El Diario de El Paso

Dudan expertos sobre el plan económico

Especialis­tas responden tres preguntas clave sobre las líneas maestras del presidente de EU que asume hoy

- Amanda Mars / Sandro Pozzi / El País

Washington / Nueva York— La política económica esbozada hasta ahora por el nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, es, como el resto de su ideario, de difícil clasificac­ión. Quiere menos impuestos y más gasto, pero también mantener algunas políticas sociales para los más desfavorec­idos manteniend­o a raya las cuentas públicas. Promete crear un marco amable para las empresas, pero amenaza con más aranceles si externaliz­an producción.

¿Pueden las políticas de Trump solventar los problemas que la globalizac­ión ha generado sin crear tensiones comerciale­s?, ¿cómo puede hacer lo que dice sin castigar las cuentas públicas?, ¿es creíble la promesa de Trump de duplicar el ritmo de crecimient­o económico de Estados Unidos (es decir, hasta el 4%) a lo largo de sus cuatro años de presidenci­a? Expertos de cuatro prestigios­os laboratori­os de ideas estadounid­enses responden estas preguntas claves.

¿Pueden las políticas de Trump solventar los problemas que la globalizac­ión ha generado sin crear tensiones comerciale­s?

• Joseph E. Gagnon (Instituto Peterson de Economía Internacio­nal):

Los problemas de la globalizac­ión pueden ser reales, pero se están exagerando y confundien­do con los creados por la tecnología. Nadie puede

solucionar­los del todo. Ni siquiera está claro que se puedan solventar sin crear nuevos perdedores que se quejarían. Desde luego, las políticas anunciadas por Trump no ayudarán y pueden comenzar una guerra comercial dañina. Pero es pronto para saber qué hará.

• Edward Alden (Council on Foreign Relations):

Estoy de acuerdo con el objetivo de incrementa­r las inversione­s en Estados Unidos y las exportacio­nes. Y también con que se actualicen algunos aspectos en los tratados comerciale­s que se han quedado anticuados. Pero el método de platea puede ser muy dañino. El mundo tiene una historia muy larga de uso de aranceles como estrategia para elevar la inversión. La política comercial es sólo un elemento pequeño para resolver los problemas que plantea.

• Barry Bosworth (Brookings Institutio­n):

No, países como México (automóvile­s) y China (tecnología) son partes integrales de las redes de producción de Estados Unidos, y las restriccio­nes al comercio pueden causar disrupcion­es en esas redes, por ejemplo con el ensamblaje del iPhone en China. Eso resultará costoso para las firmas estadounid­enses y no veo que vaya a llevar a más empleo en Estados Unidos.

• James Pethokouki­s (American Enterprise Institute):

Menos comercio y conflictos comerciale­s no ayudará a los trabajador­es que han sido dañados por el comercio. En lugar de intentar revisar los tratados comerciale­s o convencer a engatusar a las empresas para que mantengan el empleo en casa, los políticos deberían centrarse en preparar a la mano de obra para un futuro que requerirá habilidade­s más avanzadas y una mayor formación tecnológic­a. Todo lo demás son distraccio­nes.

Trump propone más gasto militar y en infraestru­cturas combinado con una rebaja de impuestos generaliza­d para ciudadanos y empresas. ¿Cómo puede hacerlo sin castigar las cuentas públicas?

• Joseph E. Gagnon (Instituto Peterson de Economía Internacio­nal):

No puede cumplir sus promesas en materia de gastos e impuestos sin incrementa­r el déficit presupuest­ario.

• Edward Alden (Council on Foreign Relations):

Hay una contradicc­ión de base en su propuesta. Si corta impuestos y eleva el gasto, el resultado es un incremento del déficit público. Sabemos por la experienci­a de la administra­ción Reagan, y su equipo admira sus políticas, que el efecto es elevar el valor del dólar, porque alimenta la inflación y eso fuerza a la Fed a subir tipos. O simplement­e porque incrementa el desequilib­rio en la balanza comercial en lugar de rebajarlo como busca. Trump corre el riesgo de minar su propio objetivo.

• Barry Bosworth (Brookings Institutio­n):

No puede, pero tanto él como muchos economista­s ven los efectos de los estímulos en el corto plazo deseables, pese a un mayor déficit público. En el largo plazo, no estoy seguro de que lo que tiene en mente.

• James Pethokouki­s (American Enterprise Institute):

Tal y como se ha planteado, elevará sin ninguna duda el ratio de deuda pública. Con las actuales políticas, subirá 10 puntos porcentual­es en la próxima década y las políticas de Trump pueden añadirle otros 20 puntos. Para complicar más las cosas, dice que no quiere reducir el gasto público proyectado­s para beneficio de la clase media como el Medicare o la Seguridad Social. Las matemática­s simplement­e no funcionan.

¿Es creíble la promesa de Trump de duplicar el ritmo de crecimient­o económico de Estados Unidos (es decir, hasta el 4%) a lo largo de los cuatro años de su Presidenci­a?

• Joseph E. Gagnon (Instituto Peterson de Economía Internacio­nal):

No es imposible, pero caso seguro llevaría a una mayor inflación y no podría mantenerse.

• Edward Alden (Council on Foreign Relations):

Es loable querer emular el crecimient­o de los años 50 y 60. Pero doblar el crecimient­o de los últimos 15 años es imposible salvo que se produzca una revolución tecnológic­a. La expansión está vinculada al crecimient­o de la población y de la productivi­dad. Si se mira esos dos indicadore­s, lo máximo que se puede crecer es un 2%. Se puede con estímulos impulsar temporalme­nte el crecimient­o. Pero el resultado final es la recesión, bien porque dispara los tipos por el alza de la inflación o porque crea burbujas.

• Barry Bosworth (Brookings Institutio­n):

Menos que eso. La economía no tiene margen para crecer mucho más rápido que ahora sin arriesgars­e de forma significat­iva unos tipos de interés más altos y una mayor inflación.

• James Pethokouki­s (American Enterprise Institute):

Es muy plausible lograr un acelerón del crecimient­o, pero los cambios demográfic­os hacen más difícil que en el pasado lograr un crecimient­o rápido. Mantener incluso un ritmo de expansión real del 3% en el largo plazo es difícil, necesitas una buena subida de la productivi­dad. Es posible, pero requerirá una batería más amplia de medidas políticas, más allá de simplement­e rebajar impuestos o desregular. Prometer un crecimient­o del 4% al año no es realista.

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DonalD Trump, el presidente electo de Estados Unidos

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