Baja cifra de abortos practicados en Texas
Austin, Tx.— El número de abortos que se han realizado en Texas ha descendido después que una ley promulgada en el 2013 forzó el cierre de clínicas en todos lados, excepto en las ciudades más grandes; la disminución ha sido considerable entre más lejos viva una mujer de las restantes instalaciones médicas, según detectó un estudio.
El año pasado, la Suprema Corte de Estados Unidos derogó regulaciones más estrictas sobre el aborto –conocidas como HB2– pero no antes de que más de 20 clínicas cerraran, incluyendo casi todas las que operaban en ciudades rurales y de tamaño mediano.
Ninguna ha reabierto desde entonces.
Un estudio que fue publicado este jueves en la Revista de la Asociación Médica Americana sugiere que la ley afectó el número de abortos de Texas antes de que fuera anulada.
Investigadores señalaron que el notable descenso en los abortos ocurrió entre residentes del Valle del Río Grande, que se encuentra a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México y en un amplio sector del oeste de Texas, en donde las clínicas más cercanas estaban a más de 100 millas de retirado después que fueron cerradas las demás instalaciones.
El estudio encontró que en el 2014, los abortos entre mujeres de esas áreas se desplomó en un 50 por ciento –de 4 mil 589 en el 2012 a 2 mil 279 en el 2014– comparado con el año anterior en el que HB2 entrara en vigor.
Los números del estudio reflejaron tanto los abortos médicos como los quirúrgicos realizados por un médico.
No existe una conexión explícita en el estudio entre el incremento del tiempo de traslado hacia las clínicas y el menor número de abortos, que ha disminuido en todo el país.
Los abortos también disminuyeron significativamente en casi el 16 por ciento en los seis condados de Texas que siguen teniendo clínicas para abortar y en donde un mayor tiempo en el traslado no representaba ningún problema.
El estudio reconoció que factores además de la distancia podrían haber incidido.
‘La distancia importa y en algún punto las barreras geográficas han sido insalvables y constituyen una carga excesiva’, comentó Daniel Grossman, coautor del estudio y miembro del equipo de investigación de la Universidad de Texas que estudia el impacto de las leyes estatales antiaborto.
El estudio examinó la información del Departamento de Servicios Estatales de Salud de Texas que fue financiado parcialmente por la Fundación Susan T. Buffett, una importante simpatizante de Planificación Familiar y otros grupos que están a favor del derecho al aborto. Grossman también fue un testigo experto en las demandas durante el juicio del HB2.
Antes de que el HB2 fuera derogado, Texas había argumentado que casi 9 de 10 mujeres vivían dentro de un área de 150 millas de donde se localiza una clínica para abortar de acuerdo a la ley y que algunas mujeres podrían ser atendidas en instalaciones médicas de Estados vecinos.
Los republicanos de Texas aseguraron que las regulaciones eran necesarias para proteger la salud de las mujeres.
Texas tenía 41 clínicas para abortar en 17 condados un año antes de que la ley entrara en vigor y 21 clínicas en 6 condados al año siguiente –convirtiendo a Dallas, Fort Worth, Houston, Austin, San Antonio y El Paso en las únicas ciudades en donde se practican.
La mayoría de los más de 53 mil abortos que se llevaron a cabo en Texas en el 2014 fueron entre mujeres que vivían en esas grandes ciudades.
El HB2 requería que los médicos que practican los abortos deben tener privilegios de admisión en todos los hospitales cercanos y forzó a las clínicas a cumplir con los estándares parecidos a los de un hospital para llevar a cabo cirugías de pacientes externos.
El verano pasado, la Suprema Corte declaró que la ley era inconstitucional a través de un fallo que tuvo 5 votos a favor y 3 en contra.
Estudio lo atribuye a que las clínicas quedaron ahora más alejadas