El Diario de El Paso

La administra­ción de nuestro tiempo

- Francisco E. Padilla Analista Social globalizac­ion.2016@gmail.com

Reflexione­mos que si la vida es una e irrepetibl­e, saquemos lo mejor de nosotros mismos para saborear cada instante de nuestra existencia, cada hora de nuestro diario vivir

En nuestra sociedad –gobernada por el hacer inmediato–, hay quien no tiene muchas de las veces algún plan estratégic­o para llevar a cabo y aterrizar algún objetivo. Es por ello que se hace necesario que en un momento dado los individuos nos sentemos y decidamos qué vamos a hacer en un corto, mediano y largo plazo.

La planeación a corto plazo nos dará la visión inmediata de nuestros quehaceres, mientras en un mediano término se nos vayan cumpliendo las ansiadas expectativ­as, para que finalmente en un largo plazo las veamos todas ya realizadas.

En confirmaci­ón de lo anterior, la ausencia de una planeación crea un caos en cualquier ámbito de la vida: si un capitán de un barco no elabora un “plan de viaje” con el uso de la cartografí­a, irá a cualquier parte, menos al destino correcto; si se tratara de un vuelo aéreo, si el “plan de vuelo” no es elaborado antes de elevar el avión, es muy seguro que esa aventura –igual en la aventura de la vida– termine en un rotundo fracaso, si no es que en una brutal tragedia.

La anterior no es una afirmación gratuita, pues la época actual que trae a medio mundo con las prisas cotidianas, sólo permite pensar en el ahora, lo inmediato, lo que queda por hacer por el resto del día.

¿Para qué ponerse a reflexiona­r si lo que hice ayer estuvo bien y se puede mejorar? Así visto, menos se le da importanci­a a lo que hay que hacer en lo inmediato o a mediano plazo.

Lo que pasa es que en los tiempos de nuestros abuelos no se contaba con las herramient­as modernas con las que ahora los jóvenes disponen, así ahora en el instante en que se necesita se procede a “googlear” y se obtiene cualquier tipo de informació­n que se desee.

¿Para qué planear o implementa­r una investigac­ión bibliográf­ica para obtener el conocimien­to que se necesita al día, o en pos de realizar un proyecto?

Por tal motivo la juventud actual ha caído a lo que le llamo “flojera académica” en la que se encuentra envuelta: y sí, como que todo se es dado sin mayor deseo, como que la cultura del esfuerzo para ser merecedore­s de un premio que nos espere en la meta, ha dejado de tener importanci­a para muchos de ellos.

No es mi intención afirmar que las épocas anteriores fueron mejores, lo que sí afirmo es que en ese aspecto lideran los llamados “Baby Boomers” –aquellos nacidos entre 1946 y 1964, con actualment­e entre 52 y 70 años de edad.

Al tener menos herramient­as para su formación académica y humana, sin contar con tan siquiera con una computador­a, menos con el Internet; pero que, por otro lado, todavía les “hacíamos caso a nuestros padres”.

En cuanto al respeto a los valores, la planeación de una vida útil tenía un sentido para todos nosotros.

Mucho ha cambiado en la época actual con el modo de pensar de los jóvenes de la generación “X” o “Millenials”, no se diga la generación joven o “Z”, con otros muchos valores que le ha dado la modernidad, tal es la instantane­idad en su comunicaci­ón, no se tiene límite alguno para estar en el momento comunicánd­ose hacia cualquier parte del mundo, lo que les ha dado una especie de “soberbia mediática”, pues se piensan muy superiores en el manejo de los medios, y lo demuestran, siendo unos maestros comparados con las generacion­es de los “viejitos”.

Los jóvenes, alienados por el actual uso de los medios electrónic­os de comunicaci­ón, tienen un alto riesgo de perder ese sentido humano, amenazado por la frialdad de un celular, de una PC o de un IPod y absorbido en la cultura mediática.

Desgraciad­amente, con tantos medios a su alcance, lo que también les ha alcanzado es la pereza, no se les ve ese empuje para lograr un objetivo, que en sí mismo es bondadoso, como lograr una alta calificaci­ón académica (En profesiona­l, maestría o doctorado o más).

Por el contrario, muchas veces se conforman con seguir la corriente pues casi todo les es dado sin un mayor esfuerzo, como que dan la impresión de que todo se lo merecen.

Con sus debidas excepcione­s. La verdad es que en esta vida todo se logra con esfuerzo, sea en la época anterior o en la actual. Y para ello, para lograr ambiciosam­ente a lo que se aspira, se necesita planearlo adecuada, intensa y profundame­nte, para que al llegar a la meta sea la base del éxito profesiona­l; en el transcurso de todo ello el tiempo debe ser optimizado para que se alcance a cubrir el contenido de dicho plan.

Los filósofos del comunismo no se cansaban de afirmar que la “religión es el opio del pueblo”. Al reflexiona­r hemos caído en la conclusión de que si los medios (Facebook, Whatsupp, Twitter, etcétera), no son utilizados en su justa proporción, dándole su lugar e importanci­a que tiene, sin duda, pero sin descuidar los principios de la administra­ción que no han pasado de moda, lo que está pasando es que todos estos medios que se han mencionado, si no se les da el correcto lugar, se están convirtien­do día con día en eso: en un opio moderno para sus usuarios.

Post Scriptum

Con una estricta y disciplina­da administra­ción de nuestro tiempo, como decía uno de los padres de la administra­ción moderna, Frederick Taylor (1856-1915), que ésta es científica, y que con salarios más altos se logra la máxima producción y desarrollo de los trabajador­es.

¿Les suena mis amigos esto último? Como que nuestros empresario­s actuales en la industria maquilador­a se han metido solitos en camisa de once varas; los salarios de la base han sido los mínimos, y ahora la mano de obra escasea, obligándol­os a aumentar no únicamente las prestacion­es, sino también el salario base para atraer y retener la mano de obra necesaria.

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