Se concentra Trump en intereses de EU
Desdeña el mandatario hablar sobre moral
Washington– Cuando este martes el mundo se horrorizaba ante las imágenes televisivas de menores sin vida durante la atrocidad más reciente en la guerra civil siria, la Casa Blanca emitió un comunicado manifestando indignación como supuestamente hubiera hecho cualquier Casa Blanca.
Pero mientras que otros presidentes hubieran aprovechado el momento a fin de hacer un llamado para la salida del autoritario líder de Siria, Bashar al-Assad, el vocero del presidente Trump consideró poco práctica la idea debido a que no ocurriría. “Hasta cierto punto nos veríamos más bien ridículos al no reconocer las realidades políticas existentes en Siria”, dijo el portavoz, Sean Spicer.
Trump ha dejado de lado lo que considera ingenuos sermoneos sin sentido sobre la moral. Ha llevado la política exterior a su momento de mayor sentido de lo práctico en generaciones, restando importancia a temas referentes a los derechos humanos o democracia que han motivado a sus antecesores. Su enfoque de “Estados Unidos Primero” no se concentra en cómo tratan otros países a sus pueblos sino en lo que pueden hacer a favor de Estados Unidos.
La semana pasada había presentado su filosofía en ciernes. Aun antes del brutal ataque con armas químicas del martes en Siria, el gobierno de Trump había señalado no ser prioridad impulsar la dimisión de Assad, el presidente sirio. El lunes, Trump recibió en la Casa Blanca al autoritario líder de Egipto, Abdel Fattah el-Sisi, sin mencionar públicamente a los miles de presos políticos que hay en dicho país. El jueves, Trump será anfitrión del presidente comunista chino Xi Jinping, con el comercio y la seguridad alejando la atención de la represión interna.
“Al parecer su punto de vista es que él es el presidente de Estados Unidos y que el trabajo del presidente de Estados Unidos es proteger los intereses del pueblo estadounidense –y que los intereses del pueblo estadounidense tienen prioridad sobre los intereses de los ciudadanos de otros países”, dijo Paul J. Saunders, director ejecutivo del Centro para los Intereses Nacionales, en Washington. “Ya veremos cómo se aplica lo anterior en las políticas operativas, o si se aplica”.
En las declaraciones hechas el martes por Trump, se refirió como “reprobable” e “intolerable” al ataque químico sirio, pero culpó tanto a Obama como por Assad. “Estos atroces actos del régimen de al-Assad son consecuencia de la debilidad y falta de decisión del gobierno pasado”, señaló. “En el 2012 el presidente Obama dijo que establecería una ‘raya roja’ contra el uso de las armas químicas y luego no hizo nada”.
En su aseveración ignoró el hecho de que el propio Trump exhortó a Obama a no atacar Siria cuando Assad cruzó esa raya roja. “Presidente Obama, no ataque Siria”, comentó en ese entonces Trump vía Twitter. “Eso no traería nada bueno y sí mucho malo. ¡Guarde su ‘pólvora’ para otro día más importante!”
Sin embargo, Trump ha sido más consistente al dejar claro que no considera Estados Unidos deba involucrarse en los asuntos de otros países. Durante la campaña del año pasado, escribió en Twitter que “Siria no es nuestro problema” y dio indicios de aceptar que Rusia se anexara Crimea. Tras asumir el poder, cuando un entrevistador sugirió que el presidente Vladimir V. Putin era un “asesino”, Trump dijo que Estados Unidos no podía criticar. “¿Usted cree que nuestro país es muy inocente?”.
Aparentemente a la política exterior de Trump la define más el nacionalismo transaccional, basado en la idea de que a Estados Unidos otros países le están robando. En vez de difundir los valores estadounidenses, el propósito de su política es proteger los intereses estadounidenses.
“Se eliminan todos los temas de excepcionalismo y valores estadounidenses”, dijo Ian Bremmer, presidente del Grupo Eurasia de asesoría, “se eliminan todos los límites y responsabilidades de las alianzas y la arquitectura estadounidenses basadas en esos valores, creándose un sentido muy distinto de política exterior”.