Encanto chicano y Jimmy Santiago Baca
Cuando recién emigré a Estados Unidos, escogí trabajar con jóvenes del Segundo Barrio en la preparatoria Jefferson. La asignatura: Español. Pero en realidad debería llamarse identidad mexicana, dignidad. Ellos me mostraron su mundo en Spanglish. Entré al pasillo del encanto pero sin engaños, transcurrían los primero años de mi ejercicio docente, idealismo y agradecimiento a diario. Escucharlos mezclar las dos lenguas con soltura y naturalidad me trasladaba al futuro inevitable de las lenguas, la transformación.
La opresión, la rabia, la herida de la doble conquista, su incertidumbre acerca del futuro y el presente revuelto en la frontera, lo sofocaría el velo de la ilusión, al seleccionar la identidad que los ancla en el mundo.
Ese sentimiento, esa fuerza, los encontré en el poeta, educador y novelista Jimmy Santiago Baca –nacido en Nuevo México con raíces chicanas y apaches– a quien tuve la oportunidad de conocer hace unos días en un encuentro literario.
Chicanos, se decían mis estudiantes, ahí encontraron el lazo, lo aventaban a la suerte de la nada, la soledad y la esperanza de ser algún alumno del profesor boliviano “Kimosabi”, interpretado por el actor James Olmos, en Stand and Deliver, buscaron el cobijo en el techo de La casa en la calle Mango de Sandra Cisneros, en Gloria Anzaldúa que habla de una diosa colectiva lista para el nuevo mito basado en el amor, la educación, el arte y la conciencia”.
Reunían piezas de su identidad en la celebración del Día de Muertos mezclado con Halloween. Repetían las líneas de las películas American Me, o Sangre por Sangre, llegaban hasta la manzana de mi escritorio, la levantaban diciendo: “Matar o morir, Miss”.
Algo debe morir y no precisamente las personas, reflexionaba. Algo en nuestro mundo que nos paraliza. ¿Qué debe morir? Varios años después el patriarcado mostró su rostro, primero fue blanco, neutral y romántico, luego recorrió los colores hasta el negro para fugarse al blanco y no ser detectado.
Al principio dudé responsabilizar a eso del desastre, pero poco a poco supe de su sigilo, se había infiltrado en el alma compasiva para confundirla, después la mordería y a través de la carcomida, intentaría alcanzar nuestro espíritu. Detectado el trozo muerto, Jimmy Santiago Baca, escribe en su poema ‘Como un animal’:
Detrás de la suave textura//de mis ojos, muy en mi interior,//un trozo de mí ha muerto://Paso mis uñas ensangrentadas//sobre él, duro como una pizarra,//muevo mis dedos a lo largo de él,//las blancas cicatrices de tiza// que dicen TENGO MIEDO,//miedo de en qué podría convertirse//mi yo, el verdadero yo,// detrás de estos muros de prisión.
La espiral señala la rueca chicana, pero ahora en la literatura en Literatura en el Bravo 2017, y los artículos académicos de las chicanas. Durante el homenaje al escritor Jimmy Baca, él venía de leer a los presos y los presos le leyeron poesía que habían dedicado a sus madres. Comparte una plática viva, sin cansancio, en movimiento, recordé a Danny Barrón, estudiante de Jefferson, idéntico a Jimmy, sin barreras en la comunicación, cabeza rapa, sin soberbia, humanista. Joven que superó la etapa de la broma, el sarcasmo, el bully y tuvo que madurar rápido debido al dolor pero permaneció fresco en sus ideales . “Yo tengo este dinero, de libros y películas, lo dedico a que ya no mueran tantos niños y jóvenes…”, dijo Jimmy.“Miss mire, me hice un hombre de bien, soy el encargado de los estacionamientos del centro, estoy casado y tengo dos chavos. Dijo Danny.
Le pregunté a Jimmy sobre el significado de macho para los chicanos: protector, valiente y la diferencia del significado para los mexicanos: violento, depredador. “Si hay una fisura en el techo de la casa, la mujer se sube y la arregla, ellas son machos y los hombres mujeres”. Su respuesta engrandecía a la mujer, era una diosa pero también la llevaba al inframundo en su poesía a través de la erotización. Igual menciona el poder transformativo de la lectura y la escritura en su masculinidad mientras estaba en prisión, “el conocimiento es un proceso interior para el devenir político y el despertar espiritual que se lleva a cabo en actos públicos”.