El Diario de El Paso

Desata controvers­ia disciplina extrema a menores

- Christophe­r Mele/New York Times News Service

Nueva York – La semana pasada, una mujer en un Wal-Mart de Texas, quien tomó fotos de un hombre empujando un carrito del mandado con el cabello de su hija enredado alrededor de la manija del carrito, ayudó a iniciar un debate sobre cuando, si acaso, debería un testigo intervenir cuando un padre disciplina de manera excesiva a su hijo en público.

La mujer, Erika Burch, estaba con su marido, Robert, en la tienda en Cleveland, Texas, a unas 45 millas (72 kilómetros) al norte de Houston, el 19 de septiembre, cuando vieron a la niña caminando extremadam­ente cerca del carrito. Su cabeza estaba inclinada en un ángulo raro mientras el hombre la arrastraba al lado del carrito jalándola del cabello, declaró Erika Burch en entrevista.

Robert Burch, de 44 años, comentó que la niña, quien de acuerdo con la Policía tiene cinco años, estaba llorando: “¡Para! No lo volveré a hacer”. Añadió que ella “le suplicaba al hombre que la dejara ir”. Erika Burch, de 25, intervino. Ella habló con el hombre en tres ocasiones para intentar que se parara, cada vez elevando más la voz. Erika Burch dijo que el hombre le dijo, “Yo así crecí y estoy bien”, y luego comenzó a insultarla. Ella llamó al 911, y el oficial de la Policía que estaba en la tienda atendiendo un caso de hurto llegó en cuestión de minutos.

En su página de Facebook, el Departamen­to de la Policía de Cleveland dijo que una investigac­ión, junto con los Servicios de Protección al Menor estaba en proceso. Los testigos fueron interrogad­os y se tomaron reportes, según dijo el jefe dela Policía, Darrel Broussard, en un correo electrónic­o.

“No justificam­os las acciones del padre de familia en este incidente, pero debemos recabar toda la informació­n y evidencia”, según escribió, agregando que el padre soltó el cabello de la niña “rápidament­e”.

“Se han realizado interrogat­orios forenses junto con un grupo defensor de los menores del condado, y se ha indagado en el comportami­ento y pasado de la familia (no se encontró nada)”, según escribió el jefe de la Policía.

No se han fincado cargos, y el hombre

no fue identifica­do por la Policía. El jefe de la Policía dijo que “muchos planes de intervenci­ón” fueron puestos en vigor y que la menor “está bien”, agregando que la familia tiene “una madre muy fuerte”.

Desde que Burch posteó su historia en Facebook, ésta ha sido compartida más de 242 mil veces y fue reportada por numerosos noticieros. No fue hasta que ella intervino en la tienda, dijo, que otras personas que también hacían sus compras le dieron las gracias. Ella dijo que después algunas personas le enviaron mensajes por Facebook diciendo que la pareja, quienes tienen cuatro hijos, de entre dos y siete años, no debieron haberse metido en lo que no era de su incumbenci­a.

Pero Robert Burch dijo que debido a las circunstan­cias ellos se vieron obligados en tomar acción.

“Esto es lo que está mal con Estados Unidos hoy”, dijo. “Todos tienen miedo a querer involucrar­se”.

Entonces ¿Qué es lo que los observador­es deben hacer en situacione­s como esta? Les preguntamo­s a los expertos.

¿Me correspond­e a mí hacer algo al respecto?

Dan Duffy, presidente y jefe ejecutivo de Prevent Child Abuse America, dijo que su organizaci­ón es una firme creyente en que “si usted ve algo, diga algo”.

No se espere a que la situación empeore antes de involucrar­se, dijo Darleen Simmons, educadora de salud pública del Departamen­to de Salud Pública del Condado de Saint PaulRamsey, en St. Paul, y la entrenador­a principal del Proyecto Wakanheza, el cual enseña estrategia­s para ponerles un alto a ciertas situacione­s estresante­s. (Wakanheza es la palabra de la tribu Dakota para decir niño; su traducción al inglés quiere decir ser sagrado).

“Si uno se espera a que algo empeore sin hacer nada, definitiva­mente aquello puede convertirs­e en algo muy difícil de controlar, se pierde la oportunida­d de entablar una conexión para poder rendir una ayuda”, dijo.

Folusho Otuyelu, profesor asistente de trabajo clínico social en la Escuela de Posgrado en Trabajo Social de la Universida­d Touro en Manhattan, dijo que, “Otros quizás no sean tan valientes para intervenir, pero están pensando en que alguien debe involucrar­se”.

La persona que interviene puede llegar a sentir que está sola, pero eso no es verdad, dijo.

¿Debo llamar a la Policía?

Chris Newlin, director ejecutivo del Centro Nacional para la Defensa del Menor, dijo que las personas comúnmente llaman al 911 si ven un incendio o un choque, ¿entonces por qué los casos en los que un menor puede estar en peligro deben ser tratados de manera distinta?

“Si alguien está siendo abusivo con un menor en público, sólo imagine lo que sucede a puerta cerrada”, según dijo en un correo electrónic­o.

El doctor Jeffrey Gardere, psicólogo clínico y profesor de ciencias del comportami­ento en la Universida­d Touro de Medicina Osteopátic­a en Manhattan, dijo que si usted cree que un menor está en “peligro inminente”, usted puede hacer una llamada anónima a la Policía.

“Quizás se sienta usted culpable de que quizás llegue a meter en problemas a algún padre de familia, o que quizás usted llegue a cometer un error al haber malinterpr­etado la situación”, dijo.

“Sin embargo, piense en cómo el no haber tomado acción puede conllevar a que un menor resulte lastimado, o que esté en peligro de muerte. Ahora piense en esa culpabilid­ad”.

Otros expertos advirtiero­n que al involucrar a las autoridade­s de inmediato podría ocasionar que la situación se salga de control.

El padre de familia podría estar sintiéndos­e frustrado de haber tenido un día muy pesado y eso no quiere decir que sea necesariam­ente abusivo.

En ese caso, sea muy firme con el padre de familia, pero si esa persona lo confronta, alerte a un guardia de seguridad o a la Policía de inmediato. “Usted también tiene que mantenerse a salvo”, dijo McDavid.

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una niña fue jalada de los cabellos por su padre mientras empujaba un carrito en el supermerca­do

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