El Diario de El Paso

La fuerza de deportació­n de Trump

- maribel Hasting (Maribel Hastings es asesora ejecutiva de Américas Voice)

Washington – El común denominado­r de la cobertura de los pasados días es cómo el presidente Donald J. Trump ha cambiado sus posturas en diversos temas, e incluso las ha "suavizado", pero si algo se ha mantenido constante es su estrategia antiinmigr­ante sostenida en una Fuerza de Deportació­n cada vez más definida y amenazante.

El candidato Trump prometió una Fuerza de Deportació­n y catalogó a los inmigrante­s de criminales, violadores y narcotrafi­cantes.

Ahora esa Fuerza de Deportació­n cobra forma con las propuestas de sumar agentes, particular­mente al interior del país, 10 mil para ser exactos; agregar 5 mil patrullero­s fronterizo­s; abrir miles de espacios en centros de detención, detener y deportar de manera expedita a inmigrante­s, incluso aquellos que pudieran tener un caso de asilo válido.

Y sobre todo cobra forma porque a la cabeza del Departamen­to de Justicia está Jeff Sessions, el ex senador de Alabama con posturas nativistas de supremacis­ta blanco que se envuelve en la bandera de la justicia y la aplicación de leyes, enfilando sus cañones hacia inmigrante­s que en muchos de los casos ni siquiera tienen historial delictivo.

Tal es el caso de Maribel Trujillo Díaz, una mexicana de Ohio, madre de cuatro hijos ciudadanos estadounid­enses que está a un paso de ser deportada sin tener historial delictivo. Maribel parece entrar en la categoría de criminales, violadores y narcotrafi­cantes que Trump prometió remover del país. Es como si quisieran hacer de este tipo de inmigrante un ejemplo de lo que se avecina para el resto.

En una entrevista en Meet the Press de la cadena NBC, el Secretario del Departamen­to de Seguridad Nacional, John Kelly, rechazó que se esté integrando una Fuerza de Deportació­n porque simplement­e se está aplicando la ley que dice que las personas sin documentos tienen que ser deportadas o irse voluntaria­mente. Kelly reconoció que es complejo, pues hay familias de situación migratoria mixta, pero la ley es la ley, dijo.

Más aún, explicó que en el gobierno de Trump la definición de criminal no ha cambiado, pero lo que sí ha cambiado es "dónde operamos en el espectro de criminalda­d". Ofreció como ejemplo un inmigrante que tenía múltiples condenas por manejar en estado de ebriedad o un solo DUI, sumado a otros factores, quizá no era deportado durante el gobierno de Barack Obama, pero lo será en el de Trump.

Lo que no explicó Kelly es por qué se convierte en prioridad de deportació­n una indocument­ada como Maribel Trujillo, sin ningún DUI, sin historial delictivo, con cuatro hijos ciudadanos, una de ellos, la menor de 3 años de edad, con necesidade­s especiales.

La respuesta es sencilla. Los inmigrante­s con órdenes finales de deportació­n son blanco fácil para esta administra­ción.

Y del mismo modo en que Kelly rechaza que exista una Fuerza de Deportació­n, también declaró que "la ley deporta a la gente, no es ICE ni el general Kelly".

Pero si parece un pato, nada como un pato y grazna como un pato, es seguro que la Fuerza de Deportació­n de Trump es una Fuerza de Deportació­n, y es más real que nunca.

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