Revelan orden de Texas para excluir a alumnos especiales
Laredo— Pocos días antes de que comenzara el ciclo escolar del 2007, los administradores de distritos llamaron a una junta de personal de emergencia. Según reporta el Houston Chronicle, el Departamento de Educación de Texas (TEA) había determinado que tenían demasiados alumnos en educación especial, anunciaron los administradores, y habían creado un plan: sacar a tantos niños como se pudiera.
Los empleados hicieron lo que se les ordenó, y durante ese año escolar, el Distrito Escolar Independiente de Laredo purgó sus listas, sacando a cerca de un tercio de sus alumnos de educación especial, de acuerdo con los datos del distrito. Más de 700 niños fueron forzados fuera de la educación especial y de regreso a la educación regular. Solamente 78 nuevos alumnos entraron a la primera.
‘Básicamente tomamos niños y los sacamos’, narró Maricela González, terapeuta de lenguaje de una escuela primaria. ‘Pensamos que era injusto, pero lo hicimos’.
La versión de González, confirmada por dos compañeros y por documentos del distrito, ilustra cómo algunas escuelas de Texas han sacado a niños con discapacidades de los servicios que requerían, para poder obedecer el decreto del departamento que no más del 8.5 por ciento de los alumnos debían recibir educación especial. El encontró que los distritos escolares que buscaban cumplir con la medida arbitraria no solamente volvieron más difícil acceder a estos servicios sino que se avocaron a expulsar de ellos a cientos y cientos de niños.
En el Distrito Escolar Independiente de San Felipe del Río, en el Oeste de Texas, hace años que los funcionarios dejaron de atender a niños con una forma de autismo.
En el Distrito Escolar Independiente de Brazosport, en el Golfo de México, los empleados recibieron instrucciones en el 2009 de dejar de dar servicios tutoriales a alumnos con dislexia severa.
En el Distrito Escolar Independiente del Noroeste, cerca de Fort Worth, los administradores dijeron a los padres de familia que ya no podían ofrecer terapias de lenguaje a alumnos de preparatoria que tartamudeaban. Y en el Distrito Escolar Independiente de Alief, dos empleados recordaron que les habían dado instrucciones de sugerir falsamente a los padres que sus hijos de alguna manera se habían curado de discapacidades serias.
‘Me dijeron que tuviera todas estas juntas con los padres de los niños con distintas discapacidades y les dijera cosas como: Ah, Johnny se está desempeñando tan bien. Nos gustaría intentar integrarlo a la educación general, y por supuesto que lo apoyaremos’, expresó Christine Damiani, quien fuera directora de educación especial para la secundaria Alief antes de jubilarse el año pasado. ‘Nada de eso era verdad’.
En general, los alumnos de educación especial de Texas tienen una probabilidad de 55 por ciento más alta de que los regresen a la educación general que el promedio nacional, según los datos recolectados por el Departamento de Educación de Estados Unidos.
Tienen 5 veces más probabilidad de ser expulsados hacia una escuela disciplinaria, según las estadísticas.
‘Está bien transferir a un niño de educación especial a educación general si realmente ya no necesita los servicios’, comentó Frank Holleman, secretario adjunto de Educación, observando que la ley federal exhorta a las escuelas a reevaluar a los alumnos de educación especial cada tres años. ‘Pero si al niño se le cambia sólo para cumplir con un número arbitrario, es una acción que puede afectar la carrera escolar completa del niño y su vida entera. Eso debe pararse inmediatamente’.
Estas purgas explican en parte cómo fue que los distritos han reducido dramáticamente sus índices de niños en educación especial en la década desde que el TEA creó esa meta del 8.5 por ciento de inscripciones como parte del sistema de monitoreo de los distritos.
El porcentaje de alumnos en educación especial bajó drásticamente de estar muy cerca del promedio nacional del 13 por ciento a exactamente el 8.5 por ciento, el número más bajo de cualquier estado, por un amplio margen.
The Chronicle reveló este número-meta el mes pasado y reportó que el TEA lo implementó calladamente mientras enfrentaba un recorte presupuestal estatal de mil cien millones de dólares, sin consultar a los legisladores estatales, el Gobierno federal ni investigación alguna.
La ley federal obliga a todas las escuelas públicas a proporcionar educación especial a todos los niños con discapacidades que la requieran. En respuesta a la investigación de The Chronicle, el 3 de octubre, el Departamento de Educación de Estados Unidos ordenó al TEA que pusiera fin a esa cifra meta a menos que pudiera demostrar que ningún niño ha sido privado de los servicios.
El departamento además dio instrucciones a los funcionarios estatales para que le reporten cómo pudo ser que los distritos hayan negado los servicios a los alumnos con discapacidades y cómo piensan ‘remediar el efecto de dichas prácticas’.
Reporta Houston Chronicle que en 2007 determinaron que estaba demasiado alta la cifra: la redujeron del 13 al 8.5 por ciento