Trump acertó en Siria y China... ¿estará entrando en razón?
Washington– La política exterior de Donald Trump ha sido un espectáculo vertiginoso de mensajes mixtos y cambios de política durante los primeros tres meses. Pero en las pruebas cruciales de la semana pasada, el Presidente Trump tomó buenas decisiones sobre Siria, Rusia y China, acercando un poco más su errática administración a los pilares de la política tradicional de Estados Unidos.
La decisión de atacar una base aérea siria fue un acierto para una Casa Blanca inexperta y a veces frágil, dijo un alto funcionario. Trump no podía estar seguro cuándo lanzó el ataque que un ruso no caería muerto, o que algún otro accidente no ocurriría. La opción militar que él eligió tenía dos virtudes: era rápido, sorprendiendo a los rusos que no habían esperado tal represalia inmediata. Aparte, se midió, enviando un mensaje calibrado en lugar de comenzar una intervención militar abierta.
Trump famosamente le gusta ganar, y él probablemente puede reclamar una victoria aquí después de semanas de reveses caóticos. Como resultado, la operación de Siria, generalmente elogiada tanto en el país como en el extranjero, ha consolidado el poder del equipo de política exterior de Trump, de maneras que pueden alterar el equilibrio político de esta Casa Blanca. He aquí el consenso entre los altos funcionarios republicanos y demócratas con los que hablé: El consejero de seguridad nacional H. R. McMaster dirigió un estrecho proceso interinstitucional; el secretario de Defensa, Jim Mattis, ofreció al presidente opciones claras y realistas. Trump permaneció lejos de Twitter, animando en privado a sus miembros del equipo en lugar de interrumpirlos.
Trump también se ha inclinado hacia China y lejos de Rusia en el juego triangular de naciones jugado por esta administración, como lo fue por el entonces Secretario de Estado Henry Kissinger, el mentor aparente de Kushner. Ese reequilibrio es lo opuesto a lo que Trump pareció favorecer durante la campaña, cuando criticó a China y cortejó al presidente ruso Vladimir Putin en cada oportunidad. Pero es un curso más sensible y sostenible.
Trump ha dado un vuelco de 180 grados en China: Después de desafiar los fundamentos de la relación antes de que él asumiera el cargo, Trump ha vuelto ahora al lenguaje de la cooperación. El objetivo de la cumbre con el mandatario chino Xi Jinping, dicen los funcionarios, fue que los dos “hombres grandes” se conozcan. Pasaron casi cuatro horas en una conversación individual, explicando cómo miran asuntos como Corea del Norte y el comercio mundial.
El estilo impulsivo e impredecible de Trump ha confundido a los chinos, que quieren planificar cada detalle, pero los funcionarios dicen que su satisfacción general fue transmitida por su falta de críticas en un comunicado emitido después de la cumbre.
El secretario de Estado Rex Tillerson está llevando el mensaje de Trump a Moscú esta semana. Se espera que le diga a altos funcionarios rusos que su alianza con el presidente sirio Bashar al-Assad es un perdedor, y que Estados Unidos trabajará con Moscú en una transición política para reemplazar a Assad con otro elemento aceptable para Rusia.
El equipo de Trump cree que después de la huelga de la semana pasada contra Siria para hacer cumplir la prohibición de armas químicas, Estados Unidos ha recuperado la iniciativa estratégica de Putin. “Rusia está tratando de mantener el control en lugar de lanzar para un cambio”, dice un alto funcionario. “Están sorprendidos por Trump”.