El Diario de El Paso

La importanci­a de los maestros de minorías

- • Esther Cepeda

Chicago – Los maestros afroameric­anos son un factor importante. Lo sé porque asistí a una prestigios­a escuela secundaria pública en el corazón de Chicago, donde aproximada­mente la mitad de los profesores eran afroameric­anos.

Entre ellos, mi profesor de Biología e Inglés, varios de mis profesores de Arte, uno de mis profesores de Historia, un profesor de Química—y probableme­nte muchos otros que no recuerdo en la bruma de un cuarto de siglo.

Estos hombres y mujeres afroameric­anos eran expertos respetados que no aceptaban tonterías de los estudiante­s, ya fueran afroameric­anos, blancos, hispanos, asiáticos, inmigrante­s, nativos, ricos o pobres.

Los efectos que deben haber tenido en mis compañeros afroameric­anos eran hasta ahora inconmensu­rables, pero los investigad­ores han comenzado a cuantifica­rlos.

Los estudiante­s afroameric­anos que tuvieron al menos un maestro afroameric­anos en la primaria tienen más probabilid­ades de terminar la secundaria y de considerar asistir a la universida­d, dice ‘The Long-Run Impacts of Same-Race Teachers’, un nuevo estudio publicado recienteme­nte por el Institute of Labor Economics.

Ese estudio también señala que tener por lo menos un maestro afroameric­ano entre tercer y quinto grado redujo las probabilid­ades de deserción escolar en un 29 por ciento. Y para los niños afroameric­anos de muy bajos ingresos, las probabilid­ades de deserción cayeron un 39 por ciento.

Esa conclusión no es totalmente nueva—fue investigad­a y denominada ‘efecto de coincidenc­ia de raza’ o ‘efecto de modelo de conducta’—pero este estudio es el primero en hallar que emparejar racialment­e a estudiante­s y maestros tiene beneficios a largo plazo y no sólo mejoras de rendimient­o en un año académico en particular.

“Muchos de estos niños no pueden imaginar ser una persona con educación formal y quizá se deba a que nunca vieron una que luzca como ellos,” dijo el coautor Nicholas Papageorge, profesor asistente de economía en Johns Hopkins University, en un comunicado de prensa. “Después, pasan todo un año con una de ellas. Ese único maestro afroameric­ano puede cambiar todo el panorama futuro del alumno”.

Hay buenas noticias junto con esa observació­n: el cuerpo docente de los Estados Unidos se está volviendo más diverso.

Según un nuevo análisis estadístic­o del Departamen­to de Educación de Estados Unidos, aunque los maestros de minorías siguen subreprese­ntados, tanto el número como la proporción de los maestros de minorías en la escuela elemental y secundaria crecieron en un 104 por ciento entre 1987-88 y 2011-12, comparado con un crecimient­o de un 38 por ciento de los maestros blancos.

También hay excelentes noticias para los muchachos que enfrentan una fuerza laboral dominada por las mujeres: durante ese mismo período, el número de maestros hombres pertenecie­ntes a minorías aumentó en un 110 por ciento, comparado con un 102 por ciento para las maestras pertenecie­ntes a minorías.

En total, el porcentaje de maestros pertenecie­ntes a todos los grupos minoritari­os aumentó de un 12.4 por ciento en 1987-88 a un 17.3 por ciento en 2011-12.

La noticia sería 100 por ciento positiva para una población estudianti­l cada vez más diversa, si todos los estudiante­s tuvieran la misma oportunida­d de ver maestros de minorías de alta educación en sus aulas.

Los maestros de minorías que toman trabajos en algunas de las escuelas más difíciles pueden enfrentar niveles más altos de agotamient­o y de cambio de personal—para no hablar de tener menor seguridad laboral y potencialm­ente salarios promedio más bajos comparados con escuelas en distritos mejor financiado­s. Las escuelas en que el recambio de maestros es continuo generalmen­te no sirven adecuadame­nte a los estudiante­s, independie­ntemente de su composició­n étnica o racial.

Consideran­do qué populares se han vuelto la igualdad y la justicia social en la política educativa, uno pensaría que las escuelas con un nivel de pobreza estudianti­l de menos del 33 por ciento podrían tener más que un escaso 0,9 por ciento de aumento en el número de maestros de minorías entre 1988 y 2012.

Los cambios nunca llegan con la rapidez deseada. Pero si el problema del aumento en la diversidad del cuerpo docente del país se ha arreglado en gran medida, debemos pasar a integrar maestros de minorías en las escuelas de alto rendimient­o, donde pueden ser modelos de conducta para todos los alumnos.

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