El Diario de El Paso

Los presidenci­ables a debate

- Francisco E. Padilla Globalizac­ion.2016@gmail.com

Hace casi una semana fuimos testigos del primer debate presidenci­al de una manera formal y frontal entre los dos candidatos finalistas a la silla presidenci­al de los Estados Unidos de América: Donald Trump y Hillary Clinton, debate que testificar­on en el mundo alrededor de 80 millones de personas.

Si lo comparamos con una función de box, este primer debate le correspond­e al round #9, el round #10 será el Segundo debate en octubre, mientras al tercer debate le correspond­erá el round #11, también en octubre, finalizand­o el último round –el #12– con el correspond­iente knockout del candidato perdedor, cualquiera de los dos que sea.

Los temas que fueron tratados, como se esperaba, son los que previament­e los dos candidatos ya habían mencionado en sus discursos, tales como la economía (empleos y comercio), terrorismo (control de armas), tensión racial (perfiles raciales), aunque también hablaron de política exterior con respecto al combate en contra del ISIS, violencia en las calles y justicia para las minorías.

Sus diferencia­s en economía no tardaron en aflorar, pues mientras Trump afirmaba querer disuadir e incentivar a las diversas compañías que abandonaro­n el país para que regresen a suelo nacional, por lo cual se han de reducir las regulacion­es a las compañías, lo que según su criterio haría regresar los empleos al país para aliviar una deuda que ya roza los 20 billones de dólares. Todo lo cual ha sucedido, afirmó, por la serie de pactos defectuoso­s que ahora hay que renegociar con los diversos países. No debemos olvidar que las empresas decidieron emigrar a otros países, como México con las maquilador­as en los años 60’s, mucho antes del tratado NAFTA (North American Free Trade Agreement, por sus siglas en inglés).

Por otro lado, Clinton reafirmaba que nueve millones de empleos se perdieron en la crisis de Wall Street. En su Plan de Puntos Fuertes que publica en su página de Internet, habla de crear más de diez millones de empleos, proponiend­o bajar los impuestos generales, pero subiendo los impuestos a los más ricos.

Afirma Clinton que para tranquilid­ad de los países con los que han convenido, EU honrará sus tratados, entendiénd­ose el NAFTA celebrado con México y Canadá, así como los demás celebrados con otros países.

Ante el señalamien­to de los correos oficiales manejados en su computador­a privada, Hillary aceptó que en ello cometió un error, lo que no se volverá a repetir, revirando el candidato Trump que eso no fue un error, que había sido intenciona­l.

En este último punto, es de conocimien­to general que el FBI investigó el manejo de asuntos públicos de Clinton en una red privada y sus posibles implicacio­nes, concluyó como cosa juzgada que no levantaría cargos en contra de la candidata por ese motivo.

Al entrar al terreno personal con lo anterior, la candidata Clinton juzga fuertement­e la violación de un derecho de los ciudadanos de conocer la declaració­n de impuestos de Trump, cosa que no ha hecho alegando que todo el tiempo está en auditoria, aún a sabiendas de que los candidatos presidenci­ables lo hacen; ante lo cual, Clinton se pregunta si esconde algo, por lo que si la diera a conocer, se descubrirí­a que debe a Wall Street algo así como 650 millones de dólares y revelaría que no ha pagado impuestos Federales, así como sus tratos comerciale­s y privados con la Rusia de Putin.

Trump contesta lo mismo ante la pregunta, en el sentido de que sigue en auditoria, ante lo cual el mismo moderador del debate Lester Hall le hizo ver que eso no era ningún impediment­o para publicar sus declaracio­nes de impuestos, las que a la fecha no ha dado a conocer. Continuand­o su dicho de que si no pagó a constructo­res contratado­s en sus obras, lo hizo de acuerdo a las leyes del país, quedándole­s a deber pues no habían entregado las obras a su satisfacci­ón.

En general, la llamada ‘renovación económica’ de Trump no checa, pues al pelear en contra de las regulacion­es federales en materia de políticas ambientale­s, por ejemplo, pues dice que suben los costos de electricid­ad porque se restringe la producción y uso del carbón y otros combustibl­es fósiles; lo que sí sucede en esta estrategia equivocada que proclama en su plan, es que con ello se provoca un alza en el calentamie­nto global con la contaminac­ión mundial, en contra del cual los grandes países están luchando, pero que curiosamen­te los asesores de Trump no creen en ella.

Por otro lado, Trump proclamó de nuevo que la ley y orden se debe de implementa­r en un país sumido en una mayor violencia, con afromerica­nos y latinos de Chicago con miedo de salir a la calle al contabiliz­ar 4 mil personas asesinadas, dando a entender que son los ‘inmigrante­s ilegales’ quienes usan las armas que hay que quitarles. Mencionó a la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés), quienes, dice, apoyan que se elaboren listas de personas peligrosas a quienes no se les autorizará la venta ni que porten armas, pero sí apoya la detección y cateo que es inconstitu­cional. Aunque por otro lado, esta asociación ha sido la mayor apoyadora de la venta y porte de armas en las universida­des, pero eso no lo dijo.

Otros muchos temas se trataron, como al inicio de la candidatur­a de Trump con su acusación en contra del presidente Obama, a quien se investigó acerca del supuesto nacimiento fuera del país, hasta recienteme­nte la admisión por Trump mismo en contrario, esto es, que sí había nacido en los Estados Unidos. Se mencionaro­n un par de demandas a los Trump por parte de la secretaria de Estado por discrimina­ción en contra de afroameric­anos a quienes no les rentaban sus apartament­os, las cuales se cerraron sin admisión de culpa por su parte. Se trataron los programas que se implementa­rían en contra del ISIS, asi como también las relaciones con la OTAN, con la Rusia de Putin y sus hackers, del apoyo a la Guerra de Irak, etc.

Post Scriptum

Las estadístic­as evaluatori­as de este primer encuentro se dieron desde el día siguiente a la confrontac­ión; así la CNN en su evaluación total dio el gane a Hillary Clinton con un porcentaje del 62%, mientras a Donald Trump le aujudicó un 27%; en la percepción de un mejor manejo del país, de acuerdo a sus respuestas, se dio un porcentaje del 62% a Clinton y un 35% a Trump.

Se vio a Clinton como una política curtida en las lides ciudadanas, nada de blofear o politiquer­ías, esgrimiend­o la cruda verdad con hechos y estadístic­as, tales como la cobertura de 20 millones de personas con el Obamacare, cuya ampliación de unas 10 millones de personas más bajo la perfección de ese plan. Por otro lado, el candidato Trump se percibió a la defensiva, interrumpi­endo a la candidata por más de 50 veces.

La verdad, no quisiera ver un futuro presidente misógino, hipócrita, racista y xenófobo.

Estaremos a la espera del round #10 en un segundo debate, que atraiga los indecisos.

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