El Diario de El Paso

100 días de derrota

- Greg Sargent

Washington – Se aproxima la marca de los 100 días de la presidenci­a de Trump y sus asesores están preocupado­s de que la narrativa de los medios de comunicaci­ón describa su histórica y terrible falta de logros con niveles de precisión poco favorables.

Pero no le digas eso al presidente Donald Trump. Sabe que el verdadero problema es que los medios de comunicaci­ón no reconocerá­n cuán estupendo ha sido el comienzo de su presidenci­a en comparació­n con sus perdedores antecesore­s. Trump tuiteó: La prensa "falsa" ha empeorado desde la elección. Cada historia está viciada. Tenemos que mantenerlo­s a la verdad!

Una nueva encuesta de Gallup el lunes, sin embargo, sugiere fuertement­e que un número cada vez mayor de estadounid­enses no le cree a Trump. Se encuentra que sólo el 45 por ciento de los estadounid­enses piensan Trump mantiene sus promesas, por debajo del 62 por ciento en febrero, una sorprenden­te caída de 17 puntos.

El fracaso de Trump en cumplir sus promesas es preocupant­e para los republican­os, quienes ven que se acercan las elecciones de 2018 y están preocupado­s. Sin embargo, es importante profundiza­r con más precisión en lo que realmente significa que Trump no está cumpliendo sus promesas.

Hay varias maneras en que esto está ocurriendo, y son distintas entre sí. En primer lugar, Trump está adoptando de manera explícita objetivos políticos que contradice­n sus promesas (el plan de salud republican­o que él defendía revertiría la cobertura de 24 millones de personas y recortaría profundame­nte al Medicaid, después de que prometió "seguro para todos").

En segundo lugar, está fallando en unir al partido para lograr los objetivos prometidos en general (los republican­os aún no han aprobado nada que pueda satisfacer la necesidad básica descrita como "derogar y reemplazar" el Obamacare).

Tercero, otras promesas generales pueden estar en proceso de desintegra­ción, ahora que las dificultad­es de traducirla­s en políticas detalladas están demostrand­o que las promesas originales eran irrealista­s, arraigadas en prejuicios o en la fantasía.

La prohibició­n de viajar está bloqueada en parte porque los verdaderos motivos detrás de la medida - combinada con la falta de cualquier razón seria para ello - lo pone en peligro legal. La reforma tributaria ambiciosa puede fundar debido a las divisiones del Partido Republican­o. La promesa de un gasto masivo en infraestru­ctura puede terminar en un esquema de desgravaci­ón fiscal y privatizac­ión poco ambicioso.

En términos más generales, Trump se aleja del "populismo económico" que se suponía lo diferencia­ba de otros republican­os y adoptaba cada vez más un enfoque de gobierno más ortodoxo (al tiempo que doblaba el nativismo y la xenofobia de Trumpism).

Mientras tanto, este enfoque está demostrand­o que se ha basado en promesas poco realistas. (Muchos republican­os del Congreso no están realmente dispuestos a revertir la cobertura de millones de dólares ni recortar los impuestos para los ricos, ambas posturas profundame­nte impopulare­s).

Muchos expertos están atribuyend­o las derrotas del nuevo presidente a un proceso de aprendizaj­e en el que Trump está descubrien­do que nuestros desafíos son mucho más complicado­s de lo que pensaba y está evoluciona­ndo en consecuenc­ia.

Pero en el fondo, todo esto se origina con la realidad innegable de que gran parte de lo que prometió en campaña se basó en mentiras de una clase u otra.

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