TOMA NOTA
Como rutina diaria debes lavar y limpiar el rostro por lo menos dos veces al día. Lo más recomendable es utilizar productos suaves como geles y espumas libres de alcohol y perfume, así evitarás las irritaciones.
Sécate la cara con una toalla suave, dando pequeños toquecitos sobre el rostro: jamás se debe frotar.
Al exfoliar el cutis, debes tener mucho cuidado de no lastimarlo. Lo ideal es utilizar un producto específico para piel sensible e hipoalergénico, además de evitar hacerlo de manera demasiado frecuente.
Es de suma importancia proteger el rostro de los rayos UV. Aplícate cremas o geles hidratantes que contengan factor de protección solar mínimo de 15 y máximo de 50, para evitar daños cutáneos, enrojecimientos, manchas e irritaciones.
Antes de comprar cualquier producto, primero lee los ingredientes que contiene. Entre menos elementos tenga, será mejor para la piel sensible.
Se deben evitar las cremas, geles o sueros con ácidos frutales, retinol u otras sustancias que sean agresivas al cutis. Lo ideal son productos con elementos cien por ciento naturales e hipoalergénicos.
No hay que olvidar que los cambios bruscos de temperatura son factor importante en el daño al cutis sensible. Por ello hay que evitar los lugares demasiado húmedos o calurosos, como baños de vapor o exponerse al sol, ya que propician la ruptura de los vasos capilares y el enrojecimiento en las mejillas.