Solicitan apoyo para albergue que ayuda a inmigrantes
Ante el constante flujo de migrantes que reciben ayuda humanitaria en el Seminario Franciscano Roger Bacon de este ciudad, los coordinadores piden ayuda de la ciudadanía para solventar las necesidades de quienes ahí habitan.
“Tuvimos en junio pasado la llegada de cientos de cubanos a quienes pudimos ayudar con la ayuda de la comunidad, pero la gente que busca refugio sigue llegando, y la necesidad de tenderles la manos es diaria”, dijo Soledad Hernández, coordinadora del albergue.
Ubicado en el 2400 de la calle Marr, el albergue aloja a familias que buscan reunirse con sus familiares en los EU, y quienes tienen pendiente un juicio en las Cortes de inmigración.
“Recibimos personas los martes, jueves y sábado, y hay días como ayer (sábado) en que recibimos a 58, y todos los día procuramos darles lo necesario para continuar su viaje”, dijo Fray Alberto Hernández, responsable de la fraternidad de frailes menores del Seminario Roger Bacon.
“Cuando recibimos a gente de Cuba, ellos se sabían con derechos y con el apoyo de sus familiares, pero ahora recibimos principalmente gente de El Salvador, Guatemala, Honduras y Brasil, quienes llegan en condiciones diferentes a los EU”, sostuvo el padre de la orden franciscana.
De acuerdo a fray Alberto, a los actuales refugiados deben de proporcionarles desde los más básico, como es alimentación, comidas y ropas, así como la forma de comunicarse con sus familiares, y para cumplir dichas necesidades es imperante la colaboración de la comunidad.
“La visita del Papa Francisco a esta frontera es una de las motivaciones más grandes que tenemos para ayudar a nuestros hermanos refugiados, pero igualmente nos motiva la celebración del año de la misericordia”, sostuvo fray Alberto. La ayuda que se requiere no es tan solo material, ya que la colaboración de voluntarios es del mismo modo valiosa, para poder aligerar la carga de los refugiados que buscan llegan con sus familias, que en muchos casos tienen recursos muy limitados.
“Les ofrecemos en principio un techo, un lugar donde puedan dormir, asearse y comer, pero del mismo modo procuramos facilitarles un teléfono para que puedan comunicarse con sus familias, y un modo de transporte para llevarlos a la central camionera o al aeropuerto, según el caso, y por supuesto algo de comida y ropa para su viaje”, sostuvo Sol Hernández.
La ayuda que se pide a la comunidad puede resultar tan variada como sea la voluntad de quien la ofrece, como es el caso del coro del Roger Bacon, quien amenizó la tarde del domingo la comida de los refugiados, con melodías que dieron confort a los viajeros en tránsito por El Paso.
“Necesitamos mucho la ayuda de quienes nos puedan proporcionar aires, o abanicos, ya que una parte del seminario no cuenta con este servicio, e igualmente si alguien sabe de plomería nos ayudaría mucho que vieran por las tuberías de este edificio que ya es viejo, y que eventualmente se tapa”, sostuvo la coordinadora del centro.
“Esta casa tiene más de 100 años, y aunque la buena voluntad de los voluntarios nos ayuda a salir adelante, a veces es necesaria esa ayuda extra de alguien que nos pueda tender la mano para reparar cuestiones básica, para que nuestros hermanos tengan una estancia más decorosa en este refugio”, dijo fray Alberto.
Aunque la donación de alimentos y ropa es imperante, del mismo modo se reciben juguetes para los niños de las familias que esperan poder partir a sus destinos, artículos de higiene personal, y tiempo para poder atender a las personas que son conducidas a refugios de este tipo tanto por agentes del ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos).
Para mayor información, los interesados en ayudar pueden llamar a los números telefónicos (915) 667-2528 o (915) 4330027.