Ligan a ex migra con el crimen organizado, no prueban homicidio
Brownsville, Tx.— Fiscales texanos ligaron al agente de la Patrulla Fronteriza Joel Luna con algunos de los cientos de miles de dólares que sus hermanos presuntamente pasaron de Texas a México como contrabando, pero no probaron que Luna tuviera alguna participación directa en el asesinato que se le acusa de cometer. Luna es uno de los cinco imputados a los cuales el Gobierno estatal acusa de homicidio capital y narcotráfico a raíz de que en marzo del 2015 se descubriera flotando en las aguas de South Padre Island el cuerpo desnudo y decapitado de Franky Palacios.
El agente de la Patrulla Fronteriza se encuentra actualmente bajo proceso en el Condado Cameron junto con su hermano menor, Eduardo, a quien los fiscales relacionan con el poderoso Cártel del Golfo mexicano. Su hermano mayor, Fernando, aceptó negociar los cargos y ha pasado el último día y medio atestiguando contra sus dos hermanos –como imputado transformado en testigo estrella.
Durante varias horas de testimonio, Fernando explicó de manera pormenorizada cómo ocurrió el homicidio, diciendo que su hermano menor Eduardo fue quien disparó a Franky en la cabeza para luego arrojar el cadáver en un sitio donde alguna vez fue a pescar.
Joel no se encontraba al momento del crimen en Veteran’s Tire Shop, el local de llantas de Edinburg donde los fiscales creen fue asesinado Palacios, mientras que la única conversación que Fernando recuerda haber sostenido con él sobre el homicidio se registró luego de que su hermano Eduardo fue detenido más de tres meses después.
No obstante, el agente federal quiso saber si se había salpicado sangre en el lugar del asesinato, señaló Fernando.
‘Joel me preguntó qué había pasado, porque Eduardo estaba detenido, bajo investigación, y yo le dije lo que él había hecho’, dijo Fernando. ‘Y me preguntó si había manchas de sangre. Y yo le dije que sí, que había una chiquita. Movió de un lado a otro la cabeza y se fue’.
Fernando indicó asimismo que borró en su teléfono mensajes de texto para proteger a Joel de repercusiones negativas en el trabajo puesto que los imputados se encontraban ilegalmente en el país y podían poner en peligro el empleo de Joel en la Patrulla Fronteriza.
‘Los borré, pensando en mi hermano Joel, para no perjudicarlo, sabiendo que tenía un buen trabajo y que nosotros habíamos hecho algo malo’, dijo Fernando, poniéndose cada vez más emotivo conforme hablaba.
El testimonio se dio al tiempo que los fiscales intentaban traer en forma más directa a Joel a un juicio que básicamente se ha concentrado en el homicidio del que Fernando ha culpado a Eduardo, conocido como ‘El Pájaro’. Se trata del apodo grabado en una pistola con chapa de oro que las autoridades aseguraron durante la investigación. En el cañón también estaban estampadas las palabras ‘Cártel del Golfo’.
El fiscal en jefe Gus Garza pidió a Fernando hablar sobre la transacción en la cual él y ‘El Pájaro’ recibieron aproximadamente 250 mil dólares.
Fernando dijo asimismo haber sido testigo cuando Joel sacó 5 mil dólares de una caja fuerte que en ese entonces se encontraba en su domicilio. Señaló haber recibido instrucciones de entregar el dinero a Eduardo. Igualmente, indicó que Joel le dio parte del dinero con el propósito de construir una casa que costó más de 100 mil dólares. Cuando se le preguntó de dónde procedía el dinero, Fernando dijo que era del efectivo que le había entregado uno de los contactos mexicanos de Eduardo y que posteriormente a partir del 2013 ayudó a pasar por la frontera hasta el sur texano.
Garza, el fiscal, enfatizó dramáticamente el hecho de que Joel hubiera utilizado una caja fuerte negra, cuyo contenido representa evidencia clave para el caso del Gobierno estatal. Agentes ministeriales descubrieron la caja fuerte en la vivienda de la suegra de Joel, encontrando en el interior cocaína, la pistola de chapa de oro que Fernando dijo pertenecía a Eduardo y la placa conmemorativa de la Patrulla Fronteriza y la contraseña para la computadora del trabajo de Joel.
Cuando Fernando indicó que las bolsitas de droga que ordenó por Internet se localizaron posteriormente en la caja fuerte, Garza respingó: ‘¿a cuál caja fuerte se está refiriendo?’ ‘Era de Joel’, respondió. ‘¿El mismo Joel Luna que está sentado aquí?’, preguntó.
Cuando Fernando contestó que sí, Garza continuó, ‘¿el que traía uniforme de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos?’ ‘Sí’, dijo. No obstante, cuando el abogado de Joel, Carlos A. García, tuvo oportunidad de interrogar a Fernando, el hermano mayor marcó una distancia entre Joel y el asesinato y las alegaciones de narcotráfico. Una y otra vez, García le preguntó si tenía conocimiento alguno sobre la participación de su hermano en el narcotráfico o en los eventos ocurridos en el local de llantas de Edinburg el día en que Franky Palacios fue asesinado. Fernando respondió en forma negativa cada una de ellas.
Cuando finalmente los hermanos hablaron después del arresto de Eduardo sobre el homicidio, García le pidió describir el comportamiento de Joel.
‘Ustedes lo acaban de poner en una posición difícil, ¿no?’, dijo García. ‘Y ahora uno de sus propios hermanos ha admitido delante de él que otro hermano mató a alguien’.
Fernando volvió contestar con otro monosílabo: ‘sí’.
El juicio continúa.
Luna es uno de los cinco acusados de narcotráfico y homicidio capital contra un inmigrante, en marzo del 2015