Es donación de plasma industria multimillonaria
La industria de la donación de plasma genera miles de millones de dólares al año en Estados Unidos. En El Paso existen seis sucursales de Talecris Plasma Resources, un centro de recolección de plasma en el cual un 85 por ciento de los donadores cruzan desde Ciudad Juárez. Talecris es una subsidiaria de Grifols, una empresa española de productos de la sangre, que es el tercer mayor proveedor de productos de plasma en el mundo y tiene más de 147 centros en Estados Unidos. En conjunto, estos centros le permiten obtener 6.5 millones de litros de plasma al año.
Tan sólo en 2015, entre Estados Unidos y Canadá, la compañía española generó 2.5 billones de dólares.
En esta frontera, estudiantes paseños y juarenses necesitados de un ingreso extra están entre los principales donantes.
Empresas obtienen grandes dividendos al procesar derivados de la sangre adquiridos en la frontera
Venden por necesidad
Paula Montero, estudiante universitaria de Justicia Criminal, donó por primera vez tras ver un anuncio de Talecris asegurando que los nuevos donantes “ganan hasta 175 dólares en dos semanas”.
Le dijeron que extraerían de su cuerpo entre 500 y 800 mililitros de plasma sanguíneo, lo cual no le trae problemas inmediatos, únicamente mareos ocasionales. Para Paula, eso es lo de menos, lo importante es que el dinero que gane, lo usará para comprar libros para sus estudios.
De acuerdo con un reporte de The New York Times, esa pinta de sangre entera que le extraerán tiene un valor cercano a los 100 dólares, pero dividida en varios componentes, podría llegar a venderse hasta por 190, dependiendo de la región en la que se vende.
Los laboratorios separan del plasma, para su reventa, derivados como la albúmina (que sirve para tratar, por ejemplo, ciertas patologías del hígado y shocks traumáticos), factores de la coagulación (el más conocido es el tratamiento de pacientes con hemofilia que sufren hemorragias frecuentes) y las inmunoglobulinas (que se emplean en sujetos inmunodeprimidos que sufren infecciones frecuentes).
Violan condiciones de visa
Muchos cruzan todos los días, a riesgo de que les quiten sus visas de visitante, con el objetivo de vender plasma a alguna de los cinco centros de recolección que hay en El Paso.
De acuerdo con Rubén Jáuregui, portavoz de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), a diario algunos juarenses pierden sus visas por tratar de sacar ventaja y permanecer más tiempo de lo permitido en Estados Unidos o por ser descubiertos trabajando sin permiso. Eso incluye venir a vender plasma.
“Es una situación que vemos a diario, todos los días se les recoge la visa a las personas que se les descubre cometiendo una falta y se procesan administrativamente y se regresan a México”, dijo. La pena por esta actividad puede ser de hasta cinco años sin derecho a renovación y se tiene que realizar el proceso de un perdón.
Jáuregui dijo que no tienen una cifra sobre cuántas visas se les quitan a los fronterizos, pero recalcó que es algo que ocurre a diario.
Ética vs la ley
Sobre esta forma de comercio hay diversas opiniones entre las autoridades y los interesados.
Grifols le llama donación y en sus sitio web asegura que lo se le da a los donadores no es un pago sino una “compensación” monetaria por el tiempo invertido en dar la sangre a sus centros de recolección. Además, asegura que únicamente pueden donar los llamados ‘donantes cualificados’, que son calificados, se supone, por personal de la Agencia de Drogas y Alimentos (FDA).
Entre otras cosas, se establece que los donadores no puedan hacerlo más de dos veces en un intervalo de siete días, y con al menos dos días de espera entre cada donación. Por cada plasmaféresis (de la que se obtienen unos 850 mililitros) reciben entre 25-30 dólares, una vez que se es un donante regular.
En el razonar del Servicio de Impuestos Internos (IRS), cuando un donador recibe dinero mediante el ejercicio de una actividad, eso debe ser considerado como un ingreso por servicios personales de un extranjero no residente de Estados Unidos.
Por lo tanto, este ingreso debería ser sujeto a retención del 30 por ciento de impuestos, si se rebasa la cifra de 3 mil 400 dólares al año. Los donantes cuyo ingreso rebase esa cantidad deben obtener un número de identificación de pago de impuestos (ITIN) y presentar su declaración anual, según ordena el IRS.
El código de ética de la Asociación de Terapia de Plasma Proteína (PPTA), en sus artículos 6,7 y 8, prohíbe a las empresas como Talecris la obtención de plasma de países no industrializados, donde no haya autoridades que impidan prácticas que dañen o exploten a los donantes.
Dado que el plasma que donan estas personas se va a emplear como materia prima para fabricar hemoderivados (una especie de medicamentos sanguíneos), cualquiera no puede ser ‘donante cualificado’, sino que es la propia FDA la que acredita a estas personas y establece los criterios.
Al estar ubicadas a una o dos millas de la frontera, los centros reciben donantes de México, cuya alimentación y buen estado físico no puede estar asegurado por las autoridades estadounidenses.
Todo este material sanguíneo se remite desde los bancos de sangre hasta los hospitales, donde se emplean en transfusiones y diferentes tratamientos. El plasma ‘sobrante’ que no se remite a los hospitales se envía a la industria farmacéutica, que utiliza sus componentes.
El proceso
Donar plasma no es nada complicado. Los donantes son recostados en camillas especiales, y a través de unos aparatos el plasma es extraído y la sangre regresa al cuerpo. El proceso dura de 20 minutos a dos horas, dependiendo de las condiciones físicas de la persona.
A pesar que entre los requisitos que se firman previo a la donación se encuentra el de ser ciudadano estadounidense, pero quienes acuden a estos centros aseguran que no se les cuestiona su estatus migratorio.