NO ESTÁ DE ACUERDO CON TRUMP... PERO LO APOYA
Visita esta frontera el vicegobernador Dan Patrick
El vicegobernador de Texas, Dan Patrick, dice que para dar vida de nuevo al sueño americano, no puede haber fronteras abiertas, impuestos elevados ni educación de baja calidad, y por ello planea llevar dichos temas ante la siguiente sesión legislativa.
Patrick estuvo en El Paso esta semana atendiendo a una invitación de la Cámara Hispana de Comercio. En ella, durante un almuerzo con asistencia de casi un centenar de líderes municipales, del condado y del estado, el funcionario habló sobre la necesidad de mejorar la educación en el estado, ya que solo el 30 por ciento de los universitarios logran graduarse, problema de sobra conocido en El Paso, donde la tasa de graduación es del 16 por ciento, dijo.
El funcionario ha tenido como objetivo impactar el actual programa de ayuda financiera que está subvencionado por los estudiantes más ricos y que pagan hasta un 20 por ciento de su matrícula, en promedio 684 dólares al año, en una olla de dinero que se redistribuye a los estudiantes que no pueden pagar la matrícula.
“Lo ideal sería que el Estado pagara por esa deuda, no un estudiante a otro estudiante”, comentó.
“Es muy difícil hacer funcionar el gran sistema educativo que tenemos para todos los distritos y todos los estudiantes pero estamos haciendo lo que podemos. Estoy abierto a encontrar formas de hacerlo funcionar”, agregó.
También comentó que desea llevar a la mesa de discusión las altas tasas de impuestos que se agravan a la propiedad y que hacen que el Estado pierda oportunidades de negocios porque empresas deciden mudarse a otros estados menos impositivas con sus impuestos.
No está de acuerdo con Trump… pero lo apoya
Su presencia en esta frontera se da a pocos días de que el candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, suavizara su discurso sobre la inmigración y la construcción del muro, utilizando un tono más conciliador.
El multimillonario candidato, que se derrumbó en los sondeos tras la convención republicana el mes pasado, declaró ante un grupo de hispanos conservadores que su plan garantizará un estatuto legal a los inmigrantes indocumentados, “que no serán ciudadanos pero estarán autorizados a estar aquí sin temor a ser deportados”.
Sobre este tema, el vicegobernador Patrick, que en 2007 siendo senador introdujera un propuesta que haría ilegal ser indocumentado en el estado, dándole a los oficiales la autoridad para arrestar a indocumentados que fueran detenidos por cualquier delito, dijo que está a favor de una reforma migratoria.
Pese a no ser de ser de su total agrado, “voy a apoyar al candidato de mi partido… creo que él (Trump) será un creador de trabajos, pienso que destruirá ISIS, que hará más seguro al país. Apoyo a mucha gente con la que no concuerdo al cien por ciento, pero creo que la posición que está tomando ahora, después de un año en campaña, él escucha y aprende”.
Pero el tema no es una cuestión pasajera de tiempos electorales, reflexionó el funcionario.
“Washington, republicanos y demócratas deben tener un sistema de inmigración legal que sea justo y eficiente. Debemos estar en control de quién entra al país, no los carteles. Los asuntos que me preocupan son las drogas, los criminales y los potenciales terroristas que están llegando a nuestra frontera. Quiero que la gente no viva en las sombras, sino con dignidad. Mucha gente preferiría pagarle al gobierno federal unos cuantos miles de dólares para arreglar su situación que pagarle miles de dólares al cartel para traerlos de contrabando a este país”, aseguró.
Patrick se refería al evento ocurrido hace algunos meses, cuando dos republicanos presentaron un proyecto de ley al que dieron por llamar RACA. Según esta propuesta, ciertos inmigrantes indocumentados que llegaron a Estados Unidos cuando eran niños podrían ganar “estatus de no inmigrante condicional” si obtienen una titulación de una institución de educación superior, se enlistan en las Fuerzas Armadas, o son empleados y cumplen con otros requisitos.
El “estatus de no inmigrante condicional” tendría una duración de cinco años. Después de ese lapso, el destinatario sería elegible para extender su estatus o ajustarlo al de residente permanente legal si ha cumplido todos los requisitos.