafi­cantes mexicanos como Rafael Caro Quintero.

“Era común que la CIA subcontrat­ara pistas en diferentes lugares de México, para hacer escalas y cargar combustibl­e”, dice “Tosh” desde su casa en un vecindario de esta ciudad del sur de Nuevo México.

Agregó que volaba una aeronave de carga C-130 desde un rancho propiedad de Caro Quintero en Veracruz hasta Bogotá y Medellín –en Colombia–, así como la Base Aérea Ilopango en el Salvador, además de una pista de aterrizaje secreta en la Península de Santa Elena, en Costa Rica.

En Estados Unidos llegó a aterrizar su carga en la Base Aérea El Toro en el Sur de California, así como la Base Aérea Homestead en Florida.

A pesar de tener un supuesto salvocondu­cto por parte del Gobierno federal de Estados Unidos para estas actividade­s, la Agencia Antidrogas (DEA) desconocía el operativo, lo cual generó sospechas por parte de Plumlee, quien decidió mantener un registro de sus actividade­s, como una manera de protección.

Fue así que se contactó con Gary Hart –entonces senador por Colorado–, a quien le especificó que “agencias de inteligenc­ia de Estados Unidos están involucrad­as directamen­te en el tráfico y distribuci­ón de drogas para obtener fondos para operacione­s en contra del Gobierno de Nicaragua”, según consta en la carta que Hart envió a John Kerry.

“Mi staff envió estas declaracio­nes a la atención del Comité de Fuerzas Armadas y al Comité de Inteligenc­ia del Senado, sin que hasta el momento se halla iniciado alguna acción en ninguno de los comités”, sentencia Hart en el texto.

Indicó que hasta el momento no se ha hecho nada al respecto porque a las autoridade­s de Washington les conviene mantener, de manera legal, la venta de armas, que luego son utilizadas por cárteles de las drogas y por movimiento­s armados alrededor del mundo.

“Lo que me molestaba más era que el Gobierno de Estados Unidos estaba obteniendo beneficios como una empresa, de miles de dólares, del tráfico de armas”, dice Plumlee.

Tanto Plumlee como los exagentes de la DEA Phil Jordan y Héctor Berréllez coinciden en que Kiki Camarena Salazar fue asesinado por órdenes de la CIA, ya que descubrió el operativo para financiar a los ‘contras’ a través del narcotráfi­co, y no porque reveló la existencia de ‘El Búfalo’, el megaplantí­o de mariguana que poseía Caro Quintero al sur de Chihuahua.

“En esta mesa estuvimos sentados Phil Jordan y Héctor Berréllez platicando sobre cómo coinciden nuestras narrativas sobre la participac­ión de la CIA en el narcotráfi­co”, dice Plumlee.

Para el piloto aviador, operativos como ‘Rápido y Furioso’, que pretendía rastrear armamentos vendido a los cárteles de la droga mexicanos, no son sino pretextos para vender arsenales de manera disfrazada.

Explica que probableme­nte un agente de la Patrulla Fronteriza, Brian Terry, fue asesinado en la frontera con un arma traficada por ‘Rápido y Furioso’ debido a que descubrió este operativo.

“El envío de armas de EU hacia el Medio Oriente sigue vivo y bien: sólo se necesita rastrear el flujo del dinero. Es una manera en que se financian élites de Washington con el apoyo de los sindicatos criminales”, señala Plumlee.

Añade que las complicida­des de la CIA con el crimen organizado son tan grandes que después del asesinato de Enrique Camarena, en febrero de 1985, la agencia le ordenó trasladar a Caro Quintero desde México hasta Guatemala, en su huida. Posteriorm­ente el narcotrafi­cante fue detenido en Costa Rica y estuvo preso en México hasta 2013.

Al parecer, no todo lo ocurrido en esa época le trae malos recuerdo a Plumlee.

“Si ves a Caro Quintero dile que le estoy muy agradecido porque nos permitía cargar combustibl­e y aterrizar en sus ranchos”, ironiza.

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roBert ‘toSH’ Plumlee

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