Neomexiquense secuestrado en Congo luchaba por la paz
Un empleado estadounidense de la ONU quien fue uno de las seis personas secuestradas en la República Democrática del Congo estaba realizando trabajo humanitario y llevaba algo de éxito convenciendo a los líderes de la milicia de que no recluten niños, comentó su padre.
Michael Sharp, de 34 años, cree que los años de violencia en el Este del Congo no han resuelto absolutamente nada y se encontraba trabajando aportando su granito de arena para ayudar, comentó su padre, John Sharp, a The Wichita Eagle.
Michael Sharp y un trabajador sueco de la ONU, Zahida Katalan, fueron secuestrados junto con tres conductores congoleses y un traductor mientras manejaban a través de la provincia de Kasai Central, reportó el lunes un vocero del gobierno del Congo.
No se han identificado a los secuestradores. La misión de la ONU, conocida como MONUSCO, confirmó el lunes que dos expertos de la misión habían desaparecido en el país y declaró que se estaba haciendo todo lo posible para encontrarlos.
La Embajada de Estados Unidos en Kinshasa declaró a través de un comunicado que estaba consciente de los reportes de un ciudadano estadounidense perdido y estaba monitoreando la situación de cerca.
Michele Miller Sharp, madre de Michael y esposa de John Sharp, declaró el martes a The Elkhart Truth, de Indiana, que creen que su hijo está vivo pero que encontrarlo será una labor tediosa ya que hay muchos grupos de milicia en el área.
“La ONU ha estado investigando en el área y no se han encontrado cuerpos”, comentó. “Por otro lado tampoco han encontrado rastros de vida. Sin embargo, los investigadores aún no tienen idea de qué grupo militar es el responsable del secuestro”.
Agregó que estos últimos días han sido difíciles para la familia. Ella y su esposo viven en Hesston, Kansas, donde él es profesor de la Universidad de Hesston.
“Michael trabajaba duro para encontrar soluciones pacíficas en todo lo que enfrentaba”, comentó. “Esperamos que también aquí haya una solución pacífica”.
John Sharp dijo a The Eagle que Michael, o M.J., conocía los riesgos.
“Tenemos esperanzas”, añadió John Sharp. “La ONU ha mantenido buen contacto con nosotros. M.J. es un hombre ingenioso. Es listo. Conoce la cultura, conoce los juegos. Si alguien puede salir de ahí, él lo hará”.
Michael Sharp previamente había pasado tres años en Alemania asesorando a los soldados estadounidenses que estaban interesados en rehusarse a seguir en el ejército, dijo su padre. Antes de unirse a la ONU, trabajó por tres años para el Comité Central Menonita en África Central.
En el Congo hay muchos grupos militares compitiendo por una parte de sus ricos recursos minerales. John Sharp comentó que con la ONU, su hijo había tenido algo de éxito convenciendo a los líderes de la milicia de que no recluten niños
Según expresó, la última vez que habló con su hijo fue a finales de febrero.