Construcción del muro enfrenta retos geográficos
Washington — Retos geográficos y físicos —incluyendo el Río Bravo y el poner en peligro la vida silvestre— harán difícil el construir el “gran muro hermoso” que el presidente Donald Trump prometió en la frontera México-Estados Unidos, expresó el miércoles el secretario de Asuntos Internos, Ryan Zinke.
Construir un muro es “complejo en algunas áreas”, incluyendo el Parque Nacional Big Bend y a lo largo del río, el cual serpentea a lo largo de casi la mitad de las 2 mil millas de frontera, explicó Zinke.
Cientos de especies viven dentro de una franja de 30 millas a todo lo largo de la línea divisoria, incluyendo los jaguares en peligro de extinción y los lobos negros mexicanos. El gobierno de Trump está decidido a relajar la protección de los jaguares, los cuales viven en el norte de México y partes del suroeste de Estados Unidos, para que sea más fácil construir el muro.
A lo largo de la campaña, Trump entusiasmó a sus seguidores con su insistencia de que se construiría un muro a lo largo de la frontera y que México pagaría por ello. Los comentarios de Zinke, y la propuesta del presupuesto del gobierno buscando miles de millones de dólares de los contribuyentes para financiar el proyecto, dejan ver otra realidad y una posible señal de que el presidente está abandonando su plan inicial.
Las complicaciones que Zinke destacó son las mismas que enfrentaron los antecesores de Trump, George W. Bush y Barack Obama, cuando buscaban construir o completar cientos de millas de valla a lo largo de la frontera.
La que ya está puesta es una mezcla de varios diseños, incluyendo postes altos de acero diseñados para impedir que la gente y los autos pasen al Norte y pequeños postes de acero exclusivamente para obstruir el paso de vehículos. En partes del Valle Río Bravo de Texas, algunos tramos de valla están a casi una milla de la frontera en parte por los terrenos que se inundan y también por un acuerdo internacional.
Y en Texas, casi toda la tierra a lo lardo de la frontera es propiedad privada. Cuando Bush trató de construir la valla fronteriza en el 2006, se enfrentó a una fuerte oposición por parte de los granjeros y ganaderos locales, muchos de los cuales demandaron al gobierno por los planes de usar las tierras de ellos.
El Departamento de Seguridad Nacional es responsable por el muro fronterizo, pero Zinke aclaró que el Departamento de Asuntos Internos jugará un papel clave de apoyo. De acuerdo con la Oficina de Responsabilidad del Gobierno (GAO), las tierras federales y tribales suman unas 632 millas (mil 17 kilómetros), o casi la tercera parte de las casi 2 mil millas (3 mil 218 kilómetros) de frontera.
“A fin de cuentas, lo que es importante es la seguridad de los estadounidenses y asegurarnos de que tenemos una frontera”, declaró Zinke a los reporteros durante una conferencia telefónica. “Sin frontera no puede haber una nación”.
En un reporte interno preparado por John Kelly, secretario de Seguridad Nacional, se calculó que un muro a lo largo de toda la frontera costaría unos 21 mil millones de dólares. Los republicanos del congreso calcularon un costo moderado de 12 a 15 mil millones.