Grupo radical desea la secesión de California
San Francisco— Unas 15 personas reunidas en un edificio de departamentos de lujo, comían panecillos mientras planeaban cómo hacer que California se separe de Estados Unidos.
“Juro honrar la bandera de una California independiente”, rezó Geoff Lewis mientras estaba de pie en una sala de conferencias con muros de vidrio adornada con la bandera de California que tiene un oso grizzli y un letrero que dice “California es una nación, no un estado”.
Unos mirones sudorosos del gimnasio al otro lado del salón se asomaban con curiosidad.
Apoyándose en que Donald Trump resultó electo presidente, el grupo Yes California está reuniendo las 585 mil 407 firmas necesarias para poner una leyenda en la elección del 2018. Su meta es hacer que California se vuelva un país independiente de Estados Unidos.
El grupo se está anunciando en protestas y reuniones a lo largo de California. Sus líderes comentan que la organización ya creció a 53 capítulos, cada uno de los cuales tiene reuniones como ésta para crear estrategias y reunir voluntarios.
“Básicamente, lo que estamos presenciando es el nacimiento de una nación”, expresó Tim Vollimer, de 57 años, asesor académico de San Francisco. “Podemos dirigir a lo que queda del mundo libre”.
Su retórica para reclutar gente va algo así:
California — el estado más poblado, con casi 40 millones de residentes— subsidia a otros estados perdiendo dinero en el proceso, está agobiado por el sistema nacional de comercio, no obtiene una justa representación en las elecciones presidenciales, es diversa y está en desacuerdo con la mayoría del país en lo que se refiere a inmigración, va muy delante de otros estados en política ambiental y, en su mayoría, se opone diametralmente a las posturas de Trump.
Por tanto, argumentan, las condiciones son perfectas para que el Estado Dorado se separe.
Yes California se anuncia principalmente a través de su página de Facebook, la cual tiene unos 39 mil likes y más o menos el mismo número de seguidores: una gráfica dice “divorcio debido a diferencias irreconciliables”, con un corazón partido que muestra a California de un lado y al resto del país en otro.
“California es diferente de Estados Unidos”, comentó Marcus Ruiz Evans, uno de los co fundadores del movimiento, mientras se sentaba en el patio de un Starbucks en Fresno. “A California se le odia, no agrada. Se le ve como raro”.
En el 2012, Evans publicó un tomo de 540 páginas de por qué California debería independizarse y está usando su habilidad para hablar para distribuir el mensaje tan lejos como puede, principalmente a través de Facebook y presentaciones ante los medios.
Durante años, ha dirigido su cruzada de la independencia de California —también protestó contra el gobierno de Obama— y comentó que se percibe a sí mismo “como Galileo, Copérnico” un hombre cuyas teorías fueron tan revolucionarias que eligieron ignorarlas hasta que se demostró su veracidad.
Evans es el contacto principal para los líderes de los capítulos, y distribuyó playeras moradas de Yes California a los asistentes de la reunión. De vez en cuando colabora con una larga y apasionada charla sobre la importancia de la independencia de California o informa al grupo que estuvo haciendo nexos con un impresor amigable al ambiente en Culver City.
Clare Hedin, música y sanadora por sonido, pasó por una serie de acetatos para ayudar a la gente a establecer su propio capítulo. Se debe contar con suficientes playeras Yes California y repartirlas entre todos los asistentes —se exhorta que las usen durante las juntas. Se debe fomentar un sentimiento de comunidad, y se le debe preguntar a la gente por qué asistió a la reunión y cómo puede contribuir para que se sientan comprometidos personalmente. Cada líder de capítulo debería tomar una táctica distinta; los habitantes de San Francisco tienden a ser más sensibles que los de San Diego, por ejemplo.
Debatieron sobre cómo debería California manejar la milicia. Quizás su nueva nación debería ser neutral, como Suiza, comentaron. ¿Dónde debería conseguir su agua? La mayoría —reflexionaron— proviene de la Sierra Nevada y el Río Colorado, los cuales están en el estado. California, comentó Evans, es la sexta economía mundial y ya tiene dinero, así que en ese aspecto estará bien. Los secesionistas compararon su causa con la legalización de la marihuana y el matrimonio entre personas del mismo sexo: cosas que parecían absurdas hace una década pero ya son legales aquí.
Yes California no tiene posiciones políticas. Sus miembros no saben cómo organizarían su gobierno. La meta del grupo es primero asegurarse de que el estado se separe y luego ver cómo administrarlo.
“La gente está preguntando sobre la política de vacunas de la nueva nación, y yo les pregunto ‘¿andas drogado?’”, exclamó Karen Sherman, quien tiene reuniones grupales en el bar gay de su propiedad en San Diego. “Queremos explorar la independencia, no crear un nuevo país basados en las vacunas”.
El esfuerzo más grande del grupo se centra en reunir las suficientes firmas para la iniciativa. Preguntará a los electores si desean abolir una parte de la constitución estatal que declara que California es una “parte inseparable de los Estados Unidos de América” y tener un referendo de independencia el 5 de marzo del 2019.
El grupo comenzó a reunir firmas a finales de enero y tiene seis meses para completar la tarea.
Para los simpatizantes, la elección de Trump, el deseo de algunos californianos de dirigir la resistencia a su presidencia y la base creciente de voluntarios del grupo le ha dado la credibilidad que tanto ha deseado.
Es una nación, no un estado, argumentan