ESPERAN BAJAR TENSIÓN
Aunque creen que los mínimos detalles sean complicados, México considera que puede haber un acuerdo rápido
Ciudad de México— México ve una negociación rápida del NAFTA ahora que Trump suaviza retórica Erik Schatzker, Nacha Cattan, Charlie Devereux Bloomberg.
El líder de negociaciones comerciales de México expresó que veía con agrado el retiro de la retórica proteccionista en Estados Unidos y que las pláticas para revisar el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (NAFTA) podrían concluir en enero.
El ministro de Economía, Ildefonso Guajardo, declaró que la fecha de enero dependería de que el gobierno del presidente Donald Trump notifique al Congreso a tiempo para que las negociaciones comiencen a fines de julio.
“Estados Unidos tiene que activar el mecanismo”, declaró Guajardo en una entrevista con Erik Schatzker de Bloomberg TV en Buenos Aires. “Lo que continúo escuchando es que luego de que el Congreso regrese de un descanso se podrá hacer la notificación para fines de abril”. En ese caso las pláticas podrían comenzar para finales de julio seguidas por “seis meses de negociaciones, y luego lo enviamos a la rama legislativa para que lo aprueben”.
Los inversionistas se abandonaron su perspectiva pesimista sobre México en semanas recientes luego de que funcionarios de la Casa Blanca dijerán en repetidas ocasiones que tanto México como Estados Unidos se beneficiarán de una renegociación del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica.
El peso ha rebotado de su valor más bajo en enero y ahora es la moneda que mejor se ha desempeñado de todas las que Bloomberg observa, y las empresas que habían detenido inversiones, mientras el entonces candidato Trump despotricaba contra el TLCAN, ya están regresando al país.
“Estará en los mejores intereses de ambos países involucrados para hacer que este proceso sea eficiente”, dijo Guajardo, señalando que México tendrá elecciones presidenciales a mediados del 2018 y que Estados Unidos tendrá votaciones de mitad de período en noviembre del año entrante.
Aun así, Guajardo advirtió que incluso los cambios más mínimos serán difíciles de negociar. Uno de estos cambios es elevar el porcentaje promedio de entradas automáticas, que se deben hacer en la región de Norteamérica, del 62.5 por ciento al 70 por ciento, algo que parece razonable, según dijo Guajardo en un paréntesis durante la reunión del Fórum Mundial Económico de Latinoamérica en Buenos Aires. Sin embargo, si se intenta aumentar dicho promedio al 95 por ciento sería muy extremo y afectaría la competitividad de la región.
“México estará dispuesto a comprarle más a Estados Unidos”, dijo Guajardo. “Podemos hacer un esfuerzo adicional siempre y cuando ustedes tengan el proceso de suministros listo para ponerlo en marcha en México a un costo competitivo”.
La administración de Trump suavizó su retórica notablemente en enero, cuando el presidente electo tuiteó que impondría fuertes impuestos a las empresas que enviaran empleos a México. Desde entonces, el secretario de la tesorería, Steven Mnuchin ha dicho que si se reconfigura el NAFTA podría ser beneficioso para ambos bandos.
El secretario de comercio, Wilbur Ross, dijo que él anticipa que se llegará a un acuerdo sensato, y Peter Navarro, quien está al frente del Consejo Nacional de Comercio de la Casa Blanca, dijo que él quiere que Canadá, México y Estados Unidos se conviertan en una fuerza manufacturera global.
Algunos de los primeros tropiezos de Trump, tales como el colapso de la propuesta de ley del cuidado de la salud y las órdenes de la corte en contra de dos intentos de prohibirles la entrada a Estados Unidos a los viajeros de ciertos países musulmanes, también han puesto énfasis en los difícil que es hacer cambios tan drásticos en Washington.
Por ejemplo, el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, ha estado presionando para reemplazar el impuesto corporativo de ingresos por un gravamen a las ventas nacionales de las empresas e importaciones, exentando las exportaciones. La propuesta del impuesto de ajuste fronterizo alarmó a los importadores en Estados Unidos, así como también a funcionarios del gobierno en México, ya que temían que reduciría los embarques hacia el norte de la frontera. Pero el apoyo para tal medida ha estado menguando en Washington.
El impuesto fronterizo podría estar en riesgo de violar los principios de la Organización Mundial de Comercio, y México se reserva el derecho a presentar una queja en contra de tal gravamen, según dijo Guajardo en una entrevista. Adicionalmente, si Estados Unidos reduce su índice fiscal corporativo, la nación tendrá que repensar su propia política fiscal para seguir siendo atractiva para la inversión extranjera.
Trump debe presentar una notificación formal con 90 días de anticipación sobre sus intenciones ante el Congreso para volver a retomar el tema del NAFTA, pero la administración, hasta ahora, no ha expresado en concreto qué es lo que buscará conseguir de México y de Canadá en las negociaciones. Ross dijo el 10 de marzo que la Casa Blanca le dará su notificación al Congreso dentro de unas semanas, pero aún no lo ha hecho. México ha estado cabildeando a favor de una pronta renegociación que podría concluir antes de las elecciones presidenciales a mediados del 2018.