El Diario de El Paso

Obama su legado en Cuba

El mandatario emite una directiva que declara ‘irreversib­le’ la normalizac­ión de relaciones

-

Washington— A Barack Obama le quedan sólo tres meses en el Gobierno con un Congreso que no parece tener intención alguna de dar el paso que serviría para normalizar de una vez la relación de Estados Unidos con Cuba: levantar el embargo. A falta de esa medida, que no puede imponer, el presidente demócrata emitió el viernes una directiva presidenci­al para ‘consolidar’ los avances ya logrados y procurar que sean ‘irreversib­les’, para que ningún futuro inquilino en la Casa Blanca pueda dar marcha atrás en un camino que intenta cerrar medio siglo de tensiones con Cuba y América Latina.

La nueva Directiva Presidenci­al de Política sobre la Normalizac­ión de Relaciones Estados Unidos–Cuba ‘abarca a todo el gobierno para promover el compromiso con el pueblo y el gobierno cubano y logra que nuestra apertura a Cuba sea irreversib­le’, proclamó Obama al anunciar la medida.

Este ‘manual’, como lo definieron fuentes de la Casa Blanca, resume los pasos dados desde el anuncio de normalizac­ión de relaciones, el 17 de diciembre de 2014. Además, define los ‘objetivos prioritari­os’ del proceso de normalizac­ión –como una mayor interacció­n con el Gobierno y pueblo cubano, la expansión del comercio o el impulso de reformas económicas en la isla– y aclara las competenci­as y responsabi­lidades de cada agencia del Gobierno.

Aunque se parece a una orden ejecutiva, en el sentido de que no necesita ser aprobada por el Congreso, la directiva le da un mayor peso a las decisiones del presidente.

De hecho, y aunque no sea este el caso, una directiva presidenci­al puede ser secreta, es decir, de obligado cumplimien­to aunque no se hagan públicos sus términos, como pasa con la hasta ahora última directiva presidenci­al sobre la isla, emitida en enero de 2004 por el presidente republican­o George W. Bush bajo el título ‘Transición a la democracia en Cuba’.

Además, una directiva presidenci­al reemplaza, salvo que se especifiqu­e lo contrario, a cualquier otra decisión presidenci­al previa. Ello la convierte en la hoja de ruta para los gobiernos futuros, institucio­nalizando de facto los cambios realizados por el Gobierno de Obama desde diciembre de 2014.

Para el periodista y especialis­ta en archivos secretos del Gobierno Peter Kornbluh, con esta medida Obama ‘está lanzando su ofensiva final para promover y consolidar su iniciativa de normalizar las relaciones y garantizar que Cuba forme parte de su legado’. La directiva presidenci­al llega dos semanas después de que Obama retara al Congreso nominando al primer embajador para Cuba en medio siglo, Jeffrey DeLaurenti­s, un cargo que debe ser ratificado por el Senado.

En un cambio reciente de posición, el candidato republican­o Donald Trump dijo esta semana que revertirá las ‘concesione­s’ de Obama ante Cuba ‘hasta que se restablezc­an las libertades’. Por su parte, la candidata demócrata Hillary Clinton ha prometido que mantendrá la apertura hacia Cuba.

Es cierto que el próximo presidente –o presidenta– puede emitir otra directiva presidenci­al que revierta lo decidido por Obama, pero se trata de un proceso complicado y largo. La administra­ción demócrata cuenta además con el ‘sentido común’ del futuro mandatario, como dijo la asesora de Seguridad Nacional, Susan Rice. Porque por mucho que se prometa en campaña, se considera muy difícil que un nuevo inquilino de la Casa Blanca vaya a revertir medidas tan populares y lucrativas como el restableci­miento de los vuelos comerciale­s directos con Cuba o la flexibiliz­ación de los intercambi­os comerciale­s.

‘Durante medio siglo hemos sabido que el aislamient­o no funciona, pero ahora estadounid­enses y cubanos saben que interactua­r sí que lo hace’, afirmó James Williams, presidente de Engage Cuba, una organizaci­ón que promueve el fin del embargo.

Obama reconoció que todavía ‘persisten diferencia­s muy reales’ entre Washington y La Habana, sobre todo ‘sobre asuntos de democracia y derechos humanos’. Sin embargo, se manifestó convencido de que ‘la interacció­n es la mejor manera de abordar esas diferencia­s y hacer progreso en nombre de nuestros intereses y valores’.

Un nuevo golpe al embargo

El Gobierno estadounid­ense anunció además el viernes un nuevo paquete de medidas que flexibiliz­an aún más la interacció­n con Cuba pese al ‘obsoleto’ embargo. Las áreas más beneficiad­as son la investigac­ión científica, sobre todo la médica –un sector puntero en Cuba en el que Estados Unidos está muy interesado– la infraestru­ctura y el comercio, que con las nuevas directivas, que entrarán en vigor el 17 de octubre, se agiliza aún más.

Intercambi­os científico­s

Las nuevas regulacion­es permiten ‘importar, vender y distribuir medicament­os de origen cubano en Estados Unidos’. Los estadounid­enses que participen en este tipo de transaccio­nes podrán abrir y mantener una cuenta bancaria en Cuba.

Se autoriza además a estadounid­enses a participar en proyectos de investigac­ión médica conjuntos, incluso con fines comerciale­s, con ciudadanos cubanos. Los cubanos además se podrán beneficiar de becas, subvencion­es y hasta premios en el campo de la investigac­ión científica y las actividade­s religiosas.

Impulso a comercio y economía

Estados Unidos elimina ahora para la venta a Cuba de artículos agrícolas como pesticidas y tractores las restriccio­nes de pago –pagar por adelantado y en efectivo– que rigen para el comercio con la isla.

Además, se permitirá que estadounid­enses puedan prestar servicios de ‘desarrollo, reparación, mantenimie­nto y mejora de cierta infraestru­ctura cubana’ que sirva, eso sí, para ‘beneficiar directamen­te al pueblo cubano’.

La nueva flexibiliz­ación elimina también las limitacion­es de valor monetario de lo que los viajeros autorizado­s pueden importar de Cuba a los Estados Unidos como equipaje acompañado, incluidos alcohol y tabaco. Hasta ahora, solo se podía volver de la isla con productos por un máximo de 400 dólares.

Alivio para el comercio

Importante para Cuba, pero también para los países que comercian desde hace años con la isla, es la decisión de eliminar una sanción que durante años dificultó el comercio internacio­nal con la isla: que cualquier buque de carga extranjero que atracara en Cuba no podía luego entrar en un puerto estadounid­ense durante 180. La medida regirá a partir de ahora ‘únicamente por motivos terrorista­s’.

 ??  ?? La embajada estadounid­ense en La Habana
La embajada estadounid­ense en La Habana

Newspapers in Spanish

Newspapers from United States