Capacitan a prestadores de servicio para identificar trata de personas
La identificación de víctimas de trata de personas se ha convertido en una prioridad en la zona fronteriza y por primera ocasión, representantes del Departamento de Salud y Servicios Humanos del estado realizaron un entrenamiento de identificación de víctimas dirigido a prestadores de servicios locales.
‘Lo más importante es saber que el problema existe y que cuando viene una persona a buscar ayuda y relata una historia que no consiste en sus lesiones, es porque está escondiendo mucho de lo que sucedió’, dijo Arturo Jaime, quien es voluntario para una organización que trata con personas adictas a drogas no reguladas como sales de baño.
De acuerdo a la doctora Eva Moya, directora del Colegio de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas en El Paso, en esta comunidad existe un número no identificado de víctimas de trata de blancas.
‘Tenemos personas que están siendo abusadas de tipo sexual, laboral, y son utilizadas para trabajar para alguien más, o que su identidad sexual o religiosa es usada como argumento o carnada para controlar sus vidas’.
Dicha situación ha obligado al sector educativo y de salud a actualizarse en sus sistemas de identificación de posibles víctimas de tráfico humano.
Según Moya, tanto en el campo educativo como en el de salud, existen muchas oportunidades para identificar a las víctimas. ‘Necesitamos que los proveedores médicos no vean el abuso como un simple abuso y que investiguen un poco más allá de lo que la persona reporta”.
El ganar la confianza del individuo y sobre todo el sensibilizarse ante su situación es una parte esencial para identificar a posibles víctimas. ‘Desafortunadamente el control que ejercen sobre las personas y el miedo que les inculcan es algo que las paraliza y no hacen denuncias’, dijo Moya.
Agregó que Texas es uno de los pocos estados que cuenta con provisiones legales para proteger a los menores de edad que se han sido víctimas no sólo de maltrato físico o mental, sino también de coerción.
Más de un centenar de proveedores de servicios participaron en el entrenamiento que se enfocó en la detección de problemas de salud que presentan las víctimas, tales como infecciones de enfermedades de transmisión sexual recurrentes, fracturas de huesos y trastornos emocionales severos debido a daño traumático emocional.
Durante el entrenamiento denominado S.O.A.R. (ver, orientar, preguntar y reportar) se estudió el caso de Jessy, un transexual que nació hombre, pero que sus preferencias siempre fueron femeninas. La falta de un padre y crecer al lado de una madre adicta a la cocaína e inestable lo hicieron caer fácilmente en las redes de la trata de personas.
Aunque falleció a corta edad, la confianza que logró obtener su proveedor de servicios pudo rescatarlo de una cadena de abusos y vejaciones.
Se estima que en este país existen 21 millones de personas viviendo en condiciones de esclavitud y la trata de personas es el segundo negocio más redituable del mundo. Un total de 32 billones de dólares es generado anualmente por este delito, 3 mil 287 personas son secuestradas anualmente para ser forzadas a realizar trabajos contra su voluntad y el promedio de pago por un individuo es de $100 dólares.
Se enfocan en detectar problemas de salud de las víctimas