Concentran tres zonas más embarazos juveniles
Sus hijas tienen una mayor posibilidad de salir embarazadas en la adolescencia dependiendo del sector de El Paso donde vivan, revela un reporte divulgado por el Departamento de Salud Pública.
Basado en investigaciones del Children’s Hospital, el reporte indica que la tasa de embarazos juveniles en el Valle Bajo, el Valle Alto y la zona Central de El Paso es casi lo doble o más que en otras partes de la ciudad.
El promedio de embarazos juveniles en el Condado de El Paso es de 69 adolescentes (de entre 15 y 19 años de edad) por cada mil de ese grupo, una tasa superior al promedio estatal de 57 entre mil. Las tasas se basan en información de partos ocurridos en el 2011.
Pero existe disparidad en la concentración de los embarazos. El Westside, Fort Bliss y el Este de El Paso reportan menos embarazos juveniles que la tasa promedio (29.6, 34.2 y 41.5 por cada mil adolescentes, respectivamente). Mientras tanto, el Valle Bajo, las zonas cercanas a Canutillo, Vinton y Westway, y el área Central reportan las tasas más altas (72.1, 80 y 85.5 por cada mil).
El reporte y algunos profesionales de la salud sugieren que existe una correlación entre los embarazos juveniles y el nivel familiar de ingresos, y en menor grado, la inmigración.
Estudio revela mayores tasas en área Central, el Valle Bajo y al Noroeste de El Paso
Las zonas consideradas con bajo nivel socioeconómico son las más afectadas. La transición de la población de estas jovencitas es una de las principales causas... muchas llegan durante el embarazo, y al término del mismo vuelven a su lugar de origen”, dijo Patricia Parsons, directora del programa Nurse-Family Partnership (Asociación de Familias y Enfermeras).
El programa es una iniciativa nacional con presencia en El Paso desde 2010. Es un programa gratuito de salud que ayuda a estabilizar la vida de madres primerizas por medio de visitas a hogares, consejos sobre el embarazo e información sobre recursos a su alcance.
“Hemos demostrado que ayudamos a prevenir resultados adversos del embarazo, como bajo peso al nacer, bajo rendimiento escolar y la delincuencia en niños al mismo tiempo que mejoramos la adaptación y la salud de las mujeres jóvenes”, dijo Parsons.
Gabriela Murdock, asistente administrativa del programa, concuerda en que muchas jóvenes enfrentan problemas familiares, económicos o culturales.
“Todas las clientas son de bajos recursos y muchas de ellas tienen problemas familiares. Muchas de ellas tienen familiares aquí, pero al término del embarazo ya no las localizamos porque a veces se regresan a México”, dijo Murdock, enfatizando que el programa no tiene requisitos de residencia.
Tratan de prevenir deserción escolar
Las instituciones de salud vigilan los embarazos juveniles y ofrecen programas de intervención por varias razones, tales como prevenir partos prematuros o la muerte del bebé en gestación, y asegurarse que la madre no descuide su futuro.
Según datos de los Centros para el Control y Prevención de las Enfermedades (CDC), una de cada dos adolescentes que resulta embarazada deserta de la escuela. En comparación, 9 de cada 10 mujeres adolescentes que evitan el embarazo logran graduarse de la preparatoria, según el CDC.
Si la madre adolescente logra regresar a la escuela, e incluso continúa sus estudios en un colegio comunitario o universidad, tiene una mayor oportunidad de obtener un trabajo bien pagado y proveer una mejor vida para su bebé, según proveedores de salud.
“Queremos evitar que tengan un embarazo estresante, nos preocupamos por las madres, pero pocas se quedan los dos años y medio que tiene como duración el programa”, dijo Parsons.
“Las visitamos y sus padres suelen estar ahí, la mayoría molestos porque están embarazadas. Entonces suelen huir de su casa y terminan durmiendo en el sillón de alguien más”, agregó.
Zuleika Hernández, quien tuvo su primer embarazo a los 16 años, dijo que no fue fácil regresar a su high school después del parto.
“Es muy difícil, primero porque la gente te critica mucho, luego buscar quién se pudiera encargar de mi bebé para ir a la escuela fue más, ya que mi esposo y yo íbamos a la escuela”, dijo Hernández. “También dar pecho era un poco difícil, mas no imposible. Nunca se den por vencidas porque aun con bebé todavía pueden salir adelante”.
Hernández terminó la preparatoria y ahora es alumna de la Universidad de Texas en El Paso. (Sabrina Zuniga/El Diario El Paso)