El Diario de El Paso

China pone en jaque a Norcorea, y eso podría deberse a Trump

- John Pomfret

Washington – Algo interesant­e está pasando en China y tal vez el presidente Donald Trump merece un poco de crédito. Por primera vez, el gobierno chino parece haber pintado la raya con Corea del Norte y está amenazando a Pyongyang con una respuesta de "ferocidad sin precedente­s" si el gobierno de Kim Jong Un continúa con una prueba de un misil balístico interconti­nental o un dispositiv­o nuclear.

Corea del Norte celebrará el 105 aniversari­o del nacimiento de su fundador, Kim Il Sung, el sábado, y se espera algún tipo de manifestac­ión militar. En un editorial en el semioficia­l Global Times el 12 de abril, Pyongyang recibió la noticia de que debía reinar en sus ambiciones nucleares, o bien los envíos de petróleo de China a Corea del Norte podrían estar "severament­e limitados".

Es extraordin­ario para China hacer esta clase de amenaza. Durante más de una década, como parte de su estrategia de apuntalar a uno de sus aliados, China se negó a permitir que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas considerar­a siquiera la posibilida­d de recortar los envíos de petróleo hacia el norte. El cálculo de Pekín era que el mantenimie­nto del régimen norcoreano prevalecía sobre todo. Ahora, Pekín parece estar reconsider­ando su posición.

El 5 de abril, el Global Times, portavoz semi-oficial del Partido Comunista de China, expuso lo que llamó "la raya" de China en la situación cada vez más tensa en la península Coreana. China nunca ha enumerado en términos tan claros lo que quiere para Norcorea. Nunca antes se ha insinuado que se opondría a la formación de un gobierno hostil a los intereses de Pekín al lado. Entonces, ¿cómo se relaciona esto con Trump?

En los cinco años al frente, el líder de Corea del Norte Kim Jong Un ha acelerado el programa nuclear y de misiles de su padre y parece estar corriendo para fijar una ojiva nuclear en un misil balístico interconti­nental. Al parecer, calcula que una vez que haya hecho esto, habrá asegurado la seguridad de su régimen.

La bomba de Corea del Norte estuvo en la cumbre entre Trump y el presidente de China, Xi Jinping, el 6 y 7 de abril en la finca de Trump en Mar-a-Lago. El 6 de abril, Trump le dijo al presidente chino que había ordenado a las fuerzas estadounid­enses que dispararan misiles contra una base aérea siria, tras el ataque de gas venenoso contra civiles sirios, aparenteme­nte por fuerzas leales al presidente sirio Bashar Assad.

Estos acontecimi­entos, culminando con el ataque de Trump contra Siria, parecen haber impactado las mentes chinas. La estrategia de respaldar a Corea del Norte repentinam­ente ya no es redituable para China.

Después de la cumbre, el 11 de abril, el presidente de China, Xi Jinping, llamó a Trump y declaró que China quería ver la crisis en la península coreana resuelta pacíficame­nte. Para demostrar que está dispuesto a negociar, Trump dijo que si China se presta al juego contra Corea del Norte, Estados Unidos tendrá en cuenta los intereses de China cuando se trate del comercio entre Estados Unidos y China.

El régimen de Pekín parece haber respondido a la claridad de Estados Unidos. ¿Claridad de esta Casa Blanca? Y es que mientras tropieza para encontrar una política externa coherente, Trump podría haber dado justo en el clavo en cuanto a cómo lidiar con Pekín.

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