Amenazan de muerte a hispanos interesados en construir el muro
Se quejan de ser hostigados, no sólo por mexicanos; temen renuncien sus empleados
WRecibieronashington— amenazas de muerte, los insultaron y les lanzaron piedras. A una de las empresas le robaron un tráiler. Para las pocas empresas de construcción hispanas que se atrevieron a ofrecer sus servicios para construir el muro fronterizo del presidente Donald Trump, ese negocio tendrá un precio emotivo.
Los empresarios han comentado que fueron acusados de traicionar a su comunidad. Algunos dijeron que han tenido que dejar a un lado sus propios recelos acerca de las polémicas políticas de inmigración de Trump.
‘Muchas personas nos han dicho: Tú eres latino. ¿Cómo es que quieres construir un muro para impedir que otros latinos entren al país? Tuvimos que reflexionar mucho antes de hacerlo, ya que es un tema muy, pero muy controvertido’, comentó Michael Evangelista Ysasaga, director ejecutivo y dueño de The Penna Group, una empresa que tiene sus oficinas centrales en Fort Worth.
Evangelista Ysasaga, cuyos abuelos son inmigrantes de México, relató que recibió cinco amenazas de muerte tan sólo durante una mañana de esta semana, de ‘personas que llamaban al azar a la oficina y nos gritaban insultos’.
Cada país soberano tiene el deber de defender sus fronteras, les dijo a los que llamaron.
Desafortunadamente, señaló, ‘un cierto segmento’ de latinos estadounidenses han catalogado a los simpatizantes del muro fronterizo como ‘racistas’.
Ese proyecto ha provocado reacciones tan apasionadas que sólo una pequeña fracción de las casi medio millón de empresas constructoras que son propiedad de hispanos han considerado hacer negocios con el muro de Trump.
De las aproximadamente 200 empresas que han respondido a las dos solicitudes que hizo el Gobierno federal para recibir propuestas para construir la valla fronteriza de concreto sólido y otros diseños, por lo menos 32 empresas son propiedad de hispanos, de acuerdo a un análisis que realizó The Washington Post tomando en cuenta una base de datos federales.
La fecha límite para recibir las propuestas se extendió hasta el 4 de abril.
En entrevistas con The Washington Post, ejecutivos de la construcción comentaron que sopesaron sus dudas sobre la obra del muro fronterizo en contra de beneficios como generar empleos, hacer crecer sus negocios, mejorar la economía local y tener la habilidad de influenciar la construcción de una valla más segura y más humana.
‘Yo traté de ser políticamente neutral al tomar mis decisiones’, comentó Al Anderson, administrador general de KWR Construction, una empresa de hispanos que tiene su sede en Sierra Vista, Arizona, que ayudó a construir el muro fronterizo, así como los respectivos caminos e iluminación.
‘Queremos hacer todo el trabajo que podamos a lo largo de la frontera y dejar a un lado nuestras creencias personales para poder apoyar a nuestros empleados’.
El trabajo relacionado con la seguridad fronteriza siempre ha sido polémico, comentó Anderson. Relató que los mexicanos acosaban a sus empleados, les decían insultos en español y les lanzaban piedras por alguna hendidura del muro mientras instalaban la electricidad.
Diariamente, uno de sus empleados usaba un chaleco antibalas en el trabajo.
‘Era un ambiente muy difícil, yo creo que ahora va a ser más agresivo que lo que ha sido en la historia de los trabajos que he llevado a cabo a lo largo de la frontera’, dijo Anderson.
‘No sólo los mexicanos están furiosos con Estados Unidos, sino también lo está la gente que vive en este país’.
Anderson comentó que si su empresa es seleccionada, considera que algunos de sus empleados van a renunciar en lugar de hacer la construcción.
‘Va a haber trabajadores que se oponen concienzudamente a este proyecto en particular’, dijo. ‘Viven en una pequeña comunidad y no quieren recibir llamadas amenazantes a medianoche’.
También existen riesgos económicos. Algunos gobiernos locales y estatales están considerando realizar un boicot a las empresas relacionadas con la construcción de un muro de 30 pies de alto que el gobierno ha decidido que debe ser ‘estéticamente agradable en cuanto al color’, por lo menos en el lado de Estados Unidos.
‘Queremos hacer todo lo que podamos para obstaculizar o detener la agenda de Trump, especialmente el muro fronterizo que va a construirse con odio y temor’, comentó Lorena González Fletcher, demócrata de la Asamblea Estatal de California, quien representa el Distrito Sur del Estado, que abarca San Ysidro, y se encuentra a un lado de la frontera con México.
La semana pasada presentó una propuesta de ley para que se les quiten los fondos destinados al retiro de los empleados públicos a las empresas que trabajen en ese proyecto.
Patrick Balcázar, dueño de una empresa que tiene su sede en Puerto Rico, comentó que considera que los billones de dólares que va a costar el muro fronterizo –los cuales tendrán que ser autorizados por el Congreso– deberían invertirse mejor en otras prioridades.
El Departamento de Seguridad Interna estimó que podría costar 21.6 billones de dólares, casi el doble de lo que dijo Trump durante su campaña.
Sin embargo, Puerto Rico se encuentra en una profunda crisis económica. Y su industria de la construcción se encuentra en una depresión. ‘Trabajo es trabajo’, dijo Balcázar. ‘Yo no soy un gran fanático de la manera como viste Lady Gaga, pero si fuera costurera y ella me pidiera que le hiciera un vestido, se lo haría y le diría que se le ve bien’.
Balcázar espera recibir más respuestas desfavorables a la decisión que tomó para que su empresa, San Diego Project Management PSC, presente un diseño para el muro, aunque dijo que ‘la mayoría de mis empleados saben para qué es’.
Mario Burgos, presidente y director ejecutivo de Burgos Group en Albuquerque, comentó que la construcción del muro también podría ayudar a estimular la economía del Estado.
Nuevo México registró un índice de desempleo del 6.8 por ciento en el mes de febrero, siendo el más alto del país.
‘Los empleados están felices de saber que existe una posibilidad para trabajar, sin importar si son hispanos o no’, comentó Burgos.
En la fronteriza ciudad de El Paso, en donde un cerco separa a Estados Unidos de México, Julián Carrizal comentó que está ansioso por construir un muro más sólido para impedir lo que él considera se trata de una competencia de mexicanos que no están autorizados para trabajar en Estados Unidos.
‘Vienen sin tener un seguro contra responsabilidades y sin una invitación para trabajar, ellos pueden hacer el trabajo prácticamente por nada’, comentó Carrizal, quien es presidente de J Carrizal General Construction. ‘Eso afecta nuestra posibilidad de competir’.
También dijo que emplea a algunos trabajadores mexicanos que viven al otro lado de la frontera, en Ciudad Juárez, y que cuentan con los documentos requeridos para laborar.
Algunos de ellos podrían involucrarse en la construcción del muro de Trump, a pesar de la crítica de sus familiares y amigos.