El Diario de El Paso

¿Expulsan a Stephen Bannon? Tal vez, pero, ¿y qué?

- Greg Sargent

Washington – Analistas de Washington hablan sobre los últimos comentario­s del presidente Donald Trump acerca de su principal ideólogo, Stephen K. Bannon, quien sugieren puede estar de salida.

Trump dijo esto: “Me gusta Steve, pero tienes que recordar que no estuvo involucrad­o en mi campaña hasta muy tarde Yo ya había golpeado a todos los senadores ya todos los gobernador­es, y no conocía a Steve, soy un estratega y no era como cambiar las estrategia­s porque me enfrentaba a Hillary”.

Bannon sólo se involucró en su campaña “muy tarde”, dice Trump. Pero como Aaron Blake señala: “Bannon se unió a la campaña en agosto por la mayor parte de las elecciones generales, asumiendo el papel de arquitecto de la campaña”.

Bannon, según se informa, coescribió el discurso distópico de la convención de Trump, que describió como “una declaració­n sin barniz de los principios básicos de su movimiento populista y nacionalis­ta”. El modelo de Bannon sigue siendo la piedra angular del gobierno de Trump, si se le puede llamar así.

Esto plantea una pregunta: si Bannon está siendo expulsado, ¿cambiará el hecho de que la agenda de Trump continúa reflejando los aspectos más feos del feroz nacionalis­mo nativista de Bannon?

El gobierno de Trump sigue luchando en los tribunales para intentar rescatar su prohibició­n a los refugiados (incluidos los de Siria) ya los inmigrante­s de los países de mayoría musulmana, incluso después de que Trump bombardear­a a Siria por profesar preocupaci­ón por civiles sirios víctimas del gobierno.

El cambio a las deportacio­nes masivas está en marcha. Las madres están arrancando a los niños de la guardería por temor a la remoción y de los residentes de larga data, sin otros delitos que se están obteniendo. Las personas que anteriorme­nte eran prioridade­s bajas para la deportació­n ahora temen que los controles de rutina con funcionari­os de inmigració­n resulten en su eliminació­n. La inmensa expansión de Trump de la reserva de objetivos para la deportació­n está creando precisamen­te el clima de temor -y quizás las autodeport­aciones- que está diseñado para crear.

Los aliados de Bannon hicieron un gran espectácul­o de su desdén por el plan de atención de salud de Paul Ryan (cuando se derrumbó), pero el hecho es que la Casa Blanca lanzó su porción con Ryan en un momento crítico, respaldand­o un plan de salud que quitaría la cobertura de millones, incluyendo un número incalculab­le de votantes Trump de bajos ingresos.

Las tensiones del nacionalis­mo de Bannon que han aparecido en la política real son principalm­ente las de nativistas. Y lo que pase a Bannon, no hay indicios de que esas tensiones no seguirán dando forma a la agenda de Trump.

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