SIN PLANES PARA AMÉRICA LATINA
Washington— El millonario Donald Trump será investido hoy como nuevo presidente de Estados Unidos, sin haber delineado un plan coherente de las relaciones de Washington con América Latina, en una situación que sume en la incertidumbre a toda la región. Durante toda su campaña electoral y en declaraciones posteriores a su victoria, Trump apenas sugirió que podría revertir lo avanzado hasta ahora en el reacomodo con Cuba e insistió en la construcción de un muro en la frontera con México para impedir la entrada de inmigrantes. También criticó los acuerdos comerciales de que Estados Unidos ha suscrito y prometió renegociarlos, en una amenaza que en principio afecta directamente a México, con quien está unido –junto a Canadá– en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Como en otros aspectos de su plataforma de Gobierno, el nuevo presidente no esbozó una estrategia general o una doctrina que pueda guiar las relaciones de Washington con el resto del continente, ni adelantó planes para alianzas en que pueda estar especialmente interesado. Para el politólogo y asesor legislativo Marc Hanson, el análisis de posibles escenarios de las relaciones entre Trump y América Latina es fácil de resumir: ‘nadie tiene ninguna idea de qué podemos esperar’, dijo. Pero si el futuro de las relaciones entre Washington y América Latina constituye una enorme incertidumbre, el impacto económico podría ser más fácilmente mensurable. En su revisión de las expectativas para el desempeño económico de 2017, el Fondo Monetario Internacional (FMI) revisó a la baja su previsión para México, precisamente por el ‘factor Trump’. De acuerdo con Hanson, es significativo que Rex Tillerson, nominado por Trump para ser secretario de Estado, pasó una agotadora jornada respondiendo a preguntas ante una comisión del Senado sin hacer cualquier mención a América Latina, más allá de comentarios genéricos sobre Cuba.